(La Nación) - La Policía Federal arrestó a diez personas por varias entraderas ocurridas en barrios porteños; tenían un alto poder de fuego
Los delincuentes contaban con muchas armas y municiones de guerra. Foto: Télam / Carlos Brigo
Fueron detenidos diez acusados de integrar una banda que se dedicaba a cometer robos en domicilios y comercios de la Capital. Llamó la atención el gran poder de fuego, pues les secuestraron ametralladoras, una escopeta, pistolas, silenciadores y chalecos antibalas y uniformes policiales.
Los procedimientos se realizaron anteayer, cuando efectivos de la División Investigación Federal de Organizaciones Criminales de la Policía Federal Argentina allanaron 17 lugares en forma simultánea: 11 en domicilios de la Capital y otros seis en los partidos bonaerenses de José C. Paz y Lomas de Zamora.
El jefe de la Policía Federal, comisario general Néstor Roncaglia, dijo en conferencia de prensa que la investigación comenzó por el asalto a una mujer durante una entradera. "La investigación se inició el año pasado en la oportunidad en que una banda de ladrones abordó a una señora que había sacado la basura de su departamento", relató Roncaglia.
El jefe de la Policía Federal dijo: "Esa víctima fue abordada por dos personas que, a punta de pistola, se introdujeron en su departamento, la redujeron e hicieron ingresar a otras cuatro, allí le pegaron y, tras dejarla atada de pies y manos en un baño, rompieron una caja fuerte y le sustrajeron gran cantidad de dinero y joyas de su departamento en la calle Montevideo, en Recoleta".
Situaciones similares vivieron las víctimas de otras entraderas realizadas por esta banda en los barrios de Palermo, Villa Crespo y Liniers.
Tras una investigación apoyada en cruces de datos telefónicos, se logró apresar a ocho hombres y dos mujeres, todos mayores de edad y con antecedentes penales, y fue incautada una gran cantidad de armas de fuego. En su poder, los delincuentes tenían dos ametralladoras, una escopeta Ithaca calibre 12.70, cuatro pistolas calibre 9 milímetros, silenciadores y municiones de guerra.
"Era una organización delictiva altamente peligrosa, de un gran poder de fuego", dijo Roncaglia, quien también aseguró que creían que los asaltantes también "se hacían pasar por policías", porque en los procedimientos hallaron dos chalecos antibalas de la policía bonaerense y camperas tácticas y gorras de la PFA, supuestamente robadas.
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