Por Jana Beris
La acusación de Israel a Hamas es categórica: la organización integrista islámica palestina que gobierna la Franja de Gaza "toma de rehén" a la población civil palestina, la expone y arriesga premeditadamente para librar su propia guerra. En las casas particulares de distintas figuras de Hamas -como pasó ayer con el líder político, militar y religioso en la zona de Jabaliya, Nizar Rayyan- no solamente "viven" con sus familias. En esas casas, en numerosos casos, hay grandes depósitos de armas, laboratorios para la fabricación de explosivos y, a veces, hasta túneles subterráneos.
Según fuentes de seguridad israelíes, el domicilio particular de Nizar Rayyan no era una excepción. Tenía allí numerosos misiles, explosivos y hasta un túnel para sacar de la zona a jefes de la organización. El vocero del ejército israelí Avi Beinaiahu dijo ayer que antes del ataque hubo un llamado por teléfono a la casa de Rayyan para avisar que sería bombardeada, por el gran depósito de misiles que allí tenían escondidos. Se exhortó a su familia y otros civiles a salir del lugar, pero Rayyan se negó. Incluso la radio de Hamas dijo que no aceptó irse.
Para los palestinos, fue una señal de "heroísmo" y "lealtad". Para los israelíes, una prueba de que no le importaba que murieran con él dos de sus esposas, algunos de sus hijos y varios ayudantes que lo rodeaban. Hace pocos días, el jefe del Shin Bet, el servicio de seguridad interna de Israel, dijo en la sesión semanal del gabinete que numerosos miembros de Hamas se esconden en hospitales -donde incluso se hacen pasar por médicos-, en mezquitas y en jardines de infantes.
Desde el inicio de la ola de ataques con misiles desde Gaza hacia poblaciones civiles en el sur de Israel, los grupos radicales palestinos -no solamente Hamas- hicieron uso de zonas pobladas para sus lanzamientos. Ese era el elemento principal que complicaba la respuesta militar de Israel: según captaban en ciertos casos las cámaras en el terreno, los proyectiles podían haber salido de una escuela, del patio de una casa habitada, de una mezquita, de una instalación de las Naciones Unidas o de otros sitios de índole similar.
La mayoría de los muertos a causa del operativo militar israelí son hombres de Hamas, pero hay también hay muchos civiles, aunque los números no están totalmente claros. Aproximadamente 50, dicen fuentes israelíes; no menos de 200, dicen las palestinas.
Según dijo a LA NACION Ahmed Youssef, asesor político del primer ministro de Hamas en Gaza, Ismail Haniyeh, "mueren civiles porque el ataque es contra todo el pueblo". Según Israel, la responsabilidad es del propio Hamas "por atacar intencionalmente a los civiles israelíes del sur del país, desde zonas pobladas por civiles palestinos".
No se trata, según Israel, solamente de daño colateral como el que suele haber en cualquier situación de conflicto en la que pueden morir civiles que estén cerca de un blanco militar atacado. Sería, afirman en Israel, una política explícita de Hamas de operar en medio de los civiles para complicar la eventual reacción de Israel.
Fuente: Diario La Nación
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