(RT.com) - Los cazabombarderos F-16 Fighting Falcon y F / A-18 Hornet, dos de las más exitosas creaciones del Pentágono, están languidenciendo lentamente. Las bajas ventas pueden hacerlos pasar a la historia.
Todo tiene su principio y final. No iban a ser excepción los aviones de combate estadounidenses F-16 Fighting Falcon y F / A-18 Hornet, que figuran con letras de oro en la historia de la Fuerza Aérea y la Armada de EE.UU.
Tanto el F-16 Fighting Falcon de Lockheed Martin y el F / A-18 Hornet de Boeing fueron desarrollados a finales de los años 70 como aviones más ligeros y de menor coste que el cazabombardero pesado F-15 Eagle de la Fuerza Aérea y el F-14 Tomcat de la Armada, respectivamente, recuerda el analista militar Dave Mujamdar en un artículo en la revista 'The National Interest' dedicado a posible fin de estas aeronaves que marcaron una época en la historia de la aeronáutica y tal vez política.
Ambas aeronaves pueden ahora morir con la caída en picado de sus ventas, sugiere el especialista de la revista estadounidense. Con los años, ambos aviones, como cualquier proyecto aeronáutico exitoso, han evolucionado. El original F / A-18A Hornet de la Marina de Guerra estadounidense se ha transformado en el más grande y más poderoso F / A-18E / F Super Hornet, que ahora dista mucho de su versión original. El F-16, por su parte, ha pasado de ser un ligero caza de superioridad aérea a convertirse en un avión de combate polivalente.
Sin embargo, ambos diseños se están acercando al final de su vida en EE.UU. a medida que el nuevo Lockheed Martin F-35 Joint Strike Fighter suplante a ambas aeronaves.
La Marina de EE.UU. está adquiriendo un cierto número de Super Hornet: un total de 16 aeronaves, cuyas compras están previstas en los presupuestos de los años fiscales 2017 y 2018. Y de aquí en adelante su futuro no está claro, ya que se pretende su total reemplazo por los F-35C. El F-16, su compañero en este desgraciado destino, ya está siendo encargado por la Fuerza Aérea de EE.UU. "Eso significa que ambas aeronaves tendrán que luchar por los compradores en el mercado internacional para mantener sus líneas de producción funcionando", supone Mujamdar.
Sin embargo, a juicio del analista, hay pocas perspectivas de que sus ventas remonten en el futuro cercano: los posibles compradores son en su mayoría países de Oriente Medio o naciones que "probablemente no pueden permitirse los F-35". "Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos podrían ser clientes potenciales", sugiere el analista. Sin embargo, el esfuerzo de Boeing para vender nuevos Super Hornet a Kuwait no ha aportado resultados todavía.
Lockheed ha tenido recientemente cierto éxito al acordar con el Gobierno de EE.UU. la venta a Pakistán de ocho F-16. La compañía también espera vender estos cazas a Colombia, Baréin e Indonesia, pero Yakarta "parece haber elegido a los rusos Su-35".
La supervivencia de ambas aeronaves a largo plazo dependerá de "compradores grandes", se afirma en el texto. Boeing y Lockheed parecen tener sus ojos puestos en la India. El gigante del sur de Asia tiene una necesidad urgente de sustituir su envejecida flota de MiG-21 y otras aeronaves de fabricación soviética, pero quiere construir nuevos aviones en su país, tal como ya lo hace por licencia con los Su-30 de Sukhoi.
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