jueves, 10 de julio de 2008

Inflación: claves

Varios analistas en Washington advirtieron recientemente que el reto que enfrenta toda la región es la subida de precios que se hará sentir, sobre todo, en las clases más pobres de América Latina.
¿Por qué la inflación es una señal de alerta?
La preocupación de los gobiernos se debe en parte al vínculo entre inflación y descontento social. Es muy frecuente que el aumento de la inflación (es decir, el aumento en el costo de la vida) tenga impactos políticos significativos en los países donde ocurre. Un aumento súbito en los precios de bienes básicos tienden a afectar de manera desproporcionada a los más pobres, pues ellos generalmente gastan un porcentaje más alto de sus ingresos en productos de primera necesidad.
Por ejemplo, un aumento en el precio del pan puede no pasar de ser una molestia para una familia de clase media, pero puede significar una catástrofe para una familia de bajos ingresos.
Es frecuente el vínculo entre inflación y protestas sociales, por lo que muchos gobiernos se preocupan cuando observan aumentos significativos en el costo de vida. Un informe reciente del Banco Mundial advierte de posibles desórdenes en 33 países por cuenta del aumento reciente en la inflación.

¿Cómo se mide?
Generalmente cuando se habla de la inflación, se está discutiendo el cambio en el precio de una "canasta" o grupo de productos considerados representativos del consumo en un país o región específica.
Por ejemplo, si se dice que la tasa de inflación llega a 5% anual, se está afirmando que en un año, el precio de esa canasta representativa de productos aumenta en 5%.

¿Y por qué viene aumentando en los últimos meses?
Hay muchas explicaciones, que a veces tienen que ver con las inclinaciones ideológicas de los observadores. Para los que creen en las virtudes del mercado, la inflación representa generalmente un desequilibrio entre la demanda y la oferta.
RAZONES: distintas opiniones
-Desequilibrio entre oferta y demanda
-Especulación
-"Burbujas" de precios que obedecen a fenómenos irracionales

En este caso, afirman que el crecimiento económico de países como China e India está llevando a mayor consumo de bienes como el petróleo y de materias primas, lo que eleva su precio mundial. También contribuye a esto la tendencia de utilizar productos agrícolas como la caña de azúcar y el maíz para producir biocombustibles, reduciendo aún más la oferta disponible para alimentar al mercado mundial, y llevando a aumentos en la inflación.

También en muchos de nuestros países se afirma que los gobiernos están empeorando el problema al aumentar sus niveles de gastos. Pues al inyectar dinero en la economía a través del gasto público, incrementan el consumo de sus ciudadanos y empeoran la escasez de ciertos productos, llevando a la inflación.
China e India consumen más petróleo y materias primas, lo que incide en la subida de precios.Sin embargo, los que no confían tanto en las bondades del mercado creen que muchos de los fenómenos de inflación se deben a la acción de poderosos especuladores que abusan de su poder aumentando los precios a los consumidores, o a "burbujas" de precios que no obedecen a la verdadera acción de la oferta y la demanda, sino a fenómenos irracionales.

Por ejemplo, afirman que no hay ninguna razón fundamental para que el precio del petróleo se dispare de un día para otro, en los niveles experimentados en las últimas semanas.

¿No sería más fácil que los gobierno simplemente impusieran controles de precios, prohibiendo así la inflación?
Nuevamente, depende del punto de vista. Los que desconfían del libre mercado dicen que esa es la mejor solución: hacer que el gobierno intervenga e impida que aumenten demasiado los precios de los productos de primera necesidad, por ejemplo estableciendo precios máximos para esos productos de alto consumo popular.
Para medir la inflación se toman en cuenta los precios de los productos de la canasta básica.Sin embargo, los que creen en el mercado alegan que eso puede empeorar la situación para los más pobres. Señalan que cuando el gobierno impone precios máximos a los productos, muchas veces hace que los productores pierdan interés en ofrecer ese bien, pues sus ganancias se ven disminuidas por el control estatal.

Al disminuir la oferta de ese producto, se puede presentar escasez de esos bienes y racionamientos. Y entonces, dice el argumento, los que consiguen tener acceso a esos bienes baratos pero escasos son las personas que tienen buenas conexiones políticas. Mientras que los demás, y especialmente los más pobres, tienen que afrontar la consecuencia de la escasez, y comprar esos bienes en el mercado negro a un costo todavía más alto.

¿Qué otra cosa se puede hacer para controlar la inflación?
La receta tradicional para controlar la inflación es intentar disminuir el consumo de los ciudadanos para que la demanda vuelva a equilibrarse con la oferta. Una de las maneras en que esto puede lograrse es aumentando las tasas de interés, lo que hace que la gente gaste menos al volverse más caro el crédito. Esto, dice el argumento, logrará que bajen los precios de los productos al disminuir la oferta por ellos.
En muchos países el alza de la inflación coincide con la desaceleración de la economía.Sin embargo en este caso el problema que viven actualmente los mercados mundiales parece más complejo. En muchos de los países industrializados, la alta inflación está coincidiendo en esta oportunidad con una desaceleración de la economía.

Esa combinación de bajo crecimiento y alta inflación, conocida como estanflación, no se veía en los mercados mundiales desde la década de 1970. Por eso, las autoridades económicas de países como Estados Unidos tienen una decisión muy difícil por delante, pues si buscan reactivar la economía bajando las tasas de interés, arriesgan un aumento aún más grave de la inflación.
Mientras que si buscan combatir la inflación aumentando las tasas de interés, posiblemente agravarán la actual desaceleración de la economía e incrementarán el desempleo.

¿Qué pasa si la inflación no se controla?
En el peor de los casos, la inflación descontrolada puede llevar eventualmente a un caótico fenómeno conocido como la hiperinflación. En esa situación, el aumento del costo de vida se acelera de tal manera, que los productos cambian de precio varias veces en el día y su valor nominal puede alcanzar cifras millonarias.

En ese escenario, los mercados dejan de funcionar apropiadamente y se hace muy difícil cualquier transacción económica. Fue lo que se vivió en varios países latinoamericanos durante la década de 1980, aunque ningún país de la región parece estar cerca de esa condición en este momento.

Fuente: BBC Mundo