Los GEI generados por la ganadería, pueden ser disminuidos mediante una producción más eficiente. Según la FAO, esa actividad es responsable por el 18% de las emisiones.
Investigadores del INTA aseguran que el aumento de la productividad de los sistemas ganaderos podría mitigar las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) ocasionadas por ese sector. “Las emisiones de metano por fermentación entérica, generadas por los bovinos, se constituyen en una de las principales fuentes de emisión del sector agropecuario”, explicó el coordinador del grupo Determinación de Gases de Efecto Invernadero del INTA Castelar, Guillermo Berra. En este sentido, en un informe sobre el impacto de la ganadería en el ambiente, la FAO afirmó que esa actividad es responsable del 18 por ciento de las emisiones de GEI mundiales.
Los principales gases de efecto invernadero ocasionados por los rumiantes son el óxido nitroso (derivado del estiércol) y el metano (producto de la fermentación bacteriana en el rumen). Según el investigador del Instituto de Patobiología, “un bovino adulto de 500 kilogramos de peso eructa diariamente un promedio de 200 a 250 litros de gas metano”. “El planeta tiene unos 1300 millones de bovinos, de los cuales más de 300 están presentes en América del Sur. Brasil posee casi 200 millones y la Argentina cerca de 50; ambos producen el mayor porcentaje de GEI generados por la ganadería en la región”, agrego Berra
Para hacer frente a esta situación, los investigadores recomendaron reducir las emisiones de metano provenientes del ganado vacuno mediante diversas estrategias que no impliquen grandes costos para los productores y cuya tecnología se encuentre disponible. “Mitigar en la Argentina, es pensar en cómo la producción de carne y leche debe mejorar su eficiencia para reducir las emisiones de GEI por unidad de producto”, señaló la investigadora del equipo de Gases de Efecto Invernadero y responsable de los inventarios nacionales de GEI en el sector ganadero, Laura Finster.
Entre las estrategias se encuentra mejorar la nutrición, la reproducción y la genética, al igual que realizar un buen control de enfermedades para mejorar la eficiencia productiva. Para mejorar la nutrición, los investigadores sugieren no sólo un aumento en la producción del forraje, sino también su mejor aprovechamiento ya que “con un alimento de mejor calidad se produce mayor cantidad de carne y leche, y menos metano”, señalo la investigadora del INTA Castelar.
Por otra parte, mantener al animal sano también beneficia la eficiencia; y utilizar mejoradores de la producción como taninos o ionóforos, no sólo es bueno para la actividad productiva sino que contribuye a disminuir las emisiones de los GEI. “Un animal más eficiente tendrá menores emisiones de metano por kilogramo de carne o litro de leche producido; o sea que la demanda de productos de origen animal podría cubrirse con la misma cantidad de animales, pero más eficientes”, concluyó Berra.
Más información:
Guillermo Berra – gberra@cnia.inta.gov.ar
Laura Finster – lfinster@cnia.inta.gov.ar
Fuente: RIA INTA
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios mal redactados y/o con empleo de palabras que denoten insultos y que no tienen relación con el tema no serán publicados.