En el Gobierno creen que las filtraciones de datos parciales tienen que ver con oficiales que buscan deslindar responsabilidades.
El Gobierno está convencido de que la filtración parcial de documentos sobre el submarino San Juan tiene que ver “con una interna de la Armada en la que algunos jefes que buscan deslindar u ocultar responsabilidades” en la tragedia.
En la Casa Rosada fueron enfáticos en desmentir que exista una interna entre el ministro de Defensa, Oscar Aguad, y el jefe de la Armada, almirante Marcelo Srur. “Si bien Aguad y Srur se conocieron hace tres meses, construyeron una muy buena relación y se tienen confianza”, afirmó una fuente del Gobierno a Clarín. Srur había sido impulsado a la comandancia por el ex secretario de Defensa, Angel Tello, de la gestión del ex ministro del área y actual senador de Cambiemos Julio Martínez.
Están convencidos de que la interna tiene que ver con el avance del sumario interno que ordenó Aguad y la entrega de documentación a la jueza de Caleta Olivia, Marta Yáñez. En estas fuentes se afirmó que mañana “habrá novedades de importancia en el caso”, sin dar precisiones.
Por lo pronto, el Gobierno actúa en tres frentes. Por un lado, redobla los esfuerzos para tratar de encontrar el ARA San Juan con el minisubmarino ruso que está operando ya sobre la señal que sale desde 940 metros de profundidad. También, apuestan a que en las próximas horas llegará un minisubmarino británico para sumarse a la búsqueda. Por otro, suma medidas para contener a los familiares de los 44 tripulantes. En fuentes militares se afirmó que el subjefe de la Armada e infante de Marina, Miguel Ángel Máscolo, no tuvo una buena experiencia cuando llegó, al principio de la crisis, a la base de Mar del Plata.
Y el tercer frente es el sumario, que tendrá consecuencias políticas y jurídicas sobre la cúpula de la Armada. En fuentes militares había molestia porque dos de los tres altos oficiales que estaban calificados para reemplazar a Srur están siendo salpicados por la investigación de la tragedia. Por lo pronto, Aguad aceptó el pedido de pase a retiro del comandante del Área Naval Atlántica, Gabriel González, quien fue el primero en dar la cara a los familiares en Mar del Plata. “González habló con Srur y habló de razones personales”, explicaron las fuentes.
El otro que estaba en carrera por sus altas calificaciones y es considerado también un oficial prestigioso por sus camaradas es el comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada con base en Puerto Belgrano, contraalmirante Luis López Mazzeo.
Según las fuentes, el sumario apunta primero al comandante de la fuerza de submarinos capitán de navío Claudio Villamide, quien era el jefe directo del comandante del submarino San Juan, capitán Pedro Martín Fernández, y también indaga sobre el rol de López Mazzeo, lo que sectores de la Armada consideran “infundado e injusto”.
En el sumario se está reconstruyendo paso a paso que sucedió entre el 14 y el 15 de noviembre, cuando el ARA San Juan se reportó por última vez. En dos fuentes oficiales se le trató de restar importancia, en concordancia con lo que dijo el vocero de la Armada, capitán Enrique Balbi, a las ocho llamadas satelitales.
“Cada vez que el submarino sale a superficie y se conecta con el satélite. Algunas pueden ser conexiones automáticas, otras de voz y otras de datos”, explicó la fuente. Un problema es que “las llamadas no se graban porque son secretas” .
A criterio de las fuentes oficiales, lo más importante de las llamadas es que demuestran que el submarino “estuvo a nivel de periscopio” desde las 23 horas del día 14, hasta las 8 del 15, es decir que estaba a 17 o 18 metros de la superficie, mientras arriba capeaba un fuerte temporal. “Estaba a nivel de periscopio porque se activaron las llamadas al satélite, de lo contrario era imposible”, agregaron. No se sabe si, simultáneamente, había sacado el snorkel antes de que anunciara por ya radiofrecuencia que iba bajar a mayor profundidad para hacer las reparaciones.
Para Defensa, la clave está en los chequeos que se tienen que hacer al submarino -al igual que a los aviones- antes de partir. El San Juan tuvo un chequeo de 48 horas en la base de Mar del Plata el 25 de octubre, antes de salir a su última misión y, cuando volvió del ejercicio de tiro en la islas de los Estados, tuvo otro chequeo de 48 horas -como establece el protocolo- en Ushuaia en manos del capitán Fernández y de los tripulantes. “No reportó novedades, excepto pequeñas averías”, afirmó la fuente.
Para comprobar este dato, Aguad habló en persona con el suboficial Humberto René Vilte, quien se bajó en Ushuaia para volver a Jujuy por una grave enfermedad de su madre. Aguad conversó con "el tripulante 45", quien le aseguró que “participó de las primeras venticuatro horas del chequeo y no hubo novedades, salvo pequeñas averías. Ninguna referida al snorkel. El submarino estaba en perfectas condiciones”. Estos y otros indicios llevan a Defensa a abonar la teoría de la "crisis súbita e incontrolable".
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