Por Pablo Novillo - Diario Clarín
Les quitaron unas 160.000 unidades, pero sólo 16 se quedaron sin registro. Exceso de velocidad y cruzar con luz roja, entre las infracciones más comunes. Los 20 puntos, recién se recuperan en 2012. 26.085 perdieron puntos, 1.128 más que en 2009
Desde el 1° de enero arrancó en la Ciudad el tercer año del sistema de scoring, por el cual se les quitan puntos a los conductores que cometen infracciones de tránsito. Y ya entre el primer y el segundo año hubo un aumento en la cantidad de sancionados: en 2010 fueron castigadas 26.085 personas , unas 72 por día, que representan un 4,5% más que en 2009. En total, les descontaron 161.705 puntos.
Así surge de un informe del Ministerio porteño de Justicia y Seguridad, con datos actualizados hasta fin de año. En 2009, los sancionados habían sido 24.957, por lo que durante el año que acaba de terminar hubo 1.128 infractores más que perdieron puntos . Pese al alza, sólo 16 conductores llegaron a 0 y quedaron inhabilitados.
Los conductores que fueron sancionados deberán aguantar todo 2011 con los puntos que les quedan. Es que, tal como establece la ley, el 1° de enero de 2012 todos recuperarán los 20 puntos. Así pasó a comienzos de 2010, cuando todos volvieron a foja cero , tal como estipulaba la ley. Pero aquellos que no hayan sufrido ninguna sanción tendrán beneficios . Por ejemplo, cuando deban renovar su carné de conductor no tendrán que pagar el trámite ni asistir a las charlas de seguridad vial, que son obligatorias para el resto.
¿Cómo funciona el scoring? Cuando un policía o un agente del Cuerpo de Control de Tránsito detectan a un infractor, lo paran, le toman los datos y le labran una multa. Si el agente no identificara al conductor, luego no se podría aplicar el scoring.
Una vez que el Gobierno notifique la infracción (las envía por correo), el infractor debe presentarse ante el Controlador de Faltas, quien por un lado le cobrará la multa económica, y por el otro le descontará los puntos , siempre y cuando la infracción cometida sea una de las incluidas en el scoring. Es decir que la quita de puntos sólo se concreta cuando el conductor se presenta ante el controlador .
Hay una excepción: el exceso de velocidad. Como resulta difícil detener a un auto que va muy rápido para pedirle los datos al conductor, es el único caso en que la sanción cae en principio sobre el dueño del vehículo y no sobre quien efectivamente manejaba. En ese caso, el propietario deberá presentarse ante el controlador y decir quién era el que conducía, para que esa persona sí pierda sus puntos.
Si una persona se queda sin puntos, sufre dos tipos de sanciones. Primero, una inhabilitación para conducir por dos meses, y recién pueden recuperar cuatro puntos una vez que completen un curso de seguridad vial. Además, cuando les llegue el momento de renovar su licencia, se la darán por menos tiempo: si llegaron a cero una vez, les darán un carné con un 25% menos de validez; a la segunda, por la mitad del tiempo; y a la tercera del 75%. Además, las inhabilitaciones temporarias también se van acrecentando, hasta llegar a los cinco años.
Claramente, el principal motivo de infracción en 2010 fue el exceso de velocidad . Según el Gobierno, entre enero y setiembre (últimos datos disponibles) labraron por esta causa 851.351 actas. En segundo lugar estuvo el mal estacionamiento, con 474.642 actas; y el tercer motivo, muy lejos, fue violar la luz roja, con 83.939 infracciones.
No es casual que el exceso de velocidad sea la principal infracción. Además de que es muy cometida, durante el último año el Gobierno incorporó más fotomultas (en las autopistas, por ejemplo) y radares, con lo que logró detectar más casos de excesos de velocidad.
De hecho, a mediados de diciembre la Legislatura creó la figura de “falta de tránsito muy grave” para quienes excedan en más de 140 km/h la velocidad máxima, infracción a la que le caben hasta $ 7.200 de multa.
¿Pero por qué la gente no respeta las máximas? Para Hernán de Jorge, jefe de Seguridad Vial del Centro de Experimentación en Seguridad Vial (CESVI), “se debe a dos cuestiones. Primero, la falta de educación vial. Y segundo, porque falla el sistema de sanciones. Si se cobran pocas de las multas que se labran, si los taxistas en lugar de pagar hacen viajes comunitarios, y si una jueza, como Rosa Parrilli, pretende no pagar e insulta a los empleados que le hicieron una multa, el resto de los ciudadanos percibe que no hay sanciones. Eso bastardea el sistema”. Es cierto que la Ciudad tiene poco éxito en el cobro de las sanciones: el año pasado, un 63% de los casos que llegaron al controlador terminaron sin multa.
El scoring comenzó a regir el 1° de enero de 2009, tal como marca la ley N° 2.641, que fue sancionada en febrero de 2008 luego de una larga polémica, que incluyó violentos enfrentamientos de colectiveros y taxistas –que se oponían a la ley– con la Policía, en las puertas de la Legislatura. Eso provocó que los diputados suavizaran las sanciones a quienes trabajan con sus vehículos.
En estos dos años el scoring provocó algunas situaciones curiosas. Por ejemplo, uno de los que sufrió quita de puntos fue nada menos que el jefe de Gobierno Mauricio Macri: en junio debía presentarse a declarar en Tribunales por la causa de las escuchas ilegales, pero como un piquete lo estaba por hacer llegar tarde, se bajó del auto y le pidió a un motociclista que lo acercara. Como en ese viaje en moto no llevaba puesto el casco, el Ministerio actuó de oficio y le quitaron dos puntos.
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