Por Luisa Corradini - LA NACION
El régimen de Pyongyang se dedica a falsificar dólares y yuanes, a ciberatracos y a exportaciones ilegales, alejadas del radar internacional.
"El régimen norcoreano consagra 10.000 millones de dólares anuales a su programa nuclear. Esa cifra representa entre el 20% y el 25% del PBI, que oscila entre 30.000 y 40.000 millones", afirma la geoestratega francesa Valérie Niquet, experta en cuestiones asiáticas de la Fundación para la Investigación Estratégica (FRS). "La mayor parte proviene de actividades ilícitas", agrega.
Como el ciberatraco perpetrado por un grupo de hackers contra el Banco Central de Bangladesh en 2016, que les permitió apoderarse de 81 millones de dólares. Dos tercios de esa suma (51 millones) fueron "lavados" por los chinos Ding Shizue y Gao Shuhua en las mesas VIP de baccarat de dos casinos de Manila.

Hasta las nuevas sanciones económicas votadas la semana pasada por la ONU, las restricciones impuestas se limitaban a pocos productos y, por lo demás, eran burladas por el régimen de Kim Jong-un. Pyongyang obtenía 3000 millones de dólares por sus exportaciones y nunca tuvo problemas para conseguir en el exterior las materias primas y componentes necesarios para sus programas nucleares y balísticos.
Esos artefactos equipan desde hace relativamente poco tiempo los nuevos cohetes de alcance intermedio Hwasong-12 y el misil balístico intercontinental Hwasong-14.
"Ningún otro país hizo una transición [de esa índole] en un periodo tan corto", estimó el experto estadounidense Michael Elleman, que trabaja desde 2009 para el IISS. La incógnita, reconoce, es saber si contó con la ayuda del gobierno de Kiev. La clave del misterio se encuentra al parecer en la empresa KB Iujnoie, que cuenta con el conocimiento técnico heredado de la época soviética en que Ucrania tenía una parte del arsenal balístico de la ex URSS.
La CIA y varias agencias de inteligencia europeas sospechan, incluso, que el régimen norcoreano exportó hacia Paquistán e Irán materiales "sensibles" utilizados en sus programas nuclear y balístico.
Entre otras actividades ilícitas figura la exportación de mano de obra. El año pasado, unos 60.000 obreros viajaron a China, Rusia y Medio Oriente para trabajar en construcción, fábricas textiles o en explotación forestal. Sus salarios, que representaron unos 200 millones de dólares, son girados a entidades controladas por el Estado, asegura Go Myong-Hyun, analista del Asian Institute for Policy Studies.
Pero el rubro más productivo es la fabricación de moneda falsa. "Corea del Norte se especializó en hacer billetes de 100 y 500 dólares", denunció el grupo disidente North Korea Intellectuals Solidarity. La nueva especialidad de esas imprentas es la fabricación de yuanes, que comenzaron a testear en países asiáticos antes de introducirlos en China.
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