Por Patricio Eleisegui - iProfesional.com
En el triángulo que comparten Argentina, Brasil y Paraguay el lavado de activos, la imitación de marcas y el narcotráfico ya mueven hasta u$s43.000 millones al año. El 40% de los tres millones de celulares que entran ilegalmente al país provienen de esa zona. Radiografía de un territorio "liberado"
Evasión, contrabando de cigarrillos y otras mercaderías. Falsificación de marcas. Presencia de organizaciones que se presumen terroristas, trabajo esclavo, idas y vueltas en el negocio de las armas.
Todos y cada uno de estos elementos se combinan para hacer de la triple frontera -que comparten Argentina, Brasil y Paraguay- una de las zonas más calientes en el mapa de Sudamérica. Se trata de un área de casi 2.500 kilómetros cuadrados habitada por cerca de 800.000 personas de diferentes nacionalidades.
La última novedad que viene a sumar preocupación a lo que ocurre en este lugar sucedió la semana pasada cuando el Gobierno congeló los bienes y el dinero del llamado clan Barakat. Se presume que este entretejido de comerciantes controla el contrabando tecnología y el tráfico de drogas y armas en torno a la paraguaya Ciudad del Este. Liderado por Assad Ahmad Barakat, tiene como base de operaciones la galería Uniamérica en dicha plaza.
La decisión oficial se sustentó tanto en denuncias por actividades ilícitas que recaen sobre este conglomerado como en nexos que emparentarían al clan con el grupo islámico chiita Hezbollah, del que se sospecha protagonizó los dos atentados que afectaron a Buenos Aires en la década de los 90.
En concreto, la UIF siguió de cerca el cobro de un supuesto premio de u$s10 millones que Barakat habría ganado en un casino de Iguazú.
La unidad activó su protocolo para la neutralización del lavado de activos por recomendación de Fincen, la red de control de delitos financieros del gobierno de los Estados Unidos. En principio, a raíz de la intención del clan de mover el monto sin declarar origen ni destino. Desde hace al menos un lustro, distintos organismos norteamericanos vienen rastreando las vías de financiamiento de Hezbollah en la triple frontera. Todos los caminos, coinciden las fuentes, conducirían al clan Barakat.
No se trata de la única organización vinculada con actividades de este tipo en esa zona. De hecho, unidades y especialistas de la región -y también de Norteamérica- afirman que ya hay cerca de una veintena de grupos desarrollando operaciones ilícitas de mediana y gran escala en la zona. Lo ocurrido con Barakat representa uno de los tantos casos que año a año se repasan en los estudios que abordan lo que acontece a diario en este punto en el que confluyen Brasil, Argentina y Paraguay.
Evasión multimillonaria
Recientemente, una serie de seminarios impulsados por el Instituto Brasileño de Ética Competitiva (ETCO) y el Foro Nacional contra la Piratería y la Ilegalidad (FNCP), dieron cuenta de un dato que pone cifras al flagelo.Concretamente, revelaron que sólo el vecino Brasil pierde hasta 9.000 millones de reales por año -u$s2.400 millones- en concepto de evasión de impuestos por actividades como el contrabando de cigarrillos.
De la actividad tomó parte la Asociación Civil Antipiratería Argentina, desde la cual se expuso que la triple frontera es la generadora del 40% de la indumentaria ilegal que se comercializa a nivel nacional. Semejante porcentaje implica una evasión de hasta $12.000 millones en concepto de IVA.
En el tabaco, la pérdida por el mismo concepto merodea los $6.000 millones. Se estima que casi el 15% de los cigarrillos que se venden en el país tiene su origen en el contrabando.
Respecto de las particularidades de estos productos, fuentes que siguen de cerca el movimiento ilegal destacan que las diferencias con la marca original van desde el "packaging" mal impreso hasta la diferencia en el aroma y sabor. "Las advertencias para la salud están inscriptas en otro idioma o bien son inexistentes. Hasta la impresión de la marca en el mismo cigarrillo está mal", comentó una fuente. Marlboro, Lucky Strike, Camel y Philip Morris, encabezan la nómina de las etiquetas más "pirateadas" en ese rubro.
"El ciudadano común no logra imaginar que detrás de todo esto está el crimen organizado y que hay pérdidas millonarias para el Estado", afirma Sergio Piris, vicepresidente de la entidad antes mencionada. "Las pérdidas derivadas del comercio ilegal representan un 50% menos para educación, 30% para hospitales, 25% menos de obras públicas y 40% medido en oportunidades de empleo", añade.
El especialista remarca que el contrabando -que tiene a la triple frontera de base- afecta a toda la sociedad, ya que profundiza la desigualdad, el desempleo, la violencia y la inseguridad.
Piris da cuenta de otro dato que exime de comentario: en 500 localidades argentinas monitoreadas ya se constató la presencia de casi 89.000 vendedores ilegales. El origen del grueso de la mercadería es el triángulo fronterizo.
En electrónica, ya es moneda corriente el ingreso ilícito de equipos de telefonía móvil. Tanto, que las compañías del sector estiman que el 40% de los 3 millones de celulares que entran a la Argentina por contrabando provienen justamente de la Triple Frontera.
La magnitud de la ilegalidad y el grado de impunidad que ostentan quienes comercian en la zona es tal que funciona casi como un estado paralelo, de acuerdo con Counter Extremism Project (ONG que investiga y denuncia canales de financiamiento del terrorismo internacional).
"La Triple Frontera se ha convertido en un mini Estado que beneficia a una élite corrupta. Mantiene un centro de lavado de dinero grande y eficiente para el crimen organizado y grupos terroristas, no sólo en la región, cediendo a organizaciones criminales internacionales unos u$s43.000 millones al año", señala el documento.
Pérdidas que se multiplican
Según Counter Extremism Project, la actividad delictiva en esta zona "caliente" debe en gran medida su origen a la fragilidad legal que ostenta Paraguay. Ese rasgo ha permitido la proliferación de grupos dedicados al blanqueo de productos robados, imitación de marcas, contrabando de cigarrillos, trata de personas y venta ilegal de armas, entre otros asuntos.
Dichas organizaciones también hacen pie en el lado argentino y brasileño de la frontera.
"La Triple Frontera se ha convertido en el epicentro, o centro comercial, de todos los bienes ilícitos y dinero que necesitan estas organizaciones para financiar sus operaciones", destaca Stuart Page, uno de los autores del informe. "Uno puede comprar lo que quiera, se encuentra todo ahí", completa.
Nacida en 1970 como área de libre comercio con flexibilidad impositiva, la zona compartida por Argentina, Paraguay Brasil rápidamente mutó en territorio liberado para el delito. Esto por efecto de funcionarios regionales apalancados económicamente por estas bandas y la existencia de fuerzas de seguridad fronteriza fácilmente corrompibles.
Los expertos en terrorismo que monitorean el lugar aseguran que la corrupción se impone en el triángulo de países. "A las bandas que piratean electrónica o trafican drogas les llevó menos de una década volverse poderosas en ese territorio", señala a iProfesional un analista consultado.
"El lavado de dinero sustenta hasta las actividades más pequeñas en lugares como Ciudad del Este. A la par ocurre el financiamiento para grupos cuestionados en el mundo como es el caso de Hezbollah", completa. Los empresarios libaneses de la zona representan el principal caudal de fondos para la organización, según tareas de monitoreos de Brasil. Dotada de un brazo político y otro militar, Hezbollah surgió a principios de los 80 en El Líbano como una milicia anti israelí. Es considerada por Norteamérica y Europa como una fuerza terrorista.
Vanessa Neumann, también integrante del equipo que elaboró el reciente monitoreo de Counter Extremism Project, apunta que la Triple Frontera es un "centro fácil para el lavado de fondos de todo el mundo". "Los camiones blindados recorren las calles de Foz de Iguazú en Brasil, o Ciudad del Este en Paraguay llevando cargas de efectivo aunque los bancos que ofrecen créditos son escasos", cita a modo de ejemplo. "Está en camino de convertirse en un subestado económicamente independiente y totalmente criminalizado", sintetiza Neumann.
Carteles bolivianos, colombianos, mexicanos, brasileños, como también organizaciones asiáticas, se interrelacionan en un espacio que le quita el sueño a más de un alto funcionario en Argentina, Brasil o Paraguay.
Más allá de los esfuerzos de algunos representantes del segmento político en los tres países, lo concreto es que nada hace suponer que el entramado de ilícitos perpetrados en el área pueda desaparecer en el mediano plazo.
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