LPO - El empresario apuesta a revivir su empresa gracias a esta norma. Ya tiene proyectos en tres provincias.
La Ley nacional 26.190, propuesta en el 2006 por Alberto Balestrini y José Pampuro, y que fuera modificada a partir de un proyecto del senadr chubutense del FpV Marcelo Guinle en el 2014, fue la clave para que este 2016 lo encontrara al gigante de la metalúrgica y la tecnología IMPSA expectante de volver a ser la nave insignia del poderoso grupo económico que supo ser.
El 30 de marzo pasado, Mauricio Macri, a intancia del ministro de Energía, José Aranguren, reglamentó la ley 27.191 que modificaba la anterior, y por la cual los grandes consimidores de energía eléctrica, al 21 de diciembre del 2017, deben utilizar como mínimo un 8% de energías renovables.
Hoy por hoy, IMPSA está trabajando a destajo en su nueva mega planta de Mendoza: está realizando 26 generadores eólicos con palas de 100 metros para una planta en La Rioja. Además, en sus tradicionales instalaciones, está terminando cuatro generadores de vapor para la central nuclear Embalse y se avanza con la producción de turbinas hidroeléctricas para una obra en Venezuela, según datos citados por el CEO de la empresa, Juan Caros Fernández, a La Nación.
Justamente las nuevas disposiciones de la ley de fomento a la energía renovable, ha abierto un mercado hasta el momento inexistente: el de los consumidores industriales de energía eléctrica, que necesitan sí o sí reemplazar la energía tradicional por renovable con un plazo perentorio.
Además, el Gobierno nacional creó recientemente un fondo de 12.000 millones de pesos para fomentar el uso de energías renovables.
IMPSA, así, gracias a la ley y su modificación, ambas planteados por dirigentes peronistas, y la reglamentación firmada por Mauricio Macri, pudo salir adelante tras sus graves problemas financieros. En Brasil, por ejemplo, buena parte de su filial debió ser entregada como parte de pago a sus muchos acreedores.
En noviembre del año pasado, el Enrique Pescarmona fue el que salió a explicar que el grupo había refinanciado su deuda de 1.000 millones de dólares y entregado el 40% de sus acciones a los acreedores. “La crisis fue por la falta de pagos de un proyecto muy grande en Brasil. Básicamente lo que pasó es que durante treinta meses no nos pagó Electrobras. En total fueron 250 millones de dólares y hoy tenemos un reclamo judicial por esa deuda”, detalló el empresario mendocino.
No obstante parece que todos los problemas quedaron atrás, aunque en el grupo saben que la competencia será durá, incluso con jugadores extranjeros: “Bienvenidos”, resumió Fernández el ánimo que hoy reina en IMPSA tras haber pasado momento críticos.
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