Se determinaron ya 36 políticas para acelerar los cambios; el plan se completará en 2017.
Cuando faltan 20 días para cumplir el primer año de su mandato, el presidente Mauricio Macri buscará dejar atrás la transición para lanzar la segunda etapa de su gobierno con una lista de "100 prioridades" para profundizar su gestión y acelerar los cambios. Por ahora, se definieron 36 políticas, pero el plan está en construcción y se completaría a principios del año próximo.
Según pudo saber LA NACION, Macri tiene como prioridades políticas la reactivación de la economía y la creación de empleo, la rebaja del índice del 32,2% de pobreza, el descenso en los índices de inseguridad y la reducción del narcotráfico. Serían pilares clave de su campaña electoral para las legislativas de 2017.
En su intimidad confesó en estas horas una inusual preocupación porque las inversiones se demoran mucho más de lo que esperaba. En lo político, le preocupa en extremo que la reforma política, con el sistema electoral de boleta única electrónica (BUE), esté trabada en el Senado.
"Las 100 prioridades están en construcción y se terminarían a principios del año próximo", explicó una fuente muy cercana al jefe del Gabinete, Marcos Peña .
"Tras un año de gestión se abren cientos de temas. Se harán balances y se determinará qué programas tienen impacto social para poner el foco de la gestión en la segunda etapa sobre una hoja de ruta de 100 políticas más prioritarias", agregó. El trabajo duro de evaluación lo hace el vicejefe de Gabinete Mario Quintana. Hasta ahora definió 36 políticas y debería sumar 64 programas.
"Servirá, luego del primer año de gestión, para acelerar la ejecución de planes", señaló un allegado a Quintana. Estilo Macri puro.
Esos ejes de prioridades podrían servir de disparador para debate en el retiro espiritual de Chapadmalal, al que convocó el Presidente para el 1° y 2 de diciembre, y en el Consejo Presidencial 2030 de intelectuales, que analizarán el largo plazo. Pero el principal objetivo es concretar metas. Según un borrador, para la "estabilidad macroeconómica", las prioridades serán: ordenamiento del gasto público para el equilibrio fiscal primario, plan monetario y cambiario y sinceramiento fiscal (blanqueo de capitales).
Para el Acuerdo Productivo Nacional sobresalen el Plan de Desarrollo y Transformación de Sectores, la defensa de la competencia, la desburocratización de trámites, el desarrollo del mercado de capitales, el plan nacional de turismo, la promoción, innovación y emprendedurismo y el Plan Belgrano.
Para lograr el desarrollo de infraestructura se privilegiarán los planes de energías renovables; de agua y saneamiento, de rutas y autopistas, de infraestructura de transporte urbano para el AMBA; el ferroviario de cargas, la prevención de inundaciones y la participación público privada. Para alcanzar el desarrollo humano y sustentable se priorizaron los 4000 centros de primera infancia; los 3000 jardines de infantes, el acceso a la vivienda, la cobertura universal de salud, el "Estado en tu barrio", la pensión universal para la vejez, la reparación histórica para los jubilados, la tarifa social y el desarrollo de parques nacionales.
Para combatir el narcotráfico hay un solo programa prioritario: el Plan de Lucha contra el Narcotráfico.
En aras del fortalecimiento institucional, la prioridad es la reforma política. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, negocia ahora el apoyo de cinco gobernadores reacios: Lucía Corpacci (Catamarca), Carlos Verna (La Pampa), Sergio Uñac (San Juan), Alberto Rodríguez Saá (San Luis) y Claudia Ledesma (Santiago del Estero). Estos no estuvieron el martes en Olivos para respaldarla.
Todavía siguen duros Gildo Insfrán (Formosa), Juan Manzur (Tucumán), Alicia Kirchner (Santa Cruz) y Miguel Lifschiz (Santa Fe).
Las otras prioridades institucionales son la lucha contra la corrupción, la recuperación de las estadísticas, el gobierno abierto, el sistema de medios públicos, los acuerdos económicos internacionales, la reducción de emisiones para el cambio climático, la "marca país" y la organización de las cumbres de la OMC y del G-20 en la Argentina.
Se observa demasiada lentitud en ciertas áreas como medio ambiente, salud, comunicaciones, ferrocarriles, defensa entre otras. Ademas, no se visualiza control de la gestión territorial...
El país hay que caminarlo, para detectar las anomalías -consecuencia por la acción u omisión de los responsables políticos- que requerirán la corrección rápida de ellas. Se percibe la sensación que es mas importante para el gobierno central y los provinciales la acción política destinada a captar voluntades ciudadanas para la hora del futuro voto que la gestión intensiva para el tratamiento de las prioridades que deben ser estudiadas de acuerdo con su urgencia, tendencia y gravedad...
Resumiendo: menos show y más trabajo...
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