Por Hugo Alconada Mon - LA NACION
Desapareció un número aún indeterminado de billetes de $ 100 en mal estado, que debían destruirse.
Entre la sorpresa y el estupor, las autoridades del Banco Central (BCRA) investigan el silencioso robo de un número aún no determinado de billetes de $ 100 que estaban listos para su destrucción, así como la cadena interna de complicidad que permitió el robo durante semanas, confirmaron altos funcionarios de la entidad a La Nacion.
El monto total del insólito robo resulta aún una incógnita, ya que todavía no se precisó cuándo comenzó la sustracción con cuentagotas. La primera estimación fijó la cifra en apenas $ 5000, aun cuando un cálculo más pesimista y extraoficial arrojó que podría superar el medio millón de pesos. "Al parecer, comenzaron llevándose unos pocos billetes en un robo «hormiga», luego fajos y los videos más recientes muestran que quizá llegaron a utilizar unas bolsas negras", indicó una fuente al tanto de la pesquisa interna.
El robo ocurrió dentro de la Gerencia Principal del Tesoro, según reconstruyó La Nacion, que depende a su vez de la Subgerencia General de Medios de Pagos, que se encuentra vacante desde que su responsable fue desplazado durante el verano, a raíz del faltante de billetes que se palió con la paulatina importación de los impresos en Brasil.
Desde entonces, Medios de Pagos quedó bajo el control directo de un aliado dentro del Banco Central del ministro de Economía, Amado Boudou, Benigno Vélez, quien como gerente general del Banco mantiene una tensa relación con la presidenta de la entidad, Mercedes Marcó del Pont.
Vélez, al que una fuente calificó de "desencajado" tras el robo detectado dentro de su órbita, radicó la denuncia, que se mantiene bajo absoluta reserva mientras avanza la investigación, que incluiría la intervención de líneas telefónicas dentro del Banco Central y la recuperación de filmaciones del área de destrucción de billetes donde se concretó el robo.
La extrema reserva de lo ocurrido explica que numerosos funcionarios y empleados dentro de las áreas de legales y del Tesoro de la entidad monetaria respondieron que ignoraban lo que había ocurrido ante la consulta de este diario, mientras que otros indicaban que se trataba de "algo menor, por unos 5000 pesos o quizás un puchito más", cifra que otro funcionario elevó, sin embargo, a "6000 de los grandes", es decir, 600.000 pesos.
De manera oficial, el Banco Central mantuvo estricta reserva sobre el incidente, aun cuando también trascendió que la sospecha alcanza por ahora a por lo menos cuatro funcionarios o empleados de la entidad.
Según coincidieron funcionarios al tanto de lo ocurrido, la sustracción se llevó a cabo en el área donde se procesan los billetes que los bancos del mercado envían al Banco Central para su destrucción debido a su deterioro hasta impedir casi su circulación legal.
La primera alarma de que algo ocurría en esa área se detonó, de acuerdo con el relato de dos de los informantes, cuando 50 billetes que debían destruirse, que ya contaban con el sello del Banco de Santiago del Estero, que los inutilizaba, e ingresaron en el Banco Central para su eliminación, se reintrodujeron en la plaza financiera y volvieron por segunda vez al BCRA, pero para su canje por otros de libre circulación.
Esa primera alarma derivó en dos acciones simultáneas dentro del Banco. Por un lado, la apertura de un sumario al cajero que recibió dentro del BCRA los billetes por segunda vez; por el otro, un estudio de laboratorio que determinó que el billete no era falsificado, lo que a su vez encendió una segunda alarma sobre el posible robo y la radicación de la denuncia penal por Vélez, quien antes se desempeñó junto a Boudou como su secretario legal en el Palacio de Hacienda. "Por lo que surge de las pruebas, intentaron lavar el sello de destrucción que les había aplicado el Banco de Santiago del Estero con algún producto químico, pero al revisarlos mejor se detectó esa anomalía", indicó una de las fuentes al tanto de lo ocurrido.
Más preocupante para las autoridades del BCRA que el robo en sí resulta, sin embargo, hasta dónde y cuán arriba pudo llegar el encubrimiento. "Las sospechas se centran en la connivencia que necesariamente existió para que esto pasara, por ejemplo, sobre el auditor interno que debe presenciar la destrucción de los billetes que en estos casos no se concretó", planteó un segundo informante.
Manejado en estricto silencio dentro del Central -que minimizó lo ocurrido como una "anomalía" acotada a unos pocos empleados infieles-, Marcó del Pont y el resto del directorio habrían sido informados ya de la radicación de la denuncia penal, mientras que los investigadores continúan con la revisión de los videos que registraron las operaciones del área sospechada.
Agregado:
Las cámaras muestran la manipulación irregular de los billetes. Las imágenes captadas por dos cámaras de seguridad del Banco Central (BCRA) no dejan dudas: intentando pasar desapercibidos, empleados del área en la que se procesan los billetes deteriorados para su destrucción separan fajos de billetes disimuladamente antes de que entren en la máquina que debe eliminarlos
Luego, los videos, a los que La Nacion tuvo acceso, muestran la circulación irregular de carros de limpieza, la manipulación de billetes y de bolsas de plástico negras, maniobras de distracción y movimientos sospechosos en lugares a los que las cámaras de seguridad no podían acceder. Finalmente, los empleados involucrados vuelven al lugar horas más tarde y se llevan ocultos los billetes.
