Por Héctor Naranjo Setién, jefe del proyecto MUSAS GMV (Analisis de Infodefensa)
El escenario más probable de confrontación bélica en nuestros días viene marcado por las siguientes características:
• Estrategias asimétricas que no permiten sacar partido de la ventaja tecnológica.
• Entornos urbanos.
• Enfrentamiento con fuerzas irregulares.
• Gran proliferación de armamento de diversos tipos.
• Atacantes confundidos entre la población civil.
• Alto riesgo de bajas civiles, daños colaterales y bajas entre las tropas.
Es en estas condiciones donde las facciones que se encuentran en desventaja numérica y técnica pueden sacar el máximo provecho. La confrontación en campo abierto refuerza la superioridad del bando más poderoso, mientras que en terreno urbano esas unidades tienden a dispersarse y a actuar de modo aislado. En tales circunstancias, son más propensas a caer en emboscadas y con frecuencia su único medio de supervivencia es su propia capacidad y habilidad.
Los problemas especiales que plantea la guerra urbana son bien conocidos. Las líneas de visión están limitadas, tanto para la vista humana como para los equipos de radiofrecuencia, lo que dificulta las comunicaciones y la coordinación de las maniobras. Además, no siempre se puede contar con las señales de GPS, como sucede, por ejemplo, en el interior de los edificios.
En los últimos años, especialmente en conflictos asimétricos que tienen lugar en medios urbanos, se ha visto que el enfrentamiento con francotiradores ha sido una amenaza importante, que es necesario afrontar. Un francotirador es un soldado de infantería altamente especializado, entrenado para disparar desde una posición oculta y a distancia superior a la de la infantería regular. Sus objetivos suelen ser de alto valor y de oportunidad. Este tipo de soldados comparten un lema común: “Un disparo, una baja”. Suelen realizar su trabajo en solitario aunque, en ciertos casos, son ayudados por otro soldado encargado de designar objetivos.
En este entorno, incluso con escasos recursos, un único hombre puede causar daños importantes. Por ejemplo, francotiradores insurgentes como ‘Juba’ han causado problemas a las tropas americanas en Irak, donde al menos 28 de 2.100 muertes han sido atribuidas a francotiradores (dato tomado en 2006). Los francotiradores se adaptan particularmente bien a entornos de combate en los que su bando está en desventaja. Una cuidadosa estrategia puede emplear unos pocos individuos y unos exiguos recursos para coartar el movimiento o el progreso de otra fuerza mucho mayor y/o mejor equipada, no sólo por el daño causado, sino por el efecto desmoralizante de perder compañeros sin ser capaz de localizar la fuente del disparo.
La experiencia nos demuestra dramáticamente que, cuando los soldados atacados son capaces de reaccionar, el francotirador ya ha desaparecido. En otros casos, las víctimas del francotirador ni siquiera son capaces de determinar la dirección del ataque, lo que da al francotirador más oportunidades de abatir a otras víctimas. En general, los francotiradores suelen elegir a sus víctimas entre los oficiales. Los equipos más críticos, como son los de vigilancia y comunicaciones, también son blanco de los francotiradores.
Todo ello ha llevado a desarrollar diversos sistemas para la detección y localización del francotirador que van desde sensores acústicos, que perciben el sonido de la eyección de la bala desde el rifle o la onda de choque de la bala en vuelo, a sistemas basados en procesamiento de imágenes, que rastrean el destello de la eyección de la bala o la reflexión de un láser en la mira telescópica del rifle. Aún así, estos sistemas se enfrentan a una serie de dificultades adicionales. El camuflaje dificulta la detección óptica, disparos subsónicos junto a un silenciador pueden bloquear la detección acústica. En el caso de confrontar una fuerza bien equipada, habría que añadir a la lista de inconveniencias unas distancias extremadamente largas, vestimenta de baja signatura térmica y posibles contramedidas tecnológicas para interrumpir la operación de un posible sistema detector.
Si se pretende dar al problema de localización de francotiradores una respuesta rápida y precisa a la vez que robusta, se hace necesario un número amplio de sensores de distinta naturaleza profundamente afinados de manera individual e integrados entre ellos y con información de inteligencia. De este modo, la información obtenida por distintas fuentes esquivará distintos obstáculos y será inmune a las distintas contramedidas.
El proyecto MUSAS (Multi Sensor Anti Sniper System), de la Agencia Europea de Defensa, tiene como objetivo principal llevar a cabo acciones de investigación tecnológica para la detección, localización y clasificación de francotiradores. Su intención es obtener una estimación fiable en tiempo real de la posición del francotirador antes y después del primer disparo, así como la distribución de esta información de manera que se optimicen los recursos para su neutralización.
Otros objetivos establecidos para el proyecto son el estudio de la viabilidad de este sistema y la elaboración de una guía para el desarrollo de la tecnología necesaria. Para ello, se basa en los siguientes conceptos clave:
• Sistema multisensor empleando sensores de diversas tecnologías (acústicos, electroópticos y radar).
• Sistema multiplataforma con estaciones y sensores desplegados en distintos elementos (soldado, vehículo, robot, sobre el terreno).
• Explotación de la información operativa disponible.
• Fusión de datos.
• Detección antes y después del disparo.
• Herramientas de ayuda a la decisión para la prevención de ataques y planificación de misiones.
• Integración con el Combatiente Futuro.
• Comunicaciones entre los distintos sensores y estaciones.
Las principales ventajas son la fiabilidad, la rapidez de respuesta, la eficiencia en costes, la utilización de componentes estándar, la facilidad de comunicarse/integrarse con los sistemas de mando y control de nivel pelotón/sección (combatiente del futuro) y el bajo número de falsas
alarmas. Otra ventaja de este enfoque se deriva de la constelación que forman los sensores al desplegarse los elementos. Esa geometría eleva la probabilidad de intercepción y reduce considerablemente las fuentes de error típicas de estos casos. Hay que resaltar que el escenario elegido para este proyecto es uno de los más complejos debido a los múltiples caminos, reverberación, pérdidas de propagación de las ondas acústicas, etc.
El proyecto MUSAS allana el camino para solucionar uno de los principales problemas que tienen hoy los Ministerios de Defensa de toda Europa: la protección de sus fuerzas en países en conflicto como Líbano y Afganistán, entre otros.
Fotos: Internet
Fuente: http://www.infodefensa.com/especiales/docs/ElfuturoenDefensaDeteccionylocalizaciondefrancotiradores.pdf
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