lunes, 4 de septiembre de 2017

Tres aviones en uno

Por VIKTOR LITOVKIN, ESPECIAL - RUSIA HOY
El ministro de Defensa de Rusia, Anatoli Serdiukov, y el director general de la empresa Sujói, Ígor Ozar, firmaron a finales de febrero un contrato para el suministro de 92 bombarderos de combate Su-34 al Ejército del Aire. Se trata de un acontecimiento especial, no sólo por su envergadura (según datos no oficiales, el contrato alcanzó los 100.000 millones de rublos, alrededor de 2.500 millones de euros), sino también por el alto nivel tecnológico que adquiere el sector aéreo ruso.
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“Los primeros suministros de estos aviones”, comunicó el comandante en jefe del Ejército del Aire de Rusia y coronel general Alexánder Zelin, “comenzarán en 2015, y si tenemos en cuenta el contrato anterior relativo al abastecimiento de otros 32 aparatos de este tipo para 2020, en nuestro ejército habrá 124 bombarderos de combate Su-34, y más tarde esta cifra alcanzará los 140 aviones”. En el Centro de Formación y Reciclaje de Pilotos del Ejército del Aire ya existen diez Su-34, y hacia finales de 2012 está previsto recibir otros diez. La construcción de estos aviones, igual que en ocasiones anteriores, corresponderá al Grupo Industrial de Aviación de Novosibirsk Chkálov.

El comandante del ejército ha declarado al autor de estas líneas que el Su-34 es un avión único, que puede utilizarse como bombardero para atacar objetivos terrestres y marítimos, como caza para dominar la situación en el aire, y por último, como avión de reconocimiento. Tiene una gama muy amplia de armamento: misiles aire-aire y aire-tierra. Está dotado de un potente sistema de equipamiento radioelectrónico de a bordo, una estación de radiolocalización muy potente de larga distancia y aparatos de guerra electrónica. Además, el avión puede ser reabastecido de combustible en el aire, al llevar en suspensión externa depósitos adicionales de combustible, algo que aumenta considerablemente su autonomía de vuelo. Este nuevo bombardero de combate tiene también otras características especiales. Por ejemplo, puede utilizar munición con corrección de trayectoria durante el vuelo hacia el objetivo, lo cual le permite alcanzar sin fallar objetivos de pequeño tamaño.
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Según el comandante en jefe, el equipamiento instalado en el Su-34 permite disparar contra varios objetos simultáneamente, mientras que sus magníficas características aerodinámicas, la gran capacidad de los depósitos interiores de combustible, sus motores de gran ahorro energético con dos circuitos y sistema de mando digital, su sistema de abastecimiento en vuelo, así como la presencia de depósitos adicionales de combustible en suspensión, permiten al avión sobrevolar largas distancias, cercanas a las de los bombarderos estratégicos. Además, durante la producción está previsto equipar estos aviones con nuevo armamento aéreo de combate. No se excluye la posibilidad de añadir misiles de largo alcance.

Se dice que el precio de exportación del bombardero de combate Su-34 alcanza, como mínimo, los 50 millones de dólares, pero esta información no es del todo cierta. De momento, el Su-34 no se exporta, al menos hasta que se cumplan los contratos firmados por la empresa Sujói con las Fuerzas Armadas de Rusia. Sin embargo, para el Ministerio de Defensa ruso el precio del avión será considerablemente más bajo que el declarado en el mercado internacional.

Desde hace casi veinte años conozco el bombardero de combate Su-34, aunque antes se llamaba Su-30MK y más tarde Su-32MF. La denominación actual no surgió hasta diez años después. El primer encuentro con el avión fue en 1993, en vísperas del Salón Internacional de la Aeronáutica y el Espacio de Le Bourget.

El autor fue invitado a visitar la empresa por el difunto creador del Su-27 y todas sus versiones posteriores, el legendario ingeniero jefe del Buró de Diseño y Construcción Sujói, Mijaíl Símonov, para presentar ante los medios de comunicación la nueva creación de la empresa, que en su momento no quiso admitir la dirección del Ministerio de Defensa, seguramente debido a la falta de financiación. Se veía claramente que el ingeniero principal quería hacer pública esta novedad y de paso atraer la atención del gobierno y del Kremlin con el objetivo de tener la oportunidad de llevar su avión a Francia, al Salón Internacional, para lo que necesitaba la ayuda de un periodista. Sin embargo, Mijaíl Símonov no me habló de ello, sólo presentó las incuestionables ventajas de su criatura.
“Nuestro nuevo avión”, dijo el ingeniero jefe de diseño del Buró de Diseño y Construcción Sujói, “es la evolución de los aviones de la familia Su-27, incluidos los Su-47, capaz de hacer todo lo que hace el Su-24 pero en una versión mucho más potente y con la misma capacidad en cuanto a número de objetivos que el Su-27, con una autonomía de vuelo superior y 2,5 veces más eficaz en combate. El Su-30MK (así es como Símonov llamaba entonces el actual Su-34) es tan temible como un avión de choque en la línea de combate y en las zonas cercanas a la costa marítima, del estilo del cazabombardero Su-17, pero capaz de cargar ocho toneladas en armamento de combate.

Si comparamos el Su-30MK con sus análogos estadounidenses, según los especialistas, sólo este avión hace lo mismo que hacen por separado el bombardero Е-111, el caza F-15, el cazabombardero F-15Е y el avión de asalto А-10. Pero tal vez la particularidad más importante de este caza de asalto biplaza consista en que, a diferencia de todos sus análogos, es capaz de permanecer mucho más tiempo en el aire: de 10 a 16 horas. Es una cualidad indispensable si se trata de apoyar a las fuerzas móviles que pueden ser desplazadas súbitamente a cualquier parte del país.

