Por Hernán Cappiello - LA NACION
Se rastreó la ruta del explosivo para llegar a los sospechosos; tenían mensajes contra Macri
Mariano Fresco es simpatizante kirchnerista. Foto: Facebook
Un simpatizante kirchnerista y su mujer fueron detenidos acusados de enviar el paquete bomba que explotó tres días antes de las elecciones en las oficinas de la empresa Indra, encargada de realizar el escrutinio, y la Justicia busca a un tercer sospechoso que se cree que encargó a la pareja el armado del explosivo, dijeron a LA NACION fuentes judiciales.
El arresto fue ordenado por el juez federal Daniel Rafecas y se produjo ayer a la madrugada en la casa del matrimonio en Claypole, una vivienda humilde de ladrillos sin revocar, piso de tierra, sobre un calle sin asfaltar.
Los detenidos por la Policía Federal fueron identificados por el juzgado como Mariano Fresco y su pareja, Analía Altamirano, ambos de 30 años, y los investigadores no encontraron en la casa ninguna referencia a que tuvieran una afiliación con grupos violentos. Fresco en sus redes sociales difundió mensajes en favor de Cristina y Néstor Kirchner, criticando al gobierno de Mauricio Macri.
Los investigadores creen que Fresco fue contratado por una tercera persona que le encargó armar el artefacto explosivo y enviarlo por correo privado a la sede de Indra. Allí, el paquete explotó y provocó heridas de consideración a dos personas.
Antes de su detención, Fresco tenía el teléfono intervenido y una de las comunicaciones interceptadas podría referirse al atentado.
Las filmaciones del lugar donde se entregó la bomba, en Paraná y Santa Fe, registraron a un hombre a bordo de una moto que entregó el paquete. Desde esa dirección luego fue mandado por correo interno a las oficinas de Puerto Madero. Los investigadores dieron con la empresa de mensajería El Líder, desde donde había partido el envío. Tras determinar que no estaban vinculados con el ataque, se descubrió que el motoquero Teófilo Soto Guerra, peruano, había sido quien llevó la caja, sin saber que su contenido era letal.
La empresa recibió por WhatsApp un pedido para llevar el paquete que provenía de un teléfono celular desconocido, donde un tal Gustavo -que dijo ser sordomudo- manifestó que quería hacer un envío, y que se lo iba a dejar a un colaborador suyo de nombre Mariano, que era quien iba a entregar el paquete. Soto Guerra fue en moto al hotel Garay, en Constitución. En la puerta lo esperaba Mariano, que le entregó el paquete y le pagó el servicio. Quien envió el mensaje de WhatsApp a la mensajería tenía llamadas previas de personas no ligadas entre sí, pero todas tenían en común a Mariano Fresco, según sus relaciones de Facebook. La misma tarjeta SIM había sido usada en otro aparato por su pareja, Analía Altamirano. La línea telefónica de Altamirano y la usada para encargar el envío del explosivo tenían al menos cinco llamadas con abonados en común.
Desde el Gobierno aseguraron que Altamirano y su mujer trabajaban con el referente de La Cámpora del barrio Don Orione.
Un caso de terrorismo K, al cual se le debe aplicarse todo el peso de la ley. Lo más importante es investigar quien le ordenó hacer el atentado...
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