martes, 5 de abril de 2016

Un misterioso millonario chino,detrás del incierto canal de Nicaragua

Por Suzanne DaleyThe New York Times
Expertos y analistas creen que el proyecto pierde fuerza por la desaceleración económica del gigante asiático; la empresa sostiene que dialoga con nuevos inversionistas


BRITO, Nicaragua.- El primer relevamiento para la construcción de un canal de conexión entre el Pacífico y el Atlántico en este lugar fue realizado por un explorador español en el siglo XVI. Mucho más tarde, Napoleón III también tuvo el mismo sueño, y en su momento el magnate de los ferrocarriles Cornelius Vanderbilt obtuvo los derechos para hacerlo realidad, aunque por poco tiempo. La historia de Nicaragua está plagada de proyectos fallidos para la construcción de un canal interoceánico.

Pero hace un año, cuando el megamillonario chino Wang Jing inauguró las obras en un predio de las afueras de Brito, una tranquila aldea sobre el Pacífico, muchos nicaragüenses creyeron que esta vez finalmente tendrían su canal.

Y no uno de poca monta, sino tres veces más largo y dos veces más profundo que el canal de Panamá, que se abriría paso a través de 275 kilómetros del sur de Nicaragua, arrasando frágiles ecosistemas, bosques nativos y paisajes de belleza inenarrable. El canal permitiría el paso de los barcos de mayor porte del mundo, naves del tamaño de rascacielos que son demasiado voluminosas para el canal de Panamá.

Pero ya han pasado 16 meses y el proyecto -el mayor movimiento de suelos de la historia del planeta- sigue rodeado de misterio y ya genera acalorados reclamos y protestas. Hace meses que el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, no se refiere al tema y no hay signos visibles de progreso: donde Wang echó la primera palada de tierra siguen pastando las vacas.

Los expertos dicen estar desconcertados por el proyecto. Tal vez cuente con el apoyo del gobierno chino, como parte de su creciente interés en la región, o tal vez sea una inversión privada que quedó a la deriva a causa de las turbulencias de los mercados chinos y la desaceleración de la economía de ese país.

Cuando se inauguraron las obras, en diciembre de 2014, Pekín negó cualquier participación en el proyecto. Ese dato, sumado a los recientes reveses sufridos por Wang -se dice que ha perdido el 80% de su fortuna, de 10.000 millones de dólares-, hace que algunos expertos crean que el proyecto debe darse por perdido.

Desde las empresas de Wang aseguran que simplemente se están tomando más tiempo para realizar estudios de construcción previos. "Es un proyecto notoriamente poco transparente", dice Margaret Myers, directora del programa para China y América latina del instituto de políticas Inter-American Dialogue. Myers cree que el proyecto probablemente murió por falta de fondos, pero, como la mayoría de los expertos, no tiene certezas.

Lo que sí queda claro es que los opositores al canal -ambientalistas, defensores de los derechos humanos y economistas- están organizados y no tienen pelos en la lengua. En esta parte del país, muchos vecinos han escrito "Fuera Chinos" en las fachadas de sus casas, y no hay un póster de la campaña por la reelección de Ortega que no tenga un bombazo de pintura negra.

Ortega anunció el acuerdo en 2013, con la promesa de que el canal transformaría a Nicaragua y generaría cientos de miles de puestos de trabajo, hasta duplicar, eventualmente, el PBI del país. Muchos nicaragüenses siguen siendo optimistas. Pero cada vez son más los que creen que los beneficios del negocio no están claros.

Algunos incluso dudan de que el canal sea económicamente viable. Con la expansión del canal de Panamá a punto de ser inaugurada, serán pocos los superpetroleros y grandes cargueros de contenedores que no podrán pasar por esa vía. Además, son pocos los puertos suficientemente grandes como para recibirlos. En el corto plazo, según algunos expertos, la sumatoria de ambos canales generaría sobreoferta y una guerra de precios.

Los economistas y los activistas de los derechos humanos también objetan los poderes otorgados a Wang para expropiar tierras por un precio muy inferior al del mercado y dicen que los términos de la concesión podrían desalentar a otros que quieran invertir en Nicaragua.

Los expertos dicen que Wang sólo tendrá que pagar el valor fiscal de las tierras que ocupe, o sea alrededor de un 5% del valor de mercado.

Según el proyecto aprobado en trámite exprés en el Parlamento y consagrado en la Constitución, el canal arrancaría a lo largo de una prístina playa de Brito y luego atravesaría el lago Nicaragua, que con los dos volcanes que se elevan desde sus aguas es uno de los principales destinos turísticos del país. Alcanzaría las costas del Caribe luego de atravesar las tierras de las tribus Rama y Kriol, una región actualmente inaccesible por tierra.

Un informe recomienda ampliar los estudios en varias zonas antes de avanzar y advierte que serían necesarias enormes y amplias medidas para mitigar el impacto del proyecto, como tareas de reforestación y de capacitación laboral.

Para algunos, esas medidas son una fuente de esperanza. Jeffrey McCrary, biólogo norteamericano que trabajó en ese estudio, dice que la empresa de Wang proveerá el financiamiento necesario para reparar el daño ambiental ya existente, causado por la deforestación, el empobrecimiento de los suelos cultivados, la fumigación y los desechos vertidos en el lago.

"Conozco el lago y está en un estado lamentable", dice McCrary. "¿La construcción del canal implica la muerte de miles de peces? Sí, es cierto. Pero sin el canal, creo que el lago está perdido."

Pang Kwok Wai, vicepresidente de Hong Kong Nicaragua Canal Development Investment Co., la empresa de Wang, dijo que el magnate está en conversaciones con potenciales inversores y que anunciarían esos avances "en su debida forma". Aseguró que Wang había invertido US$ 500 millones en el proyecto.

El ejecutivo también dijo que la empresa, aunque no está obligada, pagaría los precios de mercado por las tierras que necesita. "Estamos en Nicaragua para traer progreso y jugar limpio", aseguró.
Traducción de Jaime Arrambide

Un detalle que no se nombra, en ese lugar existe una falla geológica...

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