El monto exacto que evitaron destruir es actualmente motivo de una ardua investigación, tanto a través de un sumario administrativo interno como de la Justicia. Fuentes del BCRA afirmaron ayer que la denuncia penal fue realizada por la gerencia general del Banco Central el 6 de mayo pasado y que recayó en el juzgado federal de Marcelo Martínez de Giorgi. La causa es llevada adelante por el fiscal Carlos Stornelli. En la denuncia original, el monto involucrado en el robo es de sólo 5000 pesos, detectados cuando ingresaron por segunda vez en el BCRA para ser destruidos y con los sellos que los inhabilitaban visiblemente "lavados" con algún producto químico.
Pero los videos dan pie como para pensar que la cifra del faltante puede ser mucho mayor. Las imágenes muestran a un empleado que separa a un costado gruesos fajos de billetes, aparentemente de 100 pesos, y que más adelante, tras tomarlos entre sus manos, se agacha para eludir las cámaras de seguridad para luego aparecer por detrás de una columna con una gran bolsa de plástico negra en la mano, que luego deposita en un carro de limpieza que le acerca otro empleado. Ayer, distintas fuentes familiarizadas con el proceso arriesgaban cifras que iban desde 600.000 a $ 20 millones.
El último y más detallado análisis de estas imágenes fue, precisamente, el tema de un pormenorizado memo interno que la gerencia del Banco Central elevó anteanoche a la auditoría general de la entidad y al que La Nacion también tuvo acceso. Con fecha 3 de junio, el asunto del informe es: "Fallas en el proceso de destrucción de numerario del día 25/4/2011" y describe minuciosamente los movimientos de los empleados, citados con nombre y apellido, en las imágenes más relevantes para descubrir el robo. Al costado figura la hora exacta en que se produjeron los hechos como para facilitar la tarea de buscarlos en una grabación que dura 9 horas.
El memo informa que ese día "se destruyeron billetes de $ 20, $ 50 y $ 100 procedentes de los bancos Galicia, Francés, Santander Río, Credicoop, Macro, Santiago del Estero y otros [...]. Los billetes son ordenados en packs de 1000 billetes cada uno, previamente contados". Algunas fuentes dicen que las irregularidades empezaron a producirse porque se relajaron los controles luego del desplazamiento de un funcionario de carrera, Fabián Arregui, al frente de esa área. Pero cerca de la presidenta, Mercedes Marcó del Pont, lo niegan y destacan la voluntad de investigar el delito.
OTRA ESCANDALOSA IRREGULARIDAD EN ÁREA OFICIAL Y VAN…
ResponderEliminarPaís generoso donde innumerables robos, estafas y “desvíos” tendrían secretas garantías de impunidad, mientras la balanza de la Patria se inclina según el peso de los “patrones” de turno… repartijas de millares de subsidios entre gente “amiga”, obsequio de centenares de millones de dólares de arcas públicas -abuso de autoridad y algo más enmascarado bajo cortinitas legales- para posibles obras de bien de camaradas (hubo breve alarma por irregularidades descubiertas en el manejo de esos “pequeños” fondos pero ya lo acomodaron) y una gran ironía: precisamente por indiferencia de los que tienen “la sartén por el mango” (no generalizo) mueren anualmente centenares de niños desnutridos en el Norte del país y miles de ancianos jubilados por falta de dinero para remedios, a la vez nos enteramos que se repiten robos espectaculares en depósitos de armas y municiones del Ejército (en una ocasión salieron a explicar que 20.000 municiones “no servían” y esperaban “destruirlas”), hubo “desaparición” de droga en cajas fuerte de juzgados (supongo que también tenía turno para su destrucción), recientemente robaron gran cantidad de rifles y escopetas del ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires que habrían sido incautadas a cazadores furtivos, informándose que iban a ser “destruidas” (?) y lo cierto es que regresaron al mercado negro como tantas cositas más.
No tengo banderas políticas, opino desde el respeto y no pretendo herir finas sensibilidades, pero resulta sospechosa la facilidad con la que cometen delitos en el corazón de edificios oficiales. Cabe recordar la empresa de aviación de influyente personaje que fue descubierta en España con 940 kilos de cocaína (cargamentos similares habrían ingresado a Europa en viajes anteriores), aviones “privados” que inexplicablemente operaban con comodidad desde base militar argentina piloteados por hijos de dos ex comandantes de la Fuerza Aérea (los servicios de dicha empresa habrían sido contratados años atrás por autoridades gubernamentales de Santa Cruz para viajes sanitarios y según trascendidos esos aviones fueron usados en la última campaña presidencial); esta semana informaron que hace un mes hurtaron del Banco Central de la República Argentina bolsas conteniendo fajos de billetes destinados a la “destrucción” (presuntamente varios millones de pesos), ilícito al que restarán importancia, buscarán imputar a “peces” chicos y la verdad del monto sustraído nunca conocerá la luz.
El pan y circo y estas raras historietas subestiman la inteligencia de los ciudadanos honestos no adictos. Entonces completemos… ¡marchen ricos “chupetines”!
Carlos Estrada *periodista de investigación.
Buenos Aires, 5 de junio de 2011.