viernes, 19 de octubre de 2012

Macri ya se prepara para hacerse cargo del subte antes de fin de año

Por Giselle Rumeau Subeditora de Política - Cronista.com (grumeau@cronista.com)


El jefe de Gobierno concluyó que la Rosada no dará macha atrás en la pelea. Y busca evitar el costo político por la paralización de la red en 2013. Negociación en marcha con la Nación.  
La estrategia fue aguantar la marejada kirchnerista el mayor tiempo posible. Pero finalmente, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, se prepara para aceptar, a regañadientes, el traspaso de las seis líneas de subterráneo y el Premetro antes de fin de año. Concluyó, tras varias consultas a su círculo intimo, que la Casa Rosada no dará marcha atrás en el conflicto iniciado hace nueve meses y que el costo político de arrancar el año electoral 2013 con un servicio paralizado por falta de fondos le caería a él como un rayo. Es por eso que un equipo encabezado por el presidente de Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), Juan Pablo Piccardo, y el subsecretario de transporte, Guillermo Dietrich, ya trabaja en varias alternativas para compensar los subsidios de 30 millones de pesos mensuales que dejará de aportar la Nación a partir de enero próximo, algo que complicará el funcionamiento de la red y el pago de salarios de los trabajadores.

Según confirmó una alta fuente a El Cronista, el abanico es amplio y contemplaría un aumento en el costo de la tarifa (podría llegar hasta $ 5,50), así como subas en los peajes que cobra la firma estatal Autopistas Urbanas y en el impuesto sobre patente automotor.

El proyecto final se ajustará según lo que surja de las negociaciones que se están llevando a cabo bajo un profundo hermetismo con el Gobierno Nacional. En gran medida -reconocen en el PRO- dependerá del "humor" de la presidenta Cristina Kirchner. Una de las pretensiones del PRO es que la Casa Rosada acepte hacerse cargo de los $ 1000 millones para mejorar las condiciones técnicas de la red y conceda los avales para obtener créditos internacionales que permitan extender las líneas.

Precisamente, la discusión sobre quién debía aportar esos fondos hizo naufragar el acta acuerdo firmada a comienzos de año por ambas jurisdicciones para concretar el traspaso del servicio de la órbita nacional a la porteña. En ese documento se estipulaba que el Gobierno Nacional aportaría la mitad de los subsidios que recibe la concesionaria Metrovías para hacer funcionar la red -unos 720 millones de pesos- pero sólo durante un año y en cuotas de $ 30 millones mensuales. La Ciudad se comprometía a desembolsar el otro 50 porciento y Macri decidió aumentar para eso el boleto de $1,10 a $2,50.

Con la tragedia ferroviaria de Once, en la que murieron 51 personas, el jefe de Gobierno porteño salió a desconocer el acta, so pretexto de que no se estaban cumpliendo con todos los puntos negociados. Durante todo el año repitió el mismo argumento: que al suspenderse la negociación, la transferencia de la red nunca se concretó, porque necesita ser avalada con una ley de la Legislatura porteña; que Metrovías sigue teniendo su contrato firmado con la Nación, y que es el Gobierno nacional el que debe garantizar los fondos para la operación del subte. Pero desde la Casa Rosada aseguran que al subir la tarifa, Macri asumió la responsabilidad del servicio y afirma que el traspaso se concretó por ley del Congreso Nacional. Es por eso que en el Presupuesto de la Nación no figuran partidas para el subte. Y si bien el macrismo tampoco contempló esos subsidios en su cálculo de gastos y rentas -aunque sí aumentos en el Alumbrado, Barrido y Limpieza, que podrían llegar a 40%- analiza ahora la forma de compensar esos fondos.

Tiene por delante una trampa política: enfrentar el mal humor social que generarían las subas de impuestos o lidiar con el costo del cierre del subte, que dejaría a 900.000 usuarios a pie. Metrovías ya avisó que no tiene las partidas para hacer que la red funcione y los gremios se preparan para dar batalla.

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