(Nuestro Mar) - Con la presencia de autoridades portuarias, el sábado se realizó la tradicional ceremonia. El tangonero de “Pesquera Gianfranco” operará desde el puerto de Rawson.
Una mañana gris y ventosa fue el marco de la ceremonia de botadura 125 de Astillero Contessi, con el bautismo de “Franco José”, un pesquero tangonero para la firma Pesquera Gianfranco S.A., con asiento en el puerto patagónico de Rawson.
Como hace mucho no se observaba, las gradas al pie del casco estuvieron pobladas de funcionarios de diverso nivel. Desde el subsecretario de Actividades Portuarias, Héctor Lobbosco, al presidente del Consorcio Portuario, Martín Merlini, el obispo Antonio Marino, el jefe de Operaciones de la Prefectura Naval Mar del Plata Edgardo Gustavo Pisani y el capitán Alejandro Late en representación de Tomás Gerpe, subsecretario de Pesca de la Nación.
“Si la inflación se estabiliza y se recuperan los precios internacionales de algunos commodities, volverá la rentabilidad y será el momento de renovar barcos, puesto que la flota nacional tiene una muy elevada antigüedad que la hace obsoleta e ineficiente. La actual política económica augura buenas perspectivas para la pesca que es un sector netamente exportador”, manifestó Domingo Contessi en su discurso.
Si bien se trata de un prototipo similar a los últimos tres botados, este tiene algunas características especiales ya que tanto la cabina como todas las zonas que están en contacto con las capturas, fueron realizadas en acero inoxidable para lograr una mejor calidad y menor mantenimiento.
“Es responsabilidad de todos apoyar al país en los momentos difíciles. Desde el rol empresario debemos atender las crecientes necesidades de nuestros empleados y principalmente garantizarles continuidad laboral. Por eso hemos dado comienzo a la construcción de un nuevo barco, que no tiene dueño pero que permite seguir trabajando a todos los rubros del Astillero sin tener que suspender o despedir personal”, subrayó Contessi.
El “Franco José” es la segunda embarcación que adquiere la familia Vestuti. La primera fue el “Don Giuliano” botada en agosto de 2001 y la cual le dio inicio a un proceso de renovación de la flota costera de Rawson.
Franco y José se llaman dos de los hijos de esta familia. “Como decía su madre y madrina del barco queda un tercer hijo que también merece su homenaje y no queremos ser responsables de un conflicto familiar. Además, el refrán dice que no hay dos sin tres”, dijo Domingo y generó una sonrisa amplia entre los asistentes.
En el tradicional mensaje del Directorio del Astillero reconoció la difícil realidad que atraviesa el país, pero se mostró optimista de cara al futuro. “La Argentina no podía seguir adelante con una economía enferma y ficticia”, resumió el industrial.
Las palabras finales fueron de reconocimiento y agradecimos a los integrantes de la firma propietaria y armadora, como así también a todos los empleados del Astillero en las vísperas de un nuevo Día del Trabajador. La embarcación demandó una inversión de más de 1,5 millones de dólares y además de los casi 60 trabajadores del astillero, generó trabajo para otras 300 personas de manera indirecta. (Por Roberto Garrone; Revista Puerto)
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