La Armada de Venezuela instalar a cañones antiaéreos ZU-23 de 23 mm, de origen ruso, a bordo de algunos de sus buques, según informó el Comando de la Escuadra de la Armada.
Los cañones ZU-23 serán instalados en la fragata Almirante Brion (F-22) del tipo Lupo clase Mariscal Sucre; en los patrulleros oceánicos tipo Avante 2200 clase Guaiquerí y en otros buques del del Comando de Guardacostas de la Armada.
En septiembre del 2009, Venezuela adquirió en Rusia unos 300 cañones bitubo ZU-23/ZOM-1-4 de 23 mm para dotar a grupos de Artillería de Defensa Antiaérea del Ejército que actualmente se encuentran integrados a las siete brigadas de Defensa Aérea del Comando de Defensa Aeroespacial Integral adscrito al Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional. Las piezas se recibieron en junio de 2011.
El cañón antiaereo ZU-23 se desarrolló en la extinta Unión Soviética, entrando en servicio en 1960. El ZU-23/ZOM-1-4 es una pieza bitubo remolcada, dotada de dos cañones 2A14 de 23 mm, con una cadencia de tiro máxima de 2.000 disparos por minuto y, efectiva, de 200 disparos por minuto. Su alcance efectivo es de 2 a 2,5 km, la altitud efectiva de 1.500 m.
Fue desarrollado a finales de la década de 1950. Fue diseñado para emplearse contra aviones que volaban a baja cota, con un alcance de 2,5 km, así como contra vehículos blindados situados a una
distancia de 2 km y para defender tropas y posiciones estratégicas de ataques aéreos llevados a cabo por helicópteros y aviones de ataque a tierra.
El arma se monta y dispara manualmente, con la ayuda de la mira óptica calculadora ZAP-23, en la cual se introducen los datos manualmente para proporcionar puntería automática limitada. Tiene una mira telescópica para su empleo contra unidades de infantería, así como vehículos sin blindaje o ligeramente blindados. Los cañones son alimentados desde dos cajas de municiones. Cada caja de munición se encuentra a los lados del cañón automático doble y cada una lleva una cinta de 50 proyectiles. Los gases producidos al disparar son parcialmente disipados a través de las
aberturas laterales de los cañones.
Siendo barato, sencillo de operar y efectivo, el ZU-23 todavía es empleado por más de 20 ejércitos.
Existen versiones de este cañón automático producidas bajo licencia en Bulgaria, Polonia, Egipto y China, además de paquetes de mejoras realizadas en varios países, incluyendo en Rusia, que ofrece versiones modernizadas con nuevo sistema de puntería y un mecanismo de rotación electromecánico.
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