martes, 12 de abril de 2016

Noruega construye un buque militar por una suma récord para espiar a Rusia

(RT.com) - Se espera que el nuevo buque, Marjata IV, entre en servicio esta primavera.

Por primera vez en la historia Noruega enviará para espiar a los submarinos rusos dos buques militares en lugar de uno, informa el periódico 'Svenska Dagbladet'. Las versiones anteriores del proyecto militar Marjata se utilizaron durante muchos años para efectuar misiones de inteligencia electrónica cerca de la frontera con Rusia.

La nueva modificación es mayor que las anteriores. El Marjata IV tiene 126 metros de eslora y 23,5 de manga. Los componentes del buque están producidos en la base naval estadounidense de Cheatham. El proyecto ha sido uno de los más costosos para el establecimiento militar noruego: casi 170 millones de dólares.

El jefe del Servicio de Inteligencia Militar noruego, el general teniente Kjell Grandhagen, informó en marzo de que el buque vigilará las embarcaciones civiles y militares en el mar de Bárents durante los próximos 30 años.

Los documentos de la NSA filtrados por Edward Snowden describen a Noruega como un "socio de ensueño" para los servicios secretos de Estados Unidos. En el libro 'Base de espionaje: la historia desconocida de la CIA y la NSA en Noruega' el periodista del medio noruego NRK Bard Wormdal analiza el espionaje realizado por este país desde los años 50, centrado en vigilar lugares rusos y compartir la información con los servicios de inteligencia estadounidenses.

Este periodista explica que el mar de Bárents es muy importante para EE.UU. por la presencia de Rusia, con lo cual Washington colabora desde hace años con los servicios secretos de Noruega, compañero de la OTAN. El autor subraya que el país norteamericano patrocinó la construcción y el mantenimiento del buque de espionaje Marjata en los años 50 y está equipando otro nuevo con el mismo nombre en la base de la CIA en Camp Peary (Virginia).

Además, Bard Wormdal señala que la estación de radiolocalización estadounidense Globus-2 —ubicada en la isla noruega de Vardo y que, oficialmente, recoge datos espaciales— es capaz de detectar los lanzamientos de misiles intercontinentales rusos y de vigilar la actividad de la Flota del Norte de la Marina de guerra rusa.

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