Ex guerrillera, economista, de alto perfil técnico y acentuado carácter. Hija de un inmigrante búlgaro, fue ministra y delfín del saliente presidente Lula.
Dueña de un carácter que han hecho legendario ya quienes tuvieron la oportunidad de negociar con ella, la fuerte personalidad de esta economista de 63 años discute rápidamente la idea de que no tendrá autonomía durante su presidencia. Dilma Rousseff fue desde junio del 2005 la Jefa de Gabinete de Lula da Silva (ministra de la Casa Civil), una posición estratégica desde la que virtualmente gobernó mano a mano con el ahora ex mandatario.
Vana de segundo nombre, la nueva jefa de Estado de la mayor economía de la región nació en Belo Horizonte el 14 de diciembre de 1947. Su padre fue un empeario y abogado búlgaro, Pedro Rousseff, quien era miembro activo del movimiento comunista de su país y que debió migrar a Francia en 1929 por cuestiones políticas. Allí estuvo radicado hasta que terminó la Segunda Guerra Mundial, momento en el que partió a Sudámerica, adonde vivió, primero, en Argentina, y luego, en Brasil. Allí conoció a quien sería la madre de la presidenta, Dilma Koimbra Silva.
Posiblemente debido a la historia de su padre, pero también por las propias contradicciones de Brasil en plena dictadura militar en los años ‘60, Dilma se integró a una organización de izquierda dura llamada Política Operaria. Desde esa plataforma saltó luego al grupo guerrillero Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares, uno de los más importantes que operaba en Brasil en aquella década.
La aventura en las filas rebeldes no duró mucho. En 1970 fue arrestada y se la sometió a un proceso sumario por un tribunal militar que no le permitió ejercer defensa. Estuvo encarcelada entre 1970 y 1973 y fue duramente torturada, una historia que la emparenta con su colega uruguayo José Mujica, el otro mandatario de la región que fue perseguido y encarcelado por participar de un grupo guerrillero y luchar contra una dictadura militar.
El perfil ejecutivo que caracterizaría toda su carrera política también estuvo en aquellos años de rebelión. Se la llamaba la “Juana de Arco” de la guerrilla por la preponderancia que tenía en la organización. Cuando salió de prisión se casó con Carlos Paixao de Araújo, que también integró el mismo grupo guerrillero. De esa unión nació la única hija de la presidenta. Ya casada (se divorciaría años después), se graduó en Economía en Rio Grande do Sul y en ese estado comenzó su carrera como secretaria de Energía.
Fuente: Diario Clarín
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