La absorción de la antigua URSS por China se va a iniciar en Kazajstán, escribe hoy el diario Komsomolskaya Pravda.
En Kazajstán se perciben dos actitudes hacia China, constata la articulista Daria Aslámova. La oficial, claramente expresada por el presidente del Parlamento kazajo, Kasim-Zhomart Tokáyev, consiste en que "no hay manera de ignorar a China que tiene una frontera de 1.700 kilómetros con Kazajstán, es la economía más dinámica del planeta y pronto será la segunda en importancia". El líder kazajo, Nursultán Nazarbáyev, sugiere "no alentar recelos fantasma propagando rumores sobre la amenaza china", recordó Tokáyev.
En Kazajstán se perciben dos actitudes hacia China, constata la articulista Daria Aslámova. La oficial, claramente expresada por el presidente del Parlamento kazajo, Kasim-Zhomart Tokáyev, consiste en que "no hay manera de ignorar a China que tiene una frontera de 1.700 kilómetros con Kazajstán, es la economía más dinámica del planeta y pronto será la segunda en importancia". El líder kazajo, Nursultán Nazarbáyev, sugiere "no alentar recelos fantasma propagando rumores sobre la amenaza china", recordó Tokáyev.
Con los micrófonos encendidos, cualquier funcionario kazajo dirá que "la amenaza china es un mito alarmista". Ya en off, aflora una versión alternativa y cotidiana, basada en profundos temores históricos. El propietario de un club en Almaty, la antigua capital de Kazajstán, dijo que "los kazajos odian a China genéticamente" y, "si tuvieran fuerzas, habrían construido hace tiempo la Gran Muralla Kazaja para aislarse del vecino". Él comparó la actuación de Kazajstán con la de "un cordero rodeado por lobos". "Les entregamos sin rechistar nuestro petróleo y nuestro gas, en calidad de rescate. Que drenen todos nuestros recursos con tal de que nos dejen nuestra tierra querida", dijo.
El miedo histórico de los kazajos se remonta al siglo XVIII cuando la dinastía Qing acabó con el gobierno de los dzungar en los territorios conocidos hoy como Región Autónoma Uigur de Xinjiang. Después de que sus vecinos y antiguos rivales fueron masacrados a sangre fría, los kazajos optaron por buscar amparo en Rusia. Otro recuerdo que persiste en su memoria es el enfrentamiento entre militares chinos y soviéticos cerca del lago Zalanskol, en 1969.
A finales de 2008 China controlaba el 21% de la producción del crudo en Kazajstán, 2,5 veces más que Rusia. Al año siguiente, los chinos lograron canjear un crédito de 10 mil millones de dólares por el 49% de la petrolera kazaja Mangistaumunaigas, gracias a lo cual su participación en el sector energético de Kazajstán se elevó a un tercio, nivel equiparable al de la empresa estatal Kazmunaigaz. Ya se puso en marcha una tubería capaz de transportar cada año hasta 20 millones de toneladas del crudo de Kazajstán a China.
El próximo lanzamiento de un gasoducto chino-kazajo, para el transporte del gas producido en Turkmenistán, va a debilitar en grado considerable la posición del grupo ruso Gazprom como proveedor exclusivo del gas centroasiático. Poco a poco, China se convierte en el mayor poder energético del Asia Central.
El periodista Vladímir Roerich señala que Kazajstán, con su territorio inmenso pero despoblado, es una especie de "planeta periférico (...) desgarrado entre dos componente gravitacionales, la rusa y la china". "Como el Gran Hermano Ruso está débil, enfermo y no es capaz de retener siquiera a la pequeña Georgia, poco a poco nos reorientamos a China. Ya echaremos de menos a los colonizadores rusos. Eran casi ángeles. Construían escuelas, teatros, hospitales y carreteras. La gente no acostumbra a admitirlo a día de hoy pero este territorio jamás fue tan próspero como en la época del dominio ruso. Nadie tuvo que luchar por la independencia, nos la regalaron. Fuimos los últimos en abandonar la Unión (Soviética) y la zona del rublo. Y ahora estamos tambaleándonos, sin decidir contra quién apoyarnos".
Kazajstán es la novena nación del mundo en cuanto al territorio, y la 61ª, por el número de habitantes.
Fuente: RIA Novosti
Que se lo pregunten si no al Tibet.
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