PARÍS.- EI método está bien rodado y es de una eficacia aterradora. Solo basta un desequilibrado, animado por el deseo de matar y dispuesto a seguir al pie de la letra el manual de la "jihad individual", puesto a punto por los terroristas radicales de Estado Islámico (EI).
"Lo único que se necesita es la voluntad de dar tu propia vida por Alá", dicen las publicaciones de la organización.
Por ejemplo, en las páginas 53 y 54 del N° 2 de la revista Inspire, una publicación fundamentalista, los editores explican cómo utilizar "la mejor máquina de segar".
"La idea es usar un vehículo como una máquina de segar. No precisamente césped, sino a los enemigos de Alá", escriben. Y prosiguen: "Tenés que emplear un camión: mientras más potente y rápido, mejor. Tenés que soldar hojas de acero en la parte delantera. No necesitás nada más, porque con la velocidad, el impacto destruye las vidas", afirman.
El aprendiz de asesino también se entera en esa publicación que las áreas céntricas de las ciudades, donde circulan cantidad de peatones, son "fabulosas para matar". Que "lo ideal es realizar esos ataques en Israel, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Canadá, Australia, Holanda, Alemania, Dinamarca y otros países". Y que después del ataque es muy difícil huir. "Por eso tenés que considerarlo una operación de martirio", dice el texto. Y concluye: "Pero no te preocupes, porque comenzarás el día en este mundo y lo terminarás con Alá".
Esos mensajes se repiten por Internet y en todas las publicaciones jihadistas desde hace años. Sus destinatarios reciben instrucciones de pasar a la acción sin esperar órdenes precisas y sin organización para entrenarlos o apoyarlos. Deben actuar en forma aislada, con cualquier arma disponible. Así lo ordenó en septiembre de 2014 el vocero oficial del EI, Abu Mohamed al-Adnani, antes de morir bajo las bombas de la coalición.
En un mensaje difundido por Al-Furqan, el principal medio de la organización, el sirio llamó a los "soldados del califato" a atacar objetivos por todos los medios. "Si no podés hacer explotar una bomba o disparar, arreglátelas para encontrarte solo con un infiel francés o estadounidense y rompele la cabeza con una piedra, matalo a cuchilladas, aplastalo con tu vehículo...", ordenó.
Hace dos semanas, un islamista británico de 52 años aplicó esa técnica en el puente de Westminster provocando la muerte de cinco personas. En diciembre pasado, otras 12 víctimas perdieron la vida en Berlín en un mercado de Navidad. En julio, 86 personas murieron y 400 resultaron heridas cuando un terrorista tunecino lanzó su camión en el Paseo de los Ingleses de Niza. En todos los casos, los ataques fueron reivindicados por Estado Islámico.
Los especialistas saben, sin embargo, que la organización está siendo literalmente aplastada en sus feudos de Siria e Irak por la coalición occidental liderada por Estados Unidos. Una situación que, señalan, tiene aspectos positivos y negativos. "La ventaja es que, casi desmantelado, EI no está en condiciones de montar células y organizar atentados de envergadura como los que se produjeron en noviembre de 2015 en París", explica el especialista militar francés Pierre Servan.
La mala noticia es que, al imponerse como ideal a todos los candidatos a kamikaze que circulan por el mundo, provocaron la "uberización" del terrorismo: "Occidente será el blanco de esa jihad durante décadas", advierte Servan. Para él, "no hay forma de evitarlo".
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