Por Marcelo Bonelli - Clarin.com - Respuesta al ex ministro de Economía.
El ex ministro de Economía Axel Kicillof desplegó ayer todos los recursos del “relato” y manipulación kirchnerista para tratar de justificar una maniobra financiera que cometió y le costó un fabuloso quebranto al Estado.
Le echó la culpa a todos, como hacía en su gestión para explicar la colección de fracasos. Criticó a sus adversarios políticos, culpó al presidente Mauricio Macri, denostó a la Justicia y dijo que todo era un invento del periodismo.
En este caso de un artículo que publique en Clarín el 30 de octubre del 2015, donde se anticipo la operación financiera que lleva hoy a Cristina Kirchner – por primera vez — a tribunales. Me dedica un tercio de su presentación judicial. Pero en su pobre escrito de 18 carillas, Kicillof jamás respondió con argumentos concretos la acusación por malversación de fondos públicos.
Tampoco pudo justificar el núcleo de la maniobra :
- ¿Por qué vendió dólares a futuro a un promedio de 10,60 pesos, cuando ese billete cotizaba – en ese momento – en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y en los mercados de New York a 15 pesos?
- ¿Por qué permitió que grupos bancarios concentrados tuvieran una espectacular ganancia en pocas jornadas del 42 %?
- ¿Por qué llevó adelante una medida que originó un quebranto al Banco Central de 58.000 millones de pesos al 31 de marzo del 2016?
- ¿Por qué permitió que bancos, cerealeras y multinacionales ganaran esos 58.000 millones de pesos a través de una vergonzosa bicicleta financiera?
Cristina, vía Kicillof, fueron los que le ordenaron al entonces presidente del Banco Central Alejandro Vanoli llevar adelante la transacción. Lo hicieron porque quisieron demorar la devaluación que engendraron con su pésima política y transferirle el costo al nuevo Presidente.
El juez Claudio Bonadio me citó como testigo en la causa. Aporté los datos que tenía y no develé el nombre de mis fuentes de información acogiéndome al secreto profesional como dice la Constitución. Kicillof califico ese precepto constitucional como “triste”. Pero “triste” fue su gestión. Y la forma como el ex ministro dilapido fondos públicos.
La corrupción mata. Lo saben los familiares de la Tragedia de Once.
La pérdida que ocasionó Kicillof al Estado tiene un alto costo social: implica el equivalente a la construcción de 100 hospitales de alta complejidad o 147.000 viviendas del Plan Procrear.
Eso Kicillof es lo que, realmente, da mucha “tristeza”.
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