lunes, 21 de julio de 2008

La Empresa Sukhoi levanta vuelo.

Días atrás se celebró el acto de entrega de premios en la mundialmente famosa oficina de diseño que lleva el nombre de su fundador Pavel Sukhoi. Los seguidores del destacado diseñador de aviones hablaron en la ceremonia sobre la abnegada labor creativa de quienes en las duras condiciones de transformación política, económica y psicológica que han sufrido la nación y su industria de guerra no sólo lograron conservar la extraordinaria escuela rusa especializada en crear modernos medios aéreos sino que, más aún, ponerla en posiciones avanzadas del mundo.

El diploma y la medalla de Pavel Sukhoi los recibieron en medio de estruendosos aplausos de la mano del director general de la empresa “Sukhoi”, Mijaíl Pogosián, el diseñador general Mijaíl Símonov, autor de una familia de cazas Su-27, así como Vladimir Avramenko, ex director general de la fábrica de construcción aeronáutica en Komsomolsk del Amur que puso en marcha la fabricación en serie de estos aparatos. Además de ellos, aquí estuvieron presentes también el diseñador principal de los aparatos Su-27 y Su-30M, Alexei Knyshev, y el legendario piloto probador Vladimir Iliushin, Héroe de la Unión Soviética y General de Aviación. Cada uno de ellos ha hecho su inapreciable aporte a la creación de excelentes aviones en cuyo costado figuran las letras “Su”.

Según reconocen la mayoría de los expertos militares, la industria aeronáutica de Rusia hace ya mucho tiempo que viene ocupando uno de los lugares cimeros en el mundo, siendo la empresa “Sukhoi” su líder. En los últimos cuarenta años ha fabricado más de 6 mil 500 aviones de combate, de esta cantidad dos mil están en servicio en las Fuerzas Aéreas de Rusia. Representan prácticamente el 50 por ciento de todo el parque de la aviación militar nacional que dispone no sólo de cazas, bombarderos y aviones de asalto de la marca “Sukhoi” sino también tiene aviones de combate MiG, de Yákovlev, Túpolev, Beríev y otros.

El director general de la empresa “Sukhoi”, Mijaíl Pogosián, es uno de los jóvenes administradores de la industria aeronáutica de Rusia. Nació en 1956 y después de diplomarse en el Instituto de Aviación en Moscú en 1979 empezó a trabajar de ingeniero en diseño industrial. Actuó como vice-diseñador jefe en la creación del caza embarcado Su-33 y como diseñador jefe del avión experimental S-37 “Berkut” (“Aguila Real”) con flecha del ala hacia delante, aparte de ser miembro correspondiente de la Academia de Ciencias de Rusia. Mijaíl Pogosián dijo al autor de estas líneas:

- Nuestros adelantos se basan en la experiencia de las generaciones anteriores de los trabajadores de la empresa “Sukhoi” y se multiplican con el trabajo de la generación actual.
La empresa aeronáutica “Sukhoi” emplea a más de 600 mil trabajadores. La empresa incluye 128 instalaciones industriales de las que las principales son la empresa de diseño “Sukhoi”, las fábricas de fabricación en serie en Komsomolsk del Amur (fabrican aviones Su-27SK, Su-30MKK, Su-33), Ulán-Udé (Su-25), Irkutsk (Su-27UB, Su-30, Su-30MKI, Su-30MKM), en Novosibirsk (a Su-34), el centro científico-técnico “Beríev” en Taganrog que produce hidroaviones tipo Be-200, así como 500 industrias colaterales.
Los principales socios de la empresa “Sukhoi” son la empresa de ciencia y producción “Saturn”, la fábrica de motores de Ufá y la empresa de ciencia y producción “Saliut”, que fabrican grupos propulsores. Las armas las suministran la empresa “Vympel”, la empresa de ciencia y producción “Región” y la empresa de ciencia y producción “Raduga”; los equipos electrónicos de a bordo y equipos de control de armamentos los producen la empresa de diseño en Ramenskoe y la empresa “Tecnocomplex”, así como otras importantes empresas de la industria aeronáutica de Rusia. La “Sukhoi” coopera también con empresas extranjeras.

En estos momentos la empresa “Sukhoi” está finalizando el proceso de formación del Grupo Aeronáutico que ayudará a centralizar y concentrar los recursos de muchas empresas que conforman la industria aeronáutica, lograr un brusco mejoramiento de la productividad y la calidad del trabajo, asegurar el empleo máximo de empresas, utilizando en éstas técnicas de producción supermodernas, incluida la simulación computarizada.

Ya ha concluido el proceso de privatización de las fábricas en Komsomolsk del Amur y Novosibirsk que hoy día ya son sociedades anónimas de tipo abierto, siendo propiedad del Estado el cien por ciento de sus acciones. El 74,5 por ciento de las acciones de las fábricas en Komsomolsk del Amur y Novosibirsk ha sido entregado a la empresa “Sukhoi”. El capital social del Grupo constará del 14,7 por ciento de las acciones de la corporación “Irkut”, el 38 por ciento de las aciones del centro científico-técnico “Beríev” en Taganrog y el 50 por ciento de las acciones más una acción de la empresa “Sukhoi”.

