Una vez más, los métodos empleados por Estados Unidos en su guerra contra el terrorismo se encuentran en la mira internacional.
Una organización no gubernamental reveló ayer que el Pentágono usa prisiones en barcos de combate norteamericanos para encarcelar e interrogar a militantes islamistas. Reprieve, una ONG británica, acusó ayer a Washington de haber utilizado hasta 17 barcos militares como "cárceles flotantes" donde los sospechosos de terrorismo son interrogados para luego ser trasladados a prisiones en diferentes países.
Según publicó ayer el diario británico The Guardian , un informe que publicará este año Reprieve denunciará más de doscientos nuevos casos de "entregas extraordinarias" desde 2006, cuando el presidente George W. Bush aseguró que su país había puesto fin a ese tipo de prácticas. Se considera "entrega extraordinaria" el traslado de sospechosos de terrorismo en condiciones secretas y al margen de las leyes internacionales.
Washington ya había sido acusado de operaciones e interrogatorios ilegales cuando, en 2005, estalló el escándalo de las cárceles secretas de la CIA y los vuelos clandestinos con presuntos terroristas a bordo. Las denuncias de que la CIA había ocultado e interrogado a presuntos miembros de la red Al-Qaeda en cárceles de la era soviética en Europa oriental involucraron primero a Polonia y Rumania. Luego, varias investigaciones periodísticas informaron que la agencia norteamericana había tenido pleno acceso a aeropuertos militares de Gran Bretaña, España y Alemania.
Entre los buques empleados como cárceles flotantes se encuentran el Bataan y Peleliu, y se sospecha que otros quince han operado en torno de la isla británica de Diego García, utilizada como base por británicos y norteamericanos en el océano Indico. Intervención en Africa En su informe anual, Reprieve expresará también su preocupación por las actividades de otra nave de guerra norteamericana, el Ashland, a comienzos de 2007, cuando realizó operaciones de seguridad marítima frente a las costas de Somalia.
Fuerzas militares de Somalia, Kenya y Etiopía secuestraron por aquel entonces a numerosos individuos, que luego fueron sometidos a interrogatorios por miembros del FBI y de la CIA. Más de un centenar de personas "desaparecieron" luego en cárceles de Kenya, Somalia, Etiopía, Yibuti y en las que Estados Unidos mantiene en Guantánamo, Cuba.
Algunos de los reclusos africanos fueron sometidos también a interrogatorios en el Ashland y otros barcos que estaban entonces en aguas del golfo de Adén, sospecha la ONG, que en su documento incluye el relato de un prisionero liberado del centro de detención en la base norteamericana de Guantánamo y que describió la historia de uno de sus compañeros detenido en un barco de asalto anfibio. "Uno de mis compañeros prisionero en Guantánamo estuvo en el mar en un barco norteamericano con otros 50 antes de llegar a Cuba. Me contó que en el barco había otras 50 personas encerradas en el fondo de la nave y que fueron golpeadas de manera más severa que en Guantánamo", dijo en el informe.
Según el director legal de Reprieve, Clive Stafford Smith, los norteamericanos "escogen barcos para mantener (a esos presos) lo más lejos posible de la mirada inquisitiva de los medios de comunicación y los abogados". "El gobierno estadounidense admite que tiene actualmente detenidas sin cargos en prisiones secretas por lo menos a 26.000 personas, y las informaciones reunidas indican que desde 2001 un total de 80.000 pueden haber pasado por ese sistema", afirmó ayer el director Stafford Smith.
Fuentes: Agencias ANSA, EFE y AFP, y Diario La Nación