El vicecanciller Foradori dijo que el comunicado sólo es una "hoja de ruta"; objeciones de toda la oposición.
El vicecanciller Foradori y Carrió, ayer, en Diputados.Foto:DyN/LUCIANO THIEBERGER
La cuestión Malvinas suele exaltar las pasiones, y así quedó en evidencia ayer, en la agitada y por momentos tensa reunión de la Comisión de Relaciones Exteriores. El blanco de los reproches fue el vicecanciller Carlos Foradori, quien, pese a insistir en que el Gobierno "tiene la camiseta argentina puesta" y que no cederá en el reclamo por la soberanía en las islas, la oposición -incluso la presidenta de la comisión, la oficialista Elisa Carrió- lo reprendió con fuertes críticas.
"En ningún momento el Gobierno reivindicó la soberanía argentina sobre Malvinas. No lo hizo (Mauricio) Macri en su reunión con (el ex premier británico) David Cameron. No lo hizo la canciller (Susana) Malcorra con (su par británico Philip) Hammond", arremetió el diputado kirchnerista Guillermo Carmona. Tomó el guante el jefe del interbloque oficialista Mario Negri: "No queremos el statu quo, pero tampoco vamos a negociar ni entregar nacionalismo falso para jugar con el sentimiento de quienes murieron por la patria", dijo.
La tensión se palpaba en el aire. La discusión se desató a partir del comunicado que suscribió la cancillería argentina con Gran Bretaña el 13 del mes pasado, criticado tanto por los opositores como por sectores del oficialismo, en el que se propone negociar el regreso de los vuelos desde aeropuertos continentales argentinos a las Malvinas y la realización de proyectos conjuntos de exploración de hidrocarburos en las islas. La oposición criticó que no se incluyera el reclamo de la soberanía argentina en Malvinas y, con el aval del oficialismo, se citó a Foradori a que dé explicaciones del caso a la Comisión de Relaciones Exteriores.
"Las Malvinas son argentinas. El objetivo (la soberanía argentina sobre las islas) es compartido absolutamente por todos", arrancó el vicecanciller apenas comenzó el debate. "En ningún momento el interés de la Cancillería no ha sido otro que le interés nacional", enfatizó. Y aclaró que lo que se firmó con Gran Bretaña no es un acuerdo o un tratado, sino un comunicado, una "hoja de ruta" a seguir en la estrategia de diálogo con aquel país.
Esta estrategia de diálogo, insistió Foradori, "no es una aventura de este gobierno", sino que va en línea con las posiciones históricas que tuvo nuestro país respecto de Malvinas.
"Yo no comparto esa hoja de ruta en la que un 80 por ciento son temas que le interesan a Gran Bretaña y un 20 se lo relega a la soberanía", retrucó el diputado Gustavo Fernández Mendía (Bloque Justicialista). "Está claro que lo que se firmó no es una simple comunicación. Y que no se incluya la palabra «soberanía» es traición a la patria, más allá de toda la sarasa que usted dice", aguijoneó la correntina Araceli Ferreira (FPV).
Pero quien dio la nota no fue la oposición. Fue Carrió, otra vez. Enfundada en un vestido naranja furioso reprendió en más de una oportunidad al funcionario. "Ustedes (por el Poder Ejecutivo) tienen que saber que no van a poder obviar al Congreso. Es una prepotencia de poder que este Parlamento se entere por los diarios de un acuerdo firmado con una potencia extranjera. Recuerden que nosotros podemos avanzar en el tratamiento de los tratados, pero también podemos retroceder", advirtió.
Y no quedó allí. Cuando Foradori señaló que el presidente Mauricio Macri y la canciller Malcorra son los únicos que tienen "plenos poderes" para suscribir tratados internacionales, la líder de la Coalición Cívica lo cortó en seco. "Señor vicecanciller, no hay plenos poderes en la Argentina. Ni el Poder Ejecutivo ni nosotros (el Congreso)", espetó. Foradori balbuceó una explicación. "Decile que se calle porque lo que dice es una estupidez", conminó Carrió a un colega sin percatarse de que su micrófono estaba abierto.
El oficialismo intentó atenuar el impacto de las críticas. "Acompañamos totalmente la agenda positiva del Gobierno en política exterior. Frente al todo o nada que plantean algunos, del cual sólo sacamos nada, preferimos el diálogo con todos", enfatizó Eduardo Amadeo.
Una de las más enfáticas en la defensa de la estrategia del diálogo que lleva adelante la Cancillería fue Margarita Stolbizer (GEN). "No sirve la confrontación", sostuvo. Sin embargo, fue implacable con Macri. "Estuvo al límite del papelón internacional", acusó Stolbizer al referirse al mal paso que dio el Presidente en Nueva York cuando tras un encuentro casual con Teresa May dijo que ambas naciones discutirán todos los temas, soberanía incluida.
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