El campo, uno de los pilares de las economías latinoamericanas, está en pie de guerra en varios países de la región en protesta contra factores que van desde los altos impuestos hasta la falta de incentivos gubernamentales para enfrentar fenómenos como la depreciación del dólar.
La huelga de los productores agropecuarios argentinos, que ya lleva 20 días, es la más notoria de las manifestaciones que por estos días también se suceden en países como Bolivia, Paraguay, Chile y Ecuador en demanda de más atención al campo.
Según los agricultores argentinos, el nuevo sistema impositivo, anunciado a comienzos de mes, es "una confiscación" adicional de 2500 millones de dólares anuales que afectará principalmente a las exportaciones de soja y girasol. Se quejan, además, porque el gobierno no soluciona el problema de la elevada carga tributaria que soporta el sector vía retenciones a las exportaciones de granos.
Una protesta similar mantiene bloqueadas varias rutas internacionales en Bolivia desde el miércoles pasado, donde productores y transportistas se oponen a una prohibición de exportar aceite vegetal decretada por el gobierno para garantizar el abastecimiento (ver aparte).
Paraguay también vivió el jueves pasado una jornada de protestas de unos 10.000 campesinos que marcharon por Asunción. Los manifestantes, agrupados en la Federación Nacional Campesina (FNC), repudiaron la política económica del presidente Nicanor Duarte y reiteraron la necesidad de una reforma agraria, más acceso a la tierra, a la salud y a la educación en las zonas rurales.
También el jueves pasado se movilizaron las organizaciones agrícolas de Chile, donde unos 2000 agricultores pidieron al gobierno protección frente a la caída del dólar, que tiene al sector al borde del colapso.
Los agricultores, concentrados en las afueras de la localidad de Requínoa, a 97 kilómetros de Santiago, dijeron que la depreciación del 45% que ha sufrido el dólar frente al peso chileno en el último lustro ha perjudicado al sector, especialmente a los exportadores.
Alrededor de un millón de personas trabajan en el campo en Chile, donde el sector agrícola creció el año pasado el 4%, por debajo del 5,1% alcanzado por la economía en su conjunto.
Ecuador fue igualmente foco de manifestaciones para reclamar al gobierno una revolución agraria y una "economía solidaria", entre otras demandas. Centenares de indígenas y agricultores exigieron, asimismo, políticas de apoyo a los pequeños productores rurales.
En tanto, el sector agrícola mexicano está preocupado por la posible pérdida de competitividad por la entrada en vigor del capítulo agrícola del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), situación similar que viven los productores en Costa Rica por la aprobación del TLC con Estados Unidos.
Por su parte, Brasil, gran productor mundial de materias primas, registra con frecuencia manifestaciones de los Sin Tierra para pedir agilidad en la reforma agraria, mientras que en Panamá los productores de arroz y molineros han exigido al gobierno que suspenda la importación de unas 150.000 toneladas del producto.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1000307
La huelga de los productores agropecuarios argentinos, que ya lleva 20 días, es la más notoria de las manifestaciones que por estos días también se suceden en países como Bolivia, Paraguay, Chile y Ecuador en demanda de más atención al campo.
Según los agricultores argentinos, el nuevo sistema impositivo, anunciado a comienzos de mes, es "una confiscación" adicional de 2500 millones de dólares anuales que afectará principalmente a las exportaciones de soja y girasol. Se quejan, además, porque el gobierno no soluciona el problema de la elevada carga tributaria que soporta el sector vía retenciones a las exportaciones de granos.
Una protesta similar mantiene bloqueadas varias rutas internacionales en Bolivia desde el miércoles pasado, donde productores y transportistas se oponen a una prohibición de exportar aceite vegetal decretada por el gobierno para garantizar el abastecimiento (ver aparte).
Paraguay también vivió el jueves pasado una jornada de protestas de unos 10.000 campesinos que marcharon por Asunción. Los manifestantes, agrupados en la Federación Nacional Campesina (FNC), repudiaron la política económica del presidente Nicanor Duarte y reiteraron la necesidad de una reforma agraria, más acceso a la tierra, a la salud y a la educación en las zonas rurales.
También el jueves pasado se movilizaron las organizaciones agrícolas de Chile, donde unos 2000 agricultores pidieron al gobierno protección frente a la caída del dólar, que tiene al sector al borde del colapso.
Los agricultores, concentrados en las afueras de la localidad de Requínoa, a 97 kilómetros de Santiago, dijeron que la depreciación del 45% que ha sufrido el dólar frente al peso chileno en el último lustro ha perjudicado al sector, especialmente a los exportadores.
Alrededor de un millón de personas trabajan en el campo en Chile, donde el sector agrícola creció el año pasado el 4%, por debajo del 5,1% alcanzado por la economía en su conjunto.
Ecuador fue igualmente foco de manifestaciones para reclamar al gobierno una revolución agraria y una "economía solidaria", entre otras demandas. Centenares de indígenas y agricultores exigieron, asimismo, políticas de apoyo a los pequeños productores rurales.
En tanto, el sector agrícola mexicano está preocupado por la posible pérdida de competitividad por la entrada en vigor del capítulo agrícola del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), situación similar que viven los productores en Costa Rica por la aprobación del TLC con Estados Unidos.
Por su parte, Brasil, gran productor mundial de materias primas, registra con frecuencia manifestaciones de los Sin Tierra para pedir agilidad en la reforma agraria, mientras que en Panamá los productores de arroz y molineros han exigido al gobierno que suspenda la importación de unas 150.000 toneladas del producto.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1000307