Por Pablo Novillo - Clarin.com
Se concesionará una porción del terreno, donde habrá comercios y talleres, entre otros servicios. Además, repararán la pista para recuperar la actividad deportiva.
Autodromo de la Ciudad de Buenos Aires - Foto: Mario Quinteros
Su presente de abandono nada tiene que ver con su pasado de gloria, pero su futuro puede cambiar desde hoy. El Ejecutivo porteño presentará ante la Legislatura su proyecto para concesionar parte del terreno del Autódromo porteño y permitir la instalación de concesionarias, talleres y otros comercios y servicios. La idea es usar ese dinero para reparar la pista y las tribunas y lograr que el complejo vuelva a la plena actividad deportiva.
Al proyecto lo elaboró el Ministerio de Modernización del Gobierno porteño, cuyos funcionarios comenzarán hoy una ronda de presentaciones antes diversas comisiones de la Legislatura porteña. Si bien se trata de una ley que requiere la aprobación de 40 de los 60 legisladores, en el oficialismo confían en lograr consenso. Agregan que la iniciativa cuenta con el apoyo del Automóvil Club Argentino (ACA), la Asociación de Corredores de Turismo Carretera (ACTC), la Federación Argentina de Motociclismo (FAM), la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA) y la Asociación de Concesionarias de Automotores (ACARA), entre otras instituciones del mundo automotor.
El Autódromo hoy es manejado por la empresa ACBA, que tiene una concesión precaria. En 2014, la Justicia clausuró una tribuna y otras instalaciones por fallas en la seguridad. Desde entonces el predio tuvo muy poca actividad. Recién este año, y tras algunas inversiones puntuales, se recuperaron algunas carreras de TC 2000 y Súper TC 2000, y se espera que se corran una fecha del Top Race en diciembre y la prueba de la Fórmula E.
¿En qué consiste el proyecto para recuperarlo definitivamente? El predio tiene cerca de 180 hectáreas, de las cuales 139 se mantendrían como zona deportiva, mientras que las otras 41, las que están de frente a la avenida Roca, serían liberadas. Hoy ese sector es utilizado como depósito de autos de concesionarias.
La idea es trabajar en dos etapas. En primer lugar se abrirán las manzanas que están sobre Roca entre la General Paz y Larrazábal. Se correrá el cerco perimetral hacia la pista y construirán calles, espacios verdes y sectores para emprendimientos económicos vinculados al mundo automotor: concesionarias, servicios de posventa y talleres mecánicos, venta de repuestos y accesorios, tiendas de merchandising, locales gastronómicos y hasta un Museo del Automóvil que gestionaría el ACA. Se calcula una inversión de los privados de cerca de 4,5 millones de dólares, más otros 4 millones que pondría el Estado para la urbanización. Esta etapa se completaría en tres años.
Paralelamente, el Gobierno invertirá 3 millones de dólares para recuperar la pista, las tribunas, el sector de boxes y otras áreas deportivas. Así se podrán organizar más carreras y acercar gente al complejo. Estaría terminado en un año. El Autódromo mantendría su capacidad de cerca de 60.000 personas, entre tribunas fijas y móviles.
La segunda etapa, que se desarrollaría de cuatro a ocho años, abarcaría el resto de las manzanas hacia el lado de Escalada. La urbanización llevaría unos 6 millones de dólares, mientras que los privados aportarían otros 8 millones de dólares. En este sector se mantendría la Dirección de Licencias (donde se tramitan los carné de conducir) y la pista de educación vial.
La administración del Autódromo quedaría en manos de un fideicomiso, en el que los privados y las asociaciones civiles tendrán representación, pero que sería controlado por el Estado. Las empresas que inviertan tendrán concesiones por 30 años y contarán con exenciones en Ingresos Brutos, Sellos y otros impuestos.
Además de las competencias de autos y motos, el remodelado Autódromo permitiría también la realización de actividades culturales con los vecinos. Y, aunque no es la prioridad, también podría alojar recitales y otros eventos masivos.
En el Gobierno se entusiasman con el impacto económico que tendría la reactivación del complejo. Además de que el Autódromo sería autosustentable, las inversiones podrían generar 3.000 puestos de trabajo en el rubro de la construcción más otros 10.000 en los comercios y servicios.
El sueño de la Fórmula 1 sigue lejos
La inversión de 3 millones de dólares para la pista, los boxes y las tribunas dejaría al Autódromo porteño en un nivel llamado “Grado 3”. Esto permitiría la realización de carreras de casi todas las categorías de automovilismo y motociclismo. Pero el sueño de que Buenos Aires vuelva a recibir a la Fórmula 1 seguirá esperando: para conseguirlo habría que invertir otros 40 millones de dólares.
“Una pista para F1 implica una inversión altísima. Hay que usar un tipo de pavimento muy especial y renovarlo cada año, además de que no podría usar la pista ninguna otra categoría para no dañarla. También se debe invertir mucho en las tribunas, en medidas de seguridad y en otras cosas. Y ésto sólo en infraestructura, porque aparte está la inversión para traer a los autos a correr”, explicaron en el Ministerio de Modernización de la Ciudad.
El Gran Premio de Buenos Aires se corrió por primera vez en 1953 y se sostuvo hasta 1960 (salvo en 1959), en los años de oro de Juan Manuel Fangio. Luego volvió entre 1972 y 1981 (menos en 1976), cuando Carlos Reutemann era protagonista. El último ciclo de carreras fue entre 1994 y 1998.
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