Hay que señalar que su tiempo en vuelo tan sólo resulta limitado por las posibilidades fisiológicas de los pilotos de combate. Incluso a los pasajeros de los aviones contemporáneos de línea, a pesar de todo su confort, les resulta difícil aguantar un vuelo de varias horas, no digamos a los pilotos de un avión supersónico, los cuales no sólo tienen que pilotar en alturas extremas, sino también maniobrar cambiando bruscamente de altitudes de vuelo, hacer figuras de alto pilotaje combatiendo contra un adversario equipado. Además, los pilotos tienen que saber abastecerse de combustible en el aire, acoplando el avión con el avión cisterna Il-78 u otro avión de la familia del Su-27.
“Los depósitos de combustible encastrados del Su-30MK (sus diseñadores son contrarios acérrimos a estos depósitos en suspensión, considerando que empeoran notablemente las cualidades aerodinámicas) tienen una gran capacidad” explicó Símonov. En el vuelo de prueba sin escala, con el itinerario Moscú – Komsomolsk-na-Amure – Moscú, de 14.000 kilómetros de longitud, el bombardero sólo fue abastecido de combustible adicional cuatro veces. Por ejemplo, un F-18, en un itinerario semejante, de Estados Unidos a Australia, necesita once abastecimientos.

Además de las altas cualidades aerodinámicas típicas de los aviones Sujói, lo importante para el Su-30МК es que cuenta con el armamento actual más sofisticado. Su sistema de localización de objetivos y navegación permite utilizar armas dirigibles o, como dicen los especialistas, armas de precisión para alcanzar cualquier objetivo en tierra, mar y aire, y siempre a distancias muy largas, inalcanzables incluso para el caza interceptor Su-27.

Por ejemplo, el misil dirigible H-59M con apuntamiento televisivo, una vez lanzado fuera del campo de visión del piloto a una distancia de más de cien kilómetros, envía a la pantalla de la cabina la imagen que se transmite desde su cabeza de autolocalización, que al recibir cualquier orden del piloto vía radio es capaz de alcanzar el objetivo con un impacto directo.

Símonov me recordó a los reportajes televisivos de la CNN sobre la primera guerra de EE UU contra Saddam Hussein, en el Golfo Pérsico, cuando dos misiles experimentales estadounidenses lanzados uno detrás de otro desde dos aviones distintos (uno abrió una brecha en el muro de una central eléctrica iraquí y otro entró detrás de él por el mismo agujero) estallaron dentro del edificio. Además, los misiles transmitían la imagen del objetivo a las pantallas de televisión. “Todo lo que han hecho los misiles de varios aviones estadounidenses”, explicó Mijaíl, “son capaces de hacerlo los misiles de la serie H-59М instalados en un solo avión Su-30MK”.

El avión también lleva un misil dirigible H-29Т con apuntamiento televisivo, completamente automatizado. Sobre este tipo de misiles se dice “lanzado y olvidado”. En cuanto el piloto operador apunta con el visor al objetivo y aprieta el botón para memorizarlo, el arma “inteligente” hace el resto automáticamente.

Según el ingeniero, el Su-30MK lleva también misiles H-29L y S-29L con apuntamiento por láser. Estos se lanzan desde el avión, pero el apuntamiento se lleva a cabo con la información de la estación de mira láser que un soldado puede llevar en la espalda. El soldado sólo tiene que dirigir el rayo láser hacia el objetivo.

Podríamos hablar mucho tiempo sobre el armamento del Su-34, pero este breve texto no nos lo permite. Sin embargo, no podemos dejar de mencionar el misil H-31P, utilizado contra la radiolocalización. Este misil es capaz de destruir todo tipo de estaciones de radiolocalización de artillería antiaérea de medio y largo alcance sin que el avión entre en su zona de acción.

Por ejemplo, para el Patriot esta zona constituye unos 35 kilómetros, y para los Hawk unos 70, pero el sistema de a bordo del misil es capaz, mucho antes de acercarse a ellos, de detectar dónde se sitúa la estación de radiolocalización, introducir las coordenadas en su ordenador, “comunicarlo” al piloto y, siguiendo las órdenes de éste, alcanzar el objetivo. A diferencia de ellos, el H-31P funciona según el principio “lanzado y olvidado”.

Hay que decir que desde que me presentaran este bombardero de combate, el avión ha pasado por varias etapas de pruebas estatales, habiendo sido perfeccionado hasta su nivel actual de desarrollo tecnológico al adquirir un nuevo sistema radioelectrónico de a bordo. El ejército ruso no empezó a adquirir estos aviones hasta el momento en el que en el país hubo dinero para ello.

Durante el año pasado, los aviones Su-34 participaron en los ejercicios “Centro” y anteriormente en los ejercicios estratégico-operativos “Este”. Una escuadrilla llevó a cabo un vuelo sin escala desde la Región de Moscú hasta el Lejano Oriente, con varios abastecimientos de combustible en vuelo, “atacando los objetivos detectados”, y de la misma forma, con abastecimientos en vuelo, volvió a casa. Es algo que no es capaz de hacer hoy en día ningún otro bombardero de su categoría.

Y para terminar, un pequeño detalle: los puestos de operación en la cabina de los pilotos del Su-34 no están situados uno detrás del otro como en otros “spark”, sino que están al lado. Entre ellos hay espacio para tender un colchón, así que mientras un piloto se hace cargo del avión observando el horizonte y recibiendo información del sistema de pilotaje automático de la nave, el otro puede descansar.

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