domingo, 20 de julio de 2008

Tecnología de punta en ovinos

La estancia Monte Dinero, punta de lanza del proyecto Ovis XXI, consiguió una rápida evolución de su majada mediante un intenso plan de mejora, el trasplante embrionario y la inseminación artificial
El tercer remate anual de reproductores Merino Multipropósito (MPM) que en febrero pasado organizó la estancia Monte Dinero, en el extremo sur de Santa Cruz, a pocos kilómetros de Cabo Vírgenes, mostró el progreso de la red de productores Ovis XXI.

Se trata de un grupo de empresas independientes que comparten un esquema de negocios y se autodefinen como una "comunidad de aprendizaje" cuya base es la colaboración y la confianza, detalla Pablo Borrelli, gerente general de la empresa.

Según describe, técnicos, cabañeros y productores comerciales encaran el desafío de multiplicar la rentabilidad por animal mediante la permanente incorporación de tecnología, lo cual acelera los resultados, "con un incremento de costos que no supera los dos dólares por oveja". Por otra parte, logran organizar volúmenes de oferta de lana, carne y cueros, "en cantidad y calidad predecibles". Además, las lanas especiales (ver aparte) son adquiridas por Ultimate Merino SA, firma de la red que industrializa la materia prima y las vende bajo la marca Vön & Dungen.

Los miembros de Ovis XXI básicamente adhieren a un mismo sistema de clasificación de sus majadas y tienen la posibilidad de acceder a servicios profesionales como manejo de pastizales naturales; clasificación de hacienda, pieles y lanas; inseminación artificial, y ecografías.
La participación en este emprendimiento implica el cumplimiento de un protocolo de calidad, además del pago de una suscripción anual y una tasa del 5% sobre las ventas de semen, carneros y embriones.

La red Ovis XXI produce unos 4 millones de kilos de lana sucia y unos 500.000 corderos.
El avance de este proyecto coincidió con un buen momento para la ganadería ovina, con «excelentes» precios internacionales para lana y carne. Hay que considerar también que gracias al apoyo de la Ley de Recuperación de la Ganadería Ovina, los stocks muestran un importante incremento (se están repoblando los campos abandonados desde los noventa en Patagonia). Esta recuperación, sin embargo, se va frenando por el incremento de costos internos, que desdibujó la favorable relación de ingresos-gastos, generada por la devaluación, y también por la sequía generalizada que afecta a la Patagonia desde hace más de un año.

La rápida evolución del rodeo de la cabaña Monte Dinero se explica por su intenso plan de mejora (en el que participa como socio la cabaña australiana Glendemar y un reconocido clasificador de animales del mismo origen), el trasplante embrionario y la inseminación por laparoscopia a gran escala y una enorme dedicación de la familia Fenton. "Los carneros reflejan un notable cambio, pues tienen un tipo bien definido y homogéneo, lana muy fina, suave y larga, sobre animales de piel lisa y de conformación de tipo carnicero moderno (caras descubiertas, cuerpos largos, lomo ancho y cuartos profundos y musculosos)", detalla Borrelli.

Como consecuencia, allí los carneros se vendieron a un promedio de 663 pesos, cifra que triplica los valores anteriores al inicio de Ovis XXI y supera lo que hoy se paga por esa categoría en la región patagónica. Esta velocidad en la evolución de la hacienda en las cabañas que participan del proyecto se traslada al resto de la red debido a la utilización de la misma genética y a los homogéneos criterios en la organización de las majadas y la asignación de cruzamientos.

"Las cabañas funcionan como locomotoras que arrastran consigo el progreso de sus clientes", explica Borrelli. Según datos de la empresa, en los últimos cinco años, el porcentaje de lanas especiales producidas entre los miembros de Ovis XXI osciló entre un 5 y 15 por ciento, tanto en Merino como en Corriedale; también se registró un aumento de la señalada del 30% en Merino y del 20% en Corriedale, y disminuyó la finura de las lanas entre 1.3 y 1 micrones en Merino y entre 6 y 2.5 micrones en Corriedale (en ambos casos, en animales adultos).
Los resultados concretos en Monte Dinero confirman su papel de punta de lanza: desde 2003, la finura de las lanas producidas por ovejas madre bajó de 24 a 21,5 micras, y la de los borregos, de 21 a 18 micras. Al mismo tiempo, el peso de vellón limpio subió 150 gr/año; la estancia obtiene un 15% de lana especial, que se vende a un valor promedio de US$ 8 por kilo sucio a Ultimate Merino SA (la empresa textil de Ovis XXI); el resto de la lana se vende a US$ 5/ kilo sucio.
Además, se empezó a esquilar dos veces al año a los animales avanzados, con buenos resultados: en noviembre del año pasado se obtuvo lana especial de 16,8 micras, 77% de rinde y 80 mm de largo, en animales que habían sido esquilados en marzo, a los 4 meses de edad. Por otra parte, la producción de carne también mostró signos positivos: el porcentaje de señalada pasó de 70 a 90 y el peso de carcasa de los corderos de venta subió de 10,5 a 13 kilos.

"Los progresos realizados por Monte Dinero son mucho más rápidos que los esperados bajo cualquier otro sistema de mejoramiento de majadas conocido. De hecho, el establecimiento cambió más en los últimos 5 años que en los 30 anteriores", califica Borrelli.

Fuente: Por Analía H. Testa del Diario LA NACION - Fotos: Horacio Córdoba y gentileza de Joaquín Allolio

Una red que se distingue por sus metas
Una de las características de Ovis XXI es que más que buscar premios en exposiciones ni pretender definir una nueva raza promueven un biotipo que desafía el antagonismo con que suele verse la producción de lana y carne. También gestionan una nueva forma de criar ovinos. Según explican, su objetivo es obtener animales sin arrugas, de rápido crecimiento, de cuerpo y cuello largos, cara descubierta y entrepiernas limpias, con una tasa de fertilidad que "supera en un 20% el promedio australiano".

Los inicios de esta organización fueron en 2003, por iniciativa de Pablo Borrelli y Richard Fenton, segundo administrador de Monte Dinero. Hoy la red nuclea a 8 cabañas (distribuidas en Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Buenos Aires y Corrientes), más otras 4 cabañas ubicadas en el Sur de Chile, Uruguay y las islas Malvinas. Se estima que cerca de un millón de ovinos llevan la genética MPM, en diverso grado de avance.

"No se buscan pocos animales de punta, sino una evolución más amplia, que permita poner a disposición de los integrantes de la red una cantidad importante de carneros superiores y mejoradores", explica Pablo Borrelli. Según detalla, esta genética "no supone cambios complicados respecto del manejo tradicional", pero exige un conjunto de medidas que incluye desde el "manejo racional de pastizales naturales, adecuado manejo reproductivo y sanitario, esquila pre parto, uso de las normas Prolana para la esquila y el acondicionamiento de las lanas de majada de cada estancia y, a nivel más general, el respeto por las normas de bienestar animal".

El técnico explica que se trata de maximizar la facturación por oveja, que puede oscilar entre 8 y 77 dólares por año. "La única manera de alcanzar un mayor ingreso es producir mucha lana de alto precio y al mismo tiempo muchos corderos de alto valor. El doble propósito con parámetros modernos: lanas de menos de 20 micras, largas, muy suaves y brillantes, sobre madres fértiles, que den corderos de rápido crecimiento y alta calidad de carnes. Un detalle del negocio global es que en las majadas avanzadas, clasificadores acreditados por Ovis XXI separan las lanas superiores, de tipo Ultimate Merino (marca que identifica las fibras de la empresa), para la confección de prendas de alta gama. En 2006/7 Ultimate Merino procesó 15.000 kg de lana especial (sucia) e inicia este año su proceso con 25.000 kilos. Se proyecta una facturación de US$ 800.000 para 2008 . El 51% de las acciones de esta firma está en manos de los productores de Ovis XXI.

Inversión en Buenos Aires
Ovis XXI se propone competir en rentabilidad con la cría y la invernada de vacunos y hasta con el tambo, por lo que la empresa arrendó 1740 ha, entre Bahía Blanca y Coronel Pringles, para organizar un sistema de producción de cría y engorde de corderos (mediante un fideicomiso en el que participan inversores extranjeros y miembros de la red). El objetivo es "desarrollar un proyecto de alta tecnología que no sólo obtenga alta renta, sino que sea demostración de un nuevo tipo de negocio ganadero". La inversión inicial se estima en medio millón de dólares. El establecimiento manejará entre 8000 y 14.000 ovejas de cría. El éxito del emprendimiento dependerá en gran medida de una buena estrategia de reservas forrajeras.

Fuente: Diario La Nación