Por Alan Soria Guadalupe - LA NACION
El abogado del empresario K apareció tras cinco días en fuga; quedó preso en Posadas; es clave en la causa por lavado
Jorge Oscar Chueco. Foto:Archivo
Más delgado, rapado y con el semblante caído, Jorge Chueco apareció ayer en Paraguay tras cinco días de fuga. El abogado cercano al empresario kirchnerista Lázaro Báez y mencionado en la declaración de Leonardo Fariña ante el juez federal Sebastián Casanello había sido visto por última vez el jueves pasado en Puerto Iguazú. Desde anteayer tenía pedido de captura internacional luego de que los primeros rastrillajes en Misiones no dieron resultado y se impuso la hipótesis de que se había escapado a Brasil o a Paraguay.
Pasadas las 18.30 de ayer, el Ministerio del Interior de Paraguay se comunicó con el gobierno argentino para informarle que habían encontrado a un hombre en la localidad de Encarnación, en el límite con Posadas. Estaba lúcido y no tenía documentación encima.
Según pudo reconstruir LA NACION de altas fuentes de la investigación y del ministerio, Chueco fue identificado por las autoridades paraguayas mientras caminaba por las calles de Encarnación. Al no tener documento, fue trasladado a una comisaría, donde se verificó que su estado de salud era, en general, bueno, a pesar de haber perdido peso.
Allí, Chueco confesó su identidad, lo que permitió a la policía local alertar al gobierno argentino. Más tarde se verificó que se había registrado en un hotel con una identidad uruguaya.
Anoche, Chueco fue trasladado a Posadas, donde quedó detenido en el Escuadrón 50 de la Gendarmería Nacional. Se quedaría allí por 48 horas, según fuentes judiciales consultadas por LA NACION. Luego, será enviado de vuelta a Buenos Aires para que preste declaración ante la justicia federal por la causa de lavado de dinero que involucra a Lázaro Báez.
Mientras la policía de Misiones, las cuatro fuerzas federales y dos brigadas en Paraguay y Brasil lo buscaban intensamente, durante el tiempo en el que estuvo desaparecido Chueco logró hacer un recorrido por al menos tres ciudades: una vez que abandonó Puerto Iguazú, el abogado cruzó la frontera con Brasil hacia Foz de Iguazú, para poco después cruzar la frontera con Paraguay y seguir camino hacia Ciudad del Este. Desde ahí viajó hacia la paraguaya Encarnación.
Las pistas que dejó atrás
El abogado, que debía declarar hoy en la causa por lavado de dinero por la que están detenidos Báez y su contador Daniel Pérez Gadín, había sido visto por última vez a la salida de un hotel en Iguazú el jueves de la semana pasada.
Antes de su desaparición, Chueco dejó cartas de despedida en la habitación de uno de los dos hoteles donde se hospedó simultáneamente en esa ciudad. En ellas, como relató a LA NACION su ex mujer Patricia, el hombre daba a entender que tenía miedo y que se sentía perseguido. También pedía disculpas a sus hijos y daba indicios de que quería suicidarse consumiendo pastillas.
De hecho, horas antes de haber sido visto por última vez, apareció tirado en el suelo, ebrio y drogado, en una de las pasarelas de la Garganta del Diablo, en las Cataratas. Desde allí, el hombre habló telefónicamente con su mujer para avisarle que le había dejado US$ 150.000 en la caja fuerte de la habitación del hotel céntrico Saint George. El dinero estaba presuntamente destinado a sus seis hijos -tiene tres con Patricia y los demás con una pareja anterior, cuyo nombre no trascendió-.
Las misivas, escritas de puño y letra, fueron encontradas durante un allanamiento en ese hotel. También se encontró dinero, aunque la cifra era mucho menor: US$ 43.000 y $ 1000 en efectivo.
También la policía paraguaya dijo que Chueco habría intentado suicidarse, aunque no se dieron precisiones.
Chueco había llegado a Iguazú el 12 de abril tras un breve paso por Posadas, donde abandonó su Peugeot 408 negro en el estacionamiento de un supermercado. Ese día, a las 13, se registró en el hotel Los Helechos, para luego pedir otra habitación en el Saint George, a una cuadra.
Los empleados de los hoteles que atendieron al abogado por esas horas afirmaron a LA NACION que manifestaba comportamientos extraños, reacciones violentas y que pasaba horas encerrado en su habitación.
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