Por Martín Dinatale - LA NACION
En una entrevista exclusiva con LA NACION, el Presidente desestimó temores de los empresarios y llamó a mejorar la seguridad jurídica en la Argentina
HANGZHOU, China.- En las últimas 24 horas, Mauricio Macri mantuvo cuatro encuentros bilaterales con algunos de los líderes más importantes del mundo, intervino tres veces en el foro del G-20, en el marco de la cumbre que se desarrolla en esta populosa ciudad china, y hasta se permitió un paseo en bicicleta con su esposa, Juliana Awada. En medio de ese vértigo de actividades, el Presidente accedió a una entrevista exclusiva con LA NACION, en la que se mostró sumamente optimista respecto de la Argentina, marcó distancias con lo que calificó como algunos "oportunistas" de la política local y lanzó un claro mensaje contra el proteccionismo y las prevenciones de un sector del empresariado, inquieto por la apertura a las inversiones chinas: "Vinimos a China a convocar a inversores, no a vender el país. Ésa es una gran diferencia y espero que la entiendan", dijo.
Macri también tuvo un gesto conciliador hacia la CGT, al sostener: "Necesitamos que todos se unifiquen. No creemos en la fragmentación del sindicalismo". Y deslizó una velada advertencia a la Justicia: "Tenemos que mejorar la calidad de la seguridad jurídica en la Argentina", afirmó.
El diálogo tuvo lugar en el lobby del hotel Wyndham Royal, situado en el corazón de Hangzhou. Durante toda la entrevista estuvo rodeado por la comitiva que lo acompañó a esta ciudad. El ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, incluso intervino en algún momento cuando se habló de la inflación. Aclaró que "dejó de ser un tema de discusión", aunque sigue siendo una preocupación del Gobierno. A su lado estaban la canciller, Susana Malcorra; el vocero Iván Pavlovsky y el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo.
-Presidente, ¿qué balance hace de esta cumbre del G-20?
-Ésta fue una enorme oportunidad para mí, por ser mi primera reunión del G-20. Por eso vine, para mostrar y ratificar esta nueva etapa de la Argentina. Queremos construir relaciones con todos los países y dejar esa etapa de aislamiento. Eso fue muy bien recibido acá. También vinimos a compartir con los países del G-20 nuestra visión de la falta de crecimiento en el mundo, la falta de generación de empleo que tanto nos preocupa en la Argentina. También esta es la posibilidad de plantear que el desarrollo del mundo tecnológico no se haga en aislamiento. Debemos sentarnos todos los países a ver cómo se resuelven los problemas, como el subsidio de la producción agrícola, que afecta a muchos países emergentes como nosotros, que tenemos capacidad de producción. Podemos ayudar en el abastecimiento del mundo en el tema alimentario, pero para eso necesitamos un sistema transparente de comercio.
-Cuando usted habla con los empresarios extranjeros y se ve una Argentina con paros y movilizaciones y conflictividad social, ¿cree que eso ayuda a traer inversiones?
-No fue un paro el de la CTA, fue una movilización. El mundo sabe y valora el esfuerzo que hemos hecho y que estamos haciendo en tan poco tiempo. También saben que tenemos un camino de mejora que recién empezamos a recorrer. Confío en que entienda el mundo que la Argentina tiene una gran capacidad de crecer. Pero acá hace falta un esfuerzo de todos los sectores: el agro, los empresarios, los gremios. Todos tenemos que defender que acá empezamos a encarar un cambio y que deben acompañar este cambio.
-¿Cree que hoy no hay compromiso de parte de algunos sectores?
-Hay de todo. Valoro que hemos hecho mucho en cuanto a transformación. Si pensamos en lo que queríamos hacer hace un año, era impensable. Nadie lo creía ni se lo imaginaba. Y hemos avanzado mucho. Por supuesto que falta mucho más, pero vamos por el camino correcto. Y por supuesto hay quienes ven la política desde su rol en forma oportunista, sin compromiso con el largo plazo. Pero por suerte yo siento que la mayoría de los argentinos hemos decidido asumir el compromiso de construir el país que soñamos.
-¿Qué sectores ve que le ponen frenos al Gobierno?
-Hay en todos lados, en el empresariado, en la política, los gremios. Hay de las dos cosas. Espero que aquellos que siguen apostando a que a la Argentina le vaya mal en los próximos meses ayuden a que a todos nos vaya mejor.
-Muchos empresarios extranjeros ven que aún no hay seguridad jurídica en el país, ven el fallo de la Corte y la judicialización del tema tarifas. ¿Eso no genera una inseguridad jurídica que frena inversiones?
-Tenemos que mejorar la calidad de la seguridad jurídica en la Argentina. Pero siento que hemos hecho avances importantes. Cerramos el conflicto con los holdouts, hemos sacado leyes que impulsan el desarrollo de las pymes, haber cumplido nuestro compromiso de pagar a los jubilados la deuda que tenía el Estado... Esto muestra que hay un avance en la dirección correcta. Falta mucho. Pero hay que tener más compromiso en la defensa del esfuerzo personal y apego al valor de la ley. No se pueden cambiar valores después de tantos años de haber estado equivocados de un día para el otro. Este es un cambio cultural.
-Usted señaló que lo de la CTA fue una movilización y no un paro, ¿le teme a un paro nacional de los gremios?
-El paro es un derecho que tienen los trabajadores. Pero acá estamos todos preocupados por lo mismo, que es tratar de conseguir que este país vuelva a crecer. Hay sectores que ya arrancaron, como el campo y la obra pública, y otros que están afectados por la inercia de todos estos años y la crisis de Brasil. Pero creo que de a poco van a ir mostrando su compromiso de volver a crecer.
-El campo es el sector favorecido con la eliminación de retenciones. Es natural que haya arrancado antes que otros?
-Lo que hicimos es lo que prometimos en la campaña: respetar una Argentina federal, destrabar la capacidad emprendedora del país, una Argentina de trabajo. Lograr una capacidad integradora de país. Lo que teníamos antes era una crisis terminal que estaba llegando, como la crisis que hoy se ve en Venezuela. Por suerte nosotros ganamos y los resultados están a la vista.
-El otro tema de campaña era ajustar el impuesto a las Ganancias en las alícuotas, y los trabajadores van a tener que esperar al año que viene para eso?
-Se hizo un cambio muy grande en Ganancias. Devolvimos $ 50.000 millones aumentando el mínimo no imponible. Esto ha sido un reconocimiento al esfuerzo del trabajador. Se avanzó en esto y mucho.
-¿Qué tiene para decirles a los empresarios de la UIA que ven con temor una competencia desleal o una invasión de productos chinos?
-Que comparto la preocupación. Hemos dicho que necesitamos trabajar codo a codo en esta transición hasta llegar a una productividad que el país necesita. El primero que debe dar el ejemplo es el Estado, que no hacía más que poner trabas al sector productivo, con sobrecostos. Por eso nosotros estamos acompañando con este proceso de mejora continua para que los argentinos tengan acceso a productos de calidad y de menor precio, intentando defender al máximo los puestos de trabajo de nuestro país. Es una tarea en la que estamos comprometidos.
-Pero ¿no se puede poner en juego una competencia desleal abriendo completamente el mercado argentino?
-Estamos para cuidar eso. Monitoreando día tras día lo que se exporta y lo que entra. Tratando de cuidar el empleo del país y dando tiempo a mejorar un país que no tiene conectividades físicas, con baja conectividad virtual, cascada de impuestos, conflictos laborales no resueltos. No se puede pretender que tenga alta capacidad de productividad en este contexto. Esto requiere tiempo. Hay que comprometerse todos, los empresarios y los trabajadores, para apuntar a eso que decía el general Perón, que la estrella polar de un país es la productividad. Eso requiere tiempo.
-¿Entonces, los empresarios no tienen que temer una invasión de productos de China?
-Es que eso no va a ocurrir. Esa no es la idea. Hemos venido a convocar a invertir en la Argentina, no a vender el país. Es una gran diferencia. Hemos venido a decir que nos tienen que comprar más, que tenemos un fuerte déficit con China, por ejemplo. El presidente Xi Jinping reconoció esto y dijo que está dispuesto a trabajar para revertir ese déficit y que nos permita aumentar el intercambio.
-Hay diferencias en el déficit de la balanza comercial con otros países. ¿Atribuye eso a una política de distorsión de las estadísticas del comercio exterior?
-Por supuesto, en esta recuperación de estadísticas estamos tratando de generar un número certero en todos los ámbitos, en línea con el compromiso de que gobernar es decir la verdad.
-¿Esto tiene que ver con las irregularidades que se denunciaron desde la Aduana?
-Hubo un tremendo nivel de contrabando en la Aduana, pero por suerte le hemos puesto límites y estamos empezado a corregir.
-Usted habló de sumar a las Fuerzas Armadas a la lucha contra el narcotráfico. ¿Dónde estará el límite para que se involucren en la seguridad interior sin violar la ley de seguridad interior?
-Todos estamos comprometidos en la lucha contra el narcotráfico: las fuerzas de seguridad, las policías, la comunidad y las Fuerzas Armadas también. Todos tomamos conciencia de que el narcotráfico afecta a todos. Así que las Fuerzas Armadas, dentro del límite que les marca la ley, colaborarán en todo lo que sea necesario.
-¿La inflación dejó de ser un problema, como dijo Prat-Gay?
-(Interviene el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay.) Quiero aclarar que lo que dije es que antes los periodistas hablaban sólo de la inflación y ahora que bajó, la inflación dejó de ser un tema de discusión. Pero sigue siendo un tema para nosotros.
-(Continúa Macri.) A mí eso me tranquiliza, porque yo empeñé mi palabra al decir que la inflación iba a bajar drásticamente en el segundo semestre, y lo estamos logrando. Después se desvirtúa y decían que yo había dicho que esto iba a ser una fiesta en el segundo semestre. Nunca dije eso. La verdad es que el compromiso fue bajar el gasto y la inflación. Y eso se logró.
-Pero ¿no cree que se generó mucha expectativa para el segundo semestre?
-Creo que fue un malentendido. Yo dije que la baja drástica iba a ser en la inflación y dije que la economía se iba a reactivar entre fin de año y el año que viene, y es lo que venimos sosteniendo.
-¿Pero ustedes plantearon una lluvia de inversiones que no llegó?
-Todos los días hay anuncios de inversiones. En el Ministerio de Producción se acreditan más de US$ 35.000 millones de inversiones. Es varias veces más de lo que tuvo la Argentina en los últimos años. No es poco. Ahora, el impacto de esas inversiones no se da de un día para el otro. Es un flujo que se va a ir dando. El malentendido es plantear la consolidación de inversiones y en ver cuánto impacta ello en la economía real. Eso va a ir sucediendo en el tiempo.
-¿No cree que el empresariado extranjero aún ve al país con recelo?
-No lo veo así. Todas las multinacionales que están en la Argentina ampliaron sus planes de inversión. Hay mucha inversión en la industria automotriz y en energía. En la medida de que todos nos comprometamos a consolidar ese cambio para que a la Argentina le vaya bien y haya crecimiento y una comunidad predecible, eso se va a ir mejorando.
-¿Es predecible una Argentina con una CGT unificada, que pueda movilizar y mucho en contra de su gobierno?
-Es mejor. Necesitamos que todos se unifiquen. No creemos que la fragmentación en el sindicalismo o en el empresariado sea bueno para la Argentina. Si queremos tener muchas políticas de Estado necesitamos reducir la fragmentación.
-¿Hace alguna autocrítica de estos nueve meses de gestión?
-Siempre hay autocrítica.
-¿Pero señale alguna puntual?
-Haber querido ir mas rápido de lo que se puede. Uno es ansioso y quiere darle de inmediato respuestas a la gente. Lo importante es hacerles entender a la gente que este no es un cambio económico. Es un cambio cultural.
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