Mauricio Macri y Angela Merkel presionan a los negociadores de ambos bloques regionales, pero el debate por los cuotas de exportación se transformó en una partida de ajedrez con final abierto
Foto: Mauricio Macri y Angela Merkel durante la última cumbre del G20 en Hamburgo (EFE)
La carne vacuna, la leche, la propiedad intelectual y las internas palaciegas conspiran contra la intención de Mauricio Macri y Ángela Merkel de anunciar en las próximas semanas un acuerdo político entre el Mercosur y la Unión Europea.
El presidente argentino y la canciller alemana presionan a los negociadores de ambos bloques para llegar a la futura Cumbre del Mercosur con una declaración diplomática que demuestre que hay consenso político, pero el debate por los cuotas de exportación entre los eventuales socios comerciales se transformó en una partida de ajedrez con final abierto.
La próxima cumbre del Mercosur se hará en Asunción y la situación política es tan incierta que aún no se confirmó que los delegados de la UE volarán desde Bruselas a la capital de Paraguay para finiquitar las diferencias que preocupan al presidente Macri y a la canciller Merkel.
A los negociadores argentinos no les importa el volumen definitivo de carne vacuna que pueda exportarse desde el Mercosur. En Buenos Aires se apuesta al acuerdo con Europa como un hito institucional que tiene suficiente poder para multiplicar la inversión extranjera directa en la región. Una vaca más, una vaca menos, no hace ni mú en la Casa Rosada.
Pero en Uruguay y Paraguay, con mercados expansivos en la industria agropecuaria, las cuotas de exportación son importantes al momento de aceptar las propuestas de la UE. Montevideo está preocupado por la producción lechera y Asunción por la competencia en ciertos cortes vacunos.
Brasil tiene una posición bifronte. Su nomenclatura diplomática, refugiada en el Palacio Itamaraty, juega con el tiempo y se mueve con medida parsimonia. En cambio, la clase política que cuenta las horas para las elecciones presidenciales, suma presión y pretende que haya un anuncio histórico en la Cumbre del Mercosur en Paraguay.
Al otro lado del Océano Atlántico, los intereses comerciales y políticos se asemejan a un complejo rompecabezas con piezas bien definidas. Italia, España, Alemania y Portugal apuestan al acuerdo bilateral, mientras que Francia, Polonia e Irlanda emiten mensajes contradictorios y dilatan el cierre final del acuerdo político. Emmanuel Macron le dio su palabra a Macri, pero con el presidente francés los significados no siempre coinciden con los significantes, y en Bruselas no abundan los libros de semiología.
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