El sueño de la gestión macrista de tener
un Microcentro sin autos, o al menos un 70 por ciento de la zona con
prioridad peatonal, va camino a ser realidad. En la actualidad,
operarios de la Ciudad trabajan en 15 cuadras o tramos que están
cerrados al tránsito y que serán inaugurados a lo largo del año.
Aunque las molestias se hicieron notorias para quienes frecuentan la zona, porque las vallas proliferan en calles como Maipú, San Martín y Perón, los cambios serán visibles a comienzos de 2015. Para entonces, los oficinistas y turistas podrán desplazarse por el área central a pie, sin necesidad de lidiar con el humo y ruido de autos y colectivos. De hecho, dos de los objetivos del Metrobús de la 9 de Julio eran sacar a los colectivos de las calles internas y fomentar el transporte público por sobre el auto particular.
Se estima que más de la mitad de las 200 cuadras ya están o van a ser intervenidas dentro del proyecto del Ejecutivo porteño. Hay calles enteras donde el asfalto está nivelado con las veredas para que los autos dejen lugar a los que caminan y, de paso, para que circulen a baja velocidad. Si los plazos se cumplen antes de fin de año quedarán 90 listas en formato “peatonal”. Pero ese será un solo cambio: para ver la zona sin obras ni cortes habrá que esperar hasta marzo, cuando el plan llegue a Esmeralda y quede completo con ese tramo. Así, el Microcentro quedará totalmente cambiado y con 1,4 kilómetros cuadrados de áreas renovadas.
La intervención, que ya tenía peatonales a las históricas Lavalle y Florida (que siguen manteniendo su perfil comercial), había empezado con pequeños tramos puntuales de Carabelas, Reconquista y Suipacha. Luego se extendió el mapa a más cuadras delimitadas por Leandro N. Alem, Santa Fe, Carlos Pellegrini y Avenida de Mayo. En una primera etapa, que empezó en noviembre de 2012, se terminaron más de 40 cuadras.
Con las obras, las nuevas calles están niveladas, renuevan el mobiliario urbano, suman iluminación LED, espacios para el estacionamiento de motos, bancos de madera, contenedores soterrados y ciclovías.
Aunque las molestias se hicieron notorias para quienes frecuentan la zona, porque las vallas proliferan en calles como Maipú, San Martín y Perón, los cambios serán visibles a comienzos de 2015. Para entonces, los oficinistas y turistas podrán desplazarse por el área central a pie, sin necesidad de lidiar con el humo y ruido de autos y colectivos. De hecho, dos de los objetivos del Metrobús de la 9 de Julio eran sacar a los colectivos de las calles internas y fomentar el transporte público por sobre el auto particular.
Se estima que más de la mitad de las 200 cuadras ya están o van a ser intervenidas dentro del proyecto del Ejecutivo porteño. Hay calles enteras donde el asfalto está nivelado con las veredas para que los autos dejen lugar a los que caminan y, de paso, para que circulen a baja velocidad. Si los plazos se cumplen antes de fin de año quedarán 90 listas en formato “peatonal”. Pero ese será un solo cambio: para ver la zona sin obras ni cortes habrá que esperar hasta marzo, cuando el plan llegue a Esmeralda y quede completo con ese tramo. Así, el Microcentro quedará totalmente cambiado y con 1,4 kilómetros cuadrados de áreas renovadas.
La intervención, que ya tenía peatonales a las históricas Lavalle y Florida (que siguen manteniendo su perfil comercial), había empezado con pequeños tramos puntuales de Carabelas, Reconquista y Suipacha. Luego se extendió el mapa a más cuadras delimitadas por Leandro N. Alem, Santa Fe, Carlos Pellegrini y Avenida de Mayo. En una primera etapa, que empezó en noviembre de 2012, se terminaron más de 40 cuadras.
Con las obras, las nuevas calles están niveladas, renuevan el mobiliario urbano, suman iluminación LED, espacios para el estacionamiento de motos, bancos de madera, contenedores soterrados y ciclovías.
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