Con la reparación del rompehielos A.R.A. Almirante Irízar como trabajo insignia, desde el Complejo Industrial y Naval Argentino (CINAR), que agrupa a los astilleros Tandanor y Almirante Storni se ve el futuro con optimismo. A pesar de un déficit orgánico de muchos años que lo obliga a nutrirse de fondos del Tesoro, el complejo no recibió la herencia de gente que ocupaba cargos sin trabajar. Privatizado en los 90 y estatizado una década más tarde, este Complejo de la Industria Naval en calidad de sus trabajos está por encima de cualquier astillero de la región.
"Además del tradicional rubro de reparaciones, tenemos mano de obra, instalaciones, maquinaria, y todas las intenciones, al menos en lo que respecta a mi gestión, de empezar a construir barcos. Ya construimos barcazas, pero también es posible hacer buques mercantes, o patrulleros de altamar, que Tandanor estaría en capacidad de desarrollar", dijo a Transport & Cargo Jorge Arosa, presidente del CINAR.
Otra posibilidad, aunque de mayor complejidad podría ser la de construir submarinos con propulsión independiente de la atmósfera, conocidos como AIP en el léxico naval. "Son mucho más económicos que los submarinos nucleares, más silenciosos y con mayor discreción, aunque con menor velocidad que aquellos", destacó el directivo.
Una de las principales ventajas comparativas de Tandanor