El capital social de la empresa “Sukhoi” es de 15 mil millones de rublos (quinientos millones de dólares). Los beneficios anuales procedentes de la exportación de aviones es de 2 mil millones de dólares, lo que constituye más de un tercio de todas las exportaciones de armas y material de guerra rusos en 2004 (5 mil 700 millones de dólares).

En siete años de existencia del complejo aeroindustrial, que ahora ha sido transformado en el Grupo Aeronáutico, se han celebrado contratos de exportación de aviones de combate “Su” y de su producción en el exterior bajo licencia por un valor mayor a 12 mil millones de dólares. La cantidad total de aparatos vendido pasa de 160 ejemplares. Otros 250 aviones de la empresa “Sukhoi” próximamente se fabricarán en el exterior (en China y la India) bajo la licencia y con la asistencia técnica de la empresa.

Tan sólo en los años 2003-2004 la empresa “Sukhoi”, según su director general, firmó contratos por más de dos mil millones de dólares. Y en los próximos 5 años Mijaíl Pogosián espera celebrar nuevos contratos de exportación de 150 aparatos por un valor de 8 mil millones de dólares. Entre los clientes principales de la empresa “Sukhoi” fuera de Rusia están la India, China, Malasia, Indonesia, Vietnam, Argelia, Kazajstán y otros Estados.

Los pronósticos hechos por el director general de la “Sukhoi” los confirma prestigiosa firma de expertos norteamericana “Til Group” cuya opinión es que los suministros hechos por la empresa “Sukhoi” en 2004 los constituyeron 444 aviones entre cazas pesados y aviones de combate de largo radio de acción, dominando el aire aparatos Su-27, Su-30, Su-35 y sus modificaciones. Le lleva la delantera sólo la empresa Lockheed Martin con su caza F-16 Falcon (se vendieron 604 aparatos) y McDonnell Douglas con la caza F\А-18 A\C Hornet (464 aparatos).

Hoy día, la empresa “Sukhoi” se ocupa en una modernización radical de sus equipos que se suministran tanto al Ejército de Rusia como al extranjero, al plantearse el objetivo de ponerlos a nivel de “generación 4 +” y de crear un caza de quinta generación que sea protector seguro e infalible del cielo de Rusia, un equipo de combate extraordinario integrado profundamente en el sistema de lucha amada que abarca todos los medios naturales, desde el cosmos hasta la superficie terrestre, y todos los tipos de armas.

Tampoco se descarta la posibilidad de que el avión de quinta generación proteja únicamente el cielo de Rusia. Según manifestó Mijaíl Pogosián, la empresa “Sukhoi” ha ganado el concurso para crear este avión, y actualmente se trabaja en este ambicioso programa de conformidad con los planes aprobados por el Ministerio de Defensa de Rusia. Dichos planes prevén concluir el diseño de esbozos y la subsiguiente defensa del proyecto. Según se prevé, el primer vuelo de este avión “Su-5” se realizará en 2008.

Ya se determinó la cooperación entre las principales empresas socios de la “Sukhoi” que participarán en el desarrollo de este nuevo aparato. Se trata de las corporaciones “Tecnocomplex” y “Equipos Aeroespaciales” que desarrollan para el nuevo avión equipos radioelectrónicos. El aparato incorporará el motor AL-41F que desarrollará la empresa de ciencia y producción “Saturn” en cooperación con la recién creada corporación “Motores de Turbina de Gas”.

La financiación del programa, cuyo costo aproximado será de 10-15 mil millones de dólares, se realizará mayormente por el Estado a través del Ministerio de Defensa de Rusia. Pero no se descarta que por primera vez en la historia también participen en la creación del caza de quinta generación inversores extranjeros: la India y Francia. Estos países ya tienen experiencia de cooperación de este tipo que fue adquirida en el proceso de creación del caza multipropósito Su-30MKI que en sus equipos de a bordo emplea elementos de electrónica e informática de fabricación francesa, israelí e india, todo lo cual se conjuga de manera ideal con los sistemas de control de fuego y armas de fabricación rusa.

Dicho sea de paso, las negociaciones con los socios franceses, incluida la empresa Dassault, se sostuvieron en el salón aeroespacial de Le Bourget. Las partes firmaron allí el correspondiente protocolo de propósitos y sobre la creación de los grupos de trabajo que se ocupen de acordar el proyecto.

El director general de la empresa “Sukhoi” se muestra convencido de que la cooperación internacional en materia del desarrollo de aviones tanto militares como civiles devendrá vertiente principal y estratégica de la labor de su empresa. “La globalización de la economía y la cooperación internacional en materia de programas futuros en el campo de la aviación civil y militar constituyen ahora la necesidad del momento actual -, dice Mijaíl Pogosián -. El costo de los programas crece, lo complejo de los equipos también aumenta, siendo ya imposible que una empresa y hasta un país aparte pueda llevar adelante programas tan ambiciosos como la creación de medios de aviación futuros. La creación del consorcio europeo EADS, el amplio programa de empresas de cooperación como Lockheed Martin, Boeing y otras es el imperativo de la época. Nosotros no podemos quedarnos a la zaga”.

El programa “Familia de aviones regionales de pasajeros “Sukhoi” (RRJ) es uno de estos proyectos en que la empresa aceptó mantener una estrecha cooperación internacional en sus múltiples aspectos. Junto con la empresa “Sukhoi”, participan en este programa la empresa estadounidense “Boeing”, la francesa “Snecma”, las empresas rusas “Iliushin”, “Yákovlev”, la empresa de ciencia y producción “Saturn” y otras varias empresas suministradoras de equipos y sistemas aéreos.

Ya se conocen el aspecto y especificaciones de performances del avión regional que en varias ocasiones se mostró en exposiciones internacionales y se fabricará en tres modificaciones: para 60, 75 y 90 pasajeros. El peso al despegue del avión será del orden de 35,046 toneladas; la velocidad de crucero, hasta 900 km.p.h y la autonomía máxima, 3560-4620 kilómetros. Se producirán en las fábricas pertenecientes a la empresa “Sukhoi” en Komsomolsk del Amur y Novosibirsk y se suministrarán no sólo a Rusia sino a los más diversos países del mundo. El programa RRJ se estima en 600 millones de dólares, mientras que el volumen previsto de ventas excederá 10 mil millones de dólares.

“La necesidad que el mercado internacional tiene de estos aviones de línea, relativamente poco costosos y máximamente cómodos en cuanto a la explotación -, dice Mijaíl Pogosián -, se estima por los expertos en casi cinco mil quinientos aparatos para los próximos veinte años. Tan sólo en los años más próximos (RRJ se pondrá en producción en serie desde 2007) se necesitarán 300 máquinas para la CEI y más de 400, para los Estados de Europa, América del Norte y Asia del Sureste. Exportando estos aviones, la empresa “Sukhoi” espera poder ganar tanto cuanto gana con la exportación de aviones de combate, es decir, cerca de 2 mil millones de dólares al año”.
Otro campo en que la empresa “Sukhoi” mantiene la cooperación internacional es el servicio de postventa y la modernización de cazas, aviones de asalto y bombarderos de la marca “Sukhoi” como objeto independiente del comercio exterior.

La empresa ha sido una de las primeras entre las empresas de la industria de guerra especializadas en exportar sus productos y en obtener de manos del Gobierno de Rusia la licencia para este trabajo. Cerca de 2 mil 500 aviones que ostentan la marca “Su” están en otros países. Tan sólo su sistema de apoyo integral permite obtener beneficios anuales de 150-200 millones de dólares.

- El mantenimiento postventa de nuestros aviones -, dice Mijaíl Pogosián -, tiene por base el desarrollo de todo el sistema de apoyo integral a la explotación del avión, lo cual le ahorra al cliente la necesidad de cooperar con numerosas firmas intermediarias y algunas empresas que ofrecen piezas de repuesto de mala calidad para un objeto técnico tan complicado como el caza moderno.
Este mantenimiento postventa cubre ahora todos los aviones “Sukhoi”, ante todo en China y la India. Una red análoga se está estableciendo también en el Asia del Sureste, si bien no podemos afirmar que todo marcha allí a pedir de boca. Lo que estorba son toda clase de barreras burocrática de que algunos funcionarios de Rusia se sirven en provecho propio, ya que de ellos depende la posibilidad de permitir o prohibir la exportación. Eso, aparte de situaciones políticas complicadas.
Por ejemplo, de momento la empresa no puede lograr organizar las reparaciones y la modernización de los aviones de asalto Su-22M4 y Su-22MK3 suministrados hace unos años a Polonia. Otros proyectos prometedores también se ven frenados. No obstante estas circunstancias, el director general de la empresa “Sukhoi”, Mijaí Pogosián se muestra optimista. Piensa que todas estas dificultades son pasajeras.

- La cooperación internacional y la colaboración en las ramas más tecnológicas de la industria de guerra sí se abrirán camino hacia el futuro -, dice -. No tenemos otra alternativa. El comercio con armas y material de guerra determinados irá pasando a la historia. Las mejores perspectivas pertenecen a los complejos y sistemas de combate íntegros que son imposibles de crear basándose únicamente en los logros de un país o grupo de países.
Mijaíl Pogosián menciona el avión de quinta generación de la empresa “Sukhoi” como complejo de combate íntegro, como uno de los elementos más importantes del sistema de información y control del combate moderno, complejo que permite utilizar armas aéreas de manera más eficaz. Este proyecto, al igual que muchos otros programas de la empresa “Sukhoi”, ya ha levantado el vuelo.

Fuente: Por Víctor Litovkin de Ria Novosti