Por Oliver Galak - LA NACION
Por primera vez desde 1987, habrá un saldo sectorial negativo de entre 1500 y 3000 millones de dólares
Por primera vez en más de dos décadas, la Argentina cerrará este año con un déficit en la balanza comercial energética. Las proyecciones de los especialistas ubican al rojo entre los 1500 millones y los 3000 millones de dólares, una cifra que representará una fuerte disminución sobre el cada vez más reducido superávit comercial global argentino.
La combinación del estancamiento en las exportaciones de petróleo crudo y el acelerado crecimiento de las importaciones de gasoil (además de algunas naftas) y de las compras externas de gas (tanto desde Bolivia como a través de barcos) revirtieron el tradicional autoabastecimiento energético de la Argentina. Las caídas en las reservas y la producción de crudo y de gas durante la última década son el marco general del cambio de escenario.
Sólo en el primer cuatrimestre, las importaciones de combustibles y lubricantes crecieron 142% en términos interanuales y totalizaron compras por US$ 1943 millones, según el Indec. En cambio, combustibles y energía fue el único rubro de las exportaciones que mostró una caída interanual (-6%) y cerró los primeros cuatro meses con US$ 2207 millones. Ese exiguo superávit se evaporará rápidamente en los meses del invierno, cuando por el mayor consumo se deberán incorporar a la red más de 30 m³ por día a los que se producen localmente.
"Nuestras estimaciones son que, si sumamos las operaciones de petróleo crudo, derivados [gasoil, fueloil, naftas], gas natural, gas licuado y electricidad, este año cerraría con un déficit de más de 3000 millones de dólares", afirmó el ex secretario de Energía Daniel Montamat. Su colega Alieto Guadagni publicó esta semana un informe para la consultora Econométrica, en el que reduce esa cifra a 2200 millones, mientras que el ex subsecretario de Combustibles Miguel Cuervo hizo un estudio en el que calcula que el déficit será de 1500 millones. Es la primera vez que ocurrirá esto desde que, en 1988, la Argentina recuperó el autoabastecimiento energético.
Más allá de cuánto sea el número final, ese rojo consumirá gran parte de los 10.000 millones de dólares de superávit que la Argentina tendrá este año en el comercio de todos sus productos. Hace sólo cinco años, en cambio, la energía aportaba casi la mitad del superávit comercial de US$ 12.000 millones. En el Gobierno no niegan la situación, pero señalan que el objetivo de la política energética es "abastecer la demanda y el crecimiento
El autor fue secretario de Energía de la Nación del país". En ese sentido, indicaron fuentes del Ministerio de Planificación, se les da prioridad a la producción y a la exportación de manufacturas con valor agregado, "que son las que generan riqueza y empleo". Además, cuestionaron el modelo anterior, que permitía la exportación de gas a Chile a US$ 2 el millón de BTU "para que luego en Santiago sea vendido a 30 dólares".
Un punto clave en el déficit es la importación de gasoil, cada vez más requerida por las centrales de generación térmica ante la escasez de gas. En 2010 se importaron 3,1 millones de m³, pero la previsión para este año -apuntó Montamat- es que se deberán traer del exterior unos 4,5 millones de m³.
La inyección de gas desde Bolivia (unos 7 millones de m³ diarios) y de los buques regasificadores es otra de las fuentes que contribuyen al déficit. El año pasado se requirieron 22 buques metaneros para la operación en Bahía Blanca, pero con la reciente incorporación de la planta regasificadora de Escobar, la cifra llegaría a 50. Esta situación surge del declive en la producción local de gas. De los 52.400 millones de m³ producidos en 2004, se pasará este año a poco más de 45.000 millones, pese a que la demanda en estos años no paró de crecer.
La actual política de precios incentiva la importación: al productor local se le paga US$ 2,65 el millón de BTU, mientras que el gas boliviano se paga US$ 8,77 y el fluido que llega por barco cuesta entre 13 y 15 dólares. "Como esta estructura de precios desalienta la producción nacional, crecen sistemáticamente las muy costosas importaciones -advirtió Guadagni-. En poco tiempo 1 de cada 4 metros cúbicos de gas consumidos será provisto por productores extranjeros a precios internacionales muy altos. Este aliento a las importaciones se ha extendido a otros productos como el fueloil."
Otra causa del déficit es que en 2010 el país se transformó en importador neto de naftas por primera vez desde 1990. "En 2003 exportábamos 3 millones de metros cúbicos e importábamos cero. Esto se dio vuelta", explicó Cuervo. Su proyección es que en 2011 el país incrementará sus déficits en gasoil, gas natural licuado y naftas, que habrá un comercio neutral en electricidad y fueloil, y que se mantendrá, aunque algo menor, el superávit en petróleo crudo y en gas licuado de petróleo (garrafas).
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