martes, 8 de mayo de 2018

Finalizó con éxito el rescate de un buque que se hundió en el Puerto hace 16 años

Redacción El Litoral - area@ellitoral.com - La embarcación había desaparecido de la superficie en 2002. Esta semana salió a flote nuevamente. Las tareas de reflote fueron ejecutadas por una empresa de salvamento que operará durante los próximos 3 años en Santa Fe.
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A flote. El arenero Rigel, otra vez sobre la superficie, permanece amarrado al Dique I del Puerto local.

Foto: Mauricio Garín.

Ya flota sobre la superficie el buque arenero Rigel que permaneció hundido en el Dique I del Puerto de Santa Fe durante los últimos 16 años. Las tareas de rescate demandaron una semana y finalizaron el sábado pasado. Ahora, el Ente portuario inició las gestiones administrativas para darle su destino final.

El operativo de rescate pudo realizarse gracias a un convenio de cooperación firmado entre el Ente portuario y la compañía de salvamento Raúl Negro y Cia. El convenio indica además que la compañía permanecerá durante los próximos tres años con base operativa en el Puerto de Santa Fe, para prestar servicios ante cualquier eventualidad que pueda llegar a ocurrir en la hidrovía.

“Afortunadamente el buque quedó a flote, entero, y no hubo que seccionarlo”, celebró Sebastián Fumis, presidente del Ente del Puerto de Santa Fe. A partir de ahora, el Ente inició el trámite administrativo previsto en la legislación ante Prefectura Naval Argentina, que establece un procedimiento para poder retener el barco a disposición del Ente.
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Propietario, se busca

Pero si aparecen los herederos de los dueños del buque (que fallecieron) deberán hacerse cargo de la disposición final de la embarcación, asumiendo los costos del rescate —estimados en unos $ 10 millones— más los gastos por los 16 años que permaneció hundido en el Dique 1 del Puerto ocupando muelle.

En caso de que el barco quede en manos del Ente, “la idea es subastarlo o venderlo para terminar con el problema que significó la ocupación inactiva del muelle y el daño medioambiental”, explicó Fumis. “No tenemos en claro el valor que puede tener como chatarra, si bien el acero naval es costoso, habrá que evaluar qué recupero puede tener en las condiciones en que quedó. Pero lo cierto es que será retirado del Puerto, ya sea para la venta como chatarra naval o para ser restaurado”, aseguró.

Durante los próximos meses, hasta que finalicen los trámites administrativos, durante los próximos meses el buque permanecerá a flote amarrado en el Puerto. La compañía de salvamento colocó por precaución bombas de achique en su interior y la grúa que lo sostiene por popa. “si bien el barco flota por sí solo, esto se determinó porque tras 16 años de permanecer sumergido puede llegar a tener posibles fisuras. La compañía y el Puerto tendrán un cuidado especial, al igual que con el otro buque amarrado muy cerca, que también tiene carácter de abandonado y se está tramitando el permiso para disponer de ambos”.

Su historia

El buque arenero Rigel se hundió la mañana del viernes 11 de enero de 2002, en el extremo oeste de ingreso al Dique I del Puerto, cuando se encontraba amarrado a la costa. Por entonces era un buque semiabandonado que no prestaba servicio.

Según consta en un sumario administrativo de la Prefectura Naval Argentina mediante una “inspección ocular” no se pudieron detectar averías en la nave “estimando que las causas del hundimiento se deben al rápido repunte de la altura del río —señala el documento—, lo que no permitió despegar el casco del fondo, provocando el ingreso de agua por los accesos a la sala de máquinas”.

Así, el casco de acero apoyó sus 46,56 metros de eslora, 9 metros de manga y 3,23 metros de puntal sobre el fondo del dique y desapareció por completo de la superficie, a unos cuatro metros de distancia en paralelo al muelle, con una escora de 7º a estribor.

Prefectura colocó en el lugar la correspondiente boya de alerta de “barco hundido” y cuando el río estaba bajo aparecía sobre la superficie la Timonera del Rigel. El paso del tiempo hizo lo suyo y el casco sufrió las consecuencias.

Ahora que el buque fue rescatado quedó en evidencia el paso de los años que permaneció bajo la oscuridad marrón del río: el casco invadido por el óxido, herrajes herrumbrados y partes ausentes. Restaurarlo parece un imposible. Por ello habrá que aguardar la finalización del trámite administrativo para sentenciar el final del Rigel.

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