jueves, 11 de agosto de 2016

El viejito fusil Dragunov: un 'alargador' para el Kaláshnikov

Creado hace 50 años, sigue manteniendo su vigencia entre los francotiradores. Fuente: Getty Images Por ALEXÁNDER KOROLKOV - RBTH
El Ejército soviético, y posteriormente el ruso, disponen desde hace 50 años de este fusil con mira telescópica tan poco común. 

Foto: Creado hace 50 años, sigue manteniendo su vigencia entre los francotiradores. Fuente: Getty Images

Cualquier francotirador de los actuales servicios especiales señalará que la longitud de alcance no es la correcta y que la desviación es excesiva, pero si se trata de alguien de las Fuerzas Especiales rusas hablará con respeto de este 'ancianito' que oficialmente está presente en el armamento de 26 países del mundo y que ha luchado prácticamente en todos los conflictos desde los años 60.


El legendario SVD o el fusil de francotirador Dragunov, al igual que el fusil Kaláshnikov, recibió su nombre por la tradición soviética de ponerle el apellido de su creador.

A pesar del nombre, no se trata de un fusil de francotirador en el sentido tradicional del término, lo que mucha gente olvida cuando comienza a criticarlo comparándolo con los fusiles de francotirador modernos en las tablas de características de Wikipedia.

De acuerdo con las instrucciones de tiro el SVD tiene una alta probabilidad para alcanzar objetivos como "figura humana" con un primer disparo a una distancia de 300 metros, los objetivos de  "torso" (50x50) se alcanzan con la misma garantía con el primer disparo a distancias de 600 m.

Este fusil inicialmente se diseñó para "aumentar el alcance de fuego efectivo de las divisiones mecanizadas hasta los 600 metros". Eso y nada más. Era por lo tanto un 'alargador' para el Kaláshnikov, cuya distancia de fuego efectivo apenas alcanzaba los 400m.

Los creadores del fusil tenían ante sí una tarea contradictoria. Por un lado tenían que garantizar una alta precisión de fuego, por otro, las estrictas exigencias de resistencia obligaban a aumentar las holguras entre los detalles del fusil lo que eliminaba la precisión del disparo.

Pero el fusil no iba a ser usado por superprofesionales con años de preparación que dormían con su arma, sino por jóvenes reclutas del Ejército soviético recién salidos del colegio y que tan solo habían visto máquinas en su koljós natal o en las clases profesionales. Además, el fusil debía ser semiautomático y tener bastante rapidez de tiro. El ganador del concurso fue Evgueni Dragunov, heredero de una larga saga de armeros, que antes se dedicaba a las armas deportivas. La competencia a la que tuvo que hacer frente no era poca cosa, superó al proyecto de Kaláshnikov que presentó a concurso un fusil creado sobre la base del AKM.
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Fusil de francotirador Dragunov (SVD)

El punto medio que se encontró en la construcción permitió al nuevo fusil, que apareció en 1963, tener unas características militares del nivel de los mejores fusiles semiautomáticos que se mantiene hasta hoy en día.

Cuando apareció fue prácticamente uno de los primeros del mundo desarrollado especialmente para francotiradores. La aplicación de elementos como una culata deportiva con mango de pistola, cachas desmontables del mango, una retícula universal con escala para las correcciones laterales y escala telemétrica, filtro de luz, una tapa móvil, fueron soluciones revolucionarias para su época.

En otras palabras el SVD fue la respuesta a una demanda de la época en la que el desarrollo tecnológico y la movilidad de las acciones militares cambió las tácticas de los francotiradores.

Además de una alta precisión el fusil tenía que tener una configuración ligera y compacta, capaz de disparar de forma semiautomática en cualquier condición de batalla y climatológica. En comparación con el cargador de un fusil de francotirador habitual, cuya velocidad real de fuego es de 5 disparos por minuto, el Dragunov, según afirman los expertos, alcanza los 30 por minuto.

Se creó un cartucho especial de francotirador para el SVD con una bala con el interior de plomo. Además, como sería utilizado por las fuerzas de infantería, se le colocó incluso una base para bayoneta.

En todo el tiempo que ha participado en conflictos por todo el mundo, el SVD se ha ganado la fama de ser un arma impecable.

Una buena preparación del francotirador permite realizar un fuego preciso incluso contra objetivos como helicópteros o aviones de baja velocidad. Hay hasta un caso registrado en el que un guerrillero del FLNFM el 12 de noviembre de 1989 consiguió derribar con un disparo de su SVD un caza Cessna A-37B Dragonfly de la Fuerza Aérea del Salvador. La bala atravesó al piloto tras lo que el avión perdió el control y se estrelló.

SVD: un fusil de francotirador insustituible

En Rusia se ha seguido trabajando por perfeccionar el fusil de campo de francotirador. Durante la campaña de Afganistán apareció una modificación desmontable del SVD para la infantería motorizada y de paracaidistas con un cañón reducido de 590 mm y una sólida culata metálica que se desplegaba hacia el lado derecho.
A comienzos de los años 90 apareció la versión automática del SVD, el SVU-AS. El principal cliente del fusil automático para francotiradores ha sido el Ministerio del Interior. En 2006 el Ejército ruso incorporó el fusil de francotirador semiautomático de 9 mm que recibió la denominación de Fusil de Francotirador Dragunov de gran calibre (SVDK).

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