Por John Markoff - The New York Times
Una iniciativa utiliza un sistema de vehículos aéreos no tripulados para abastecer a los centros de ayuda de uno de los países más pobres de África
El drone de Zipline logró desplegar su servicio de delivery de provisiones críticas en Ruanda, mientras en Estados Unidos se debate su regulación. Foto:Gentileza Zipline
HALF MOON BAY, California.- Desde un farallón sobre el Océano Pacífico, un sonido fuerte da señal del lanzamiento con una catapulta de un pequeño drone de ala fija diseñado para llevar provisiones médicas a lugares remotos, a más de 60 kilómetros.
Los drones son la creación de un pequeño grupo de ingenieros de una nueva firma de Silicon Valley llamada Zipline, que planea comenzar a operar un servicio con ellos para el gobierno de Ruanda en julio. La flota de aviones robot inicialmente cubrirá más de la mitad de la diminuta nación africana, creando una red altamente automatizada para transportar sangre y productos farmacéuticos a lugares remotos en horas en vez de semanas o meses.
Ruanda, uno de los países más pobres del mundo, se ubicó a nivel mundial en el lugar 170 por PBI en 2014 de acuerdo al Fondo Monetario Internacional. Y por tanto es llamativo que el país será el primero, dicen ejecutivos de la compañía, en establecer una red de entrega por drones comercial, ubicándose por delante de lugares como los Estados Unidos, donde ha habido muy aclamados sistemas de gigantes tecnológicos tales como Amazon y Google de entrega futuristas por drone, que prometen la entrega de paquetes en zonas urbanas y suburbanas.
"El concepto de puertos para drones es algo que una unidad muy pequeña encargada de la toma de decisiones en el país resolvió que se haría", dijo Michael Fairbanks, miembro el consejo asesor del presidente de Ruanda, Paul Kagame. "Esto llevó muy poco tiempo. Es algo de lo que Estados Unidos podría aprender".
Que Ruanda esté pronta a convertirse en la primera nación con un servicio de entrega por drones ilustra la naturaleza a menudo desigual de la adopción de nueva tecnología. En Estados Unidos los drones se han chocado con un muro de normas contradictorias. Pero en Ruanda, el plan maestro de desarrollo del país ha dado prioridad al uso de estas máquinas, primero para medicamentos y luego más ampliamente para el desarrollo económico.
"Ruanda tiene la visión de convertirse en un centro de tecnología para África oriental y de últimas todo el continente", dijo William Hetzler, fundador de Zipline, que tiene sede en la ciudad costera de Half Moon Bay, en California. "Proyectos como el nuestro encajan muy bien con esa estrategia".
El nuevo sistema de drones inicialmente podrá hacer 50 a 150 entregas diarias de sangre y medicamentos de emergencia a las 21 facilidades de transfusiones de Ruanda, mayormente en hospitales y clínicas en la mitad occidental del país. El sistema de drones se basa en una flota de 15 aeronaves pequeñas, cada una con motores gemelos eléctricos, una capacidad de carga de 1,58 kilos y una envergadura de 1,43 metros de las alas. La velocidad del sistema hace posible mantener una "cadena de frío" -esencialmente una cadena de entrega de temperatura controlada, necesaria para proveer sangre y vacunas- lo que a menudo no es practicable en países en desarrollo.
Los drones Zipline usarán receptores GPS para navegar y comunicarse vía la red celular de Ruanda. Podrán volar en malas condiciones meteorológicas, soportando vientos de hasta 45 kph.
Cuando lleguen a los hospitales no aterrizarán sino que dejarán caer sus pequeños paquetes de altitudes muy bajas. Las provisiones caerán a tierra sostenidas por simples paracaídas de papel. Los aviones regresarán entonces a una base donde se los preparará para una nueva misión cambiando la batería y reemplazando una tarjeta sim con un nuevo plan de vuelo.
"Esto es el nuevo rostro de la industria aero-espacial" dijo Jay Gundlach, presidente de Flight House Engineering, una firma consultora de aviación con sede en Oregon. "Las compañías establecidas de aeronaves sin piloto debieran aprender de la cultura ágil e innovadora de Zipline". Al igual que Zipline, otros intentan resolver el problema de la distribución autónoma de provisiones médicas. Pero muchos otros sistemas en desarrollo se basan en diseños de multicópteros o cuadricópteros que tienen menos alcance y menos capacidad e volar en distintas situaciones climáticas.
En Estados Unidos, una firma llamada Flirtey ha entregado provisiones médicas usando helicópteros con múltiples rotores como experimento en Virginia. Otra firma nueva de Silicon Valley, Matternet, está experimentando con el gobierno de Malawi y UNICEF para entregar pruebas de SIDA infantil por cuadricóptero. Google X, a rama de investigaciones avanzadas de Alphabet, ahora está desarrollando un sistema de despegue y aterrizaje vertical que sobrevolará y entregará paquetes utilizando cabrestantes.
Zipline inició sus actividades en 2014 cuando sus dos fundadores, Keller Rinaudo y Hetzler, visitaron a un joven trabajador de la salud en Dar es Salaam, Tanzania. El trabajador había creado un sistema de mensajes de textos que permitía a trabajadores hospitalarios solicitar urgentemente provisiones médicas en situaciones de vida o muerte.
Pero Rinaudo dijo que advirtió que lo que estaba viendo era una larga lista de condenas a muerte. Hoy en muchos lugares del mundo se intenta entregar provisiones médicas por moto o pickup por caminos que a menudo son intransitables.
El trabajador de salud pública "me mostró las bases de datos en la que aparecían las entradas cada vez que alguien enviaba un texto y tenía miles de nombres" dijo Rinaudo. "La mayoría eran infantes y no había respuesta. La cadena de provisión no tenía modo de responder".
Rinaudo y Hetzler se propusieron encontrar una alternativa por aire para automatizar la cadena de provisión. Conocieron a Keenan Wyrobek, un especialista en robots formado en Stanford que participó en el diseño del robot PR1, un robot móvil de uso general con brazos y más tarde el robot PR2 más avanzado, desarrollado por Willow Garage.
Los tres tecnólogos armaron un equipo de ingeniería con experiencia en la industria aeroespacial, atrayendo talento de Space X, Aurora Flight Sciences, Boeign y Lockheed Martin, así como de Stanford y Google. La nueva firma ha obtenido US$ 18 millones de inversores, incluyendo Sequoia Capital, GV (antes Google Ventures), SV Angel, Subtraction Capital, la universidad de Stanford e individuos, incluyendo Jerry Yang, uno de los fundadores de Yahoo, y Paul Allen, uno de los fundadores de Microsoft.
Hetzler dijo que al hacer que ingenieros con experiencia en productos electrónicos de consumo colaboraran estrechamente con gente experimentada con robots e ingenieros aeroespaciales, se pudo construir rápidamente un sistema altamente automatizado que sería operado por entre cinco y ocho empleados.
En febrero, Zipline firmó contrato con el gobierno de Ruanda para comenzar a operar el servicio de drones este verano boreal. Un pequeño equipo con cede en una ciudad cerca de la capital de Ruanda, Kigali, supervisará el servicio.
"Siempre pienso en Peter Thiel, el capitalista de riesgo que dijo 'nos prometieron autos voladores y solo nos dieron 140 caracteres (en referencia a Twitter)'" dice Paul Willard, ex ingeniero aerodinámico de Boeing, que ahora invierte en Zipline. "Esto se siente un poco más como autos voladores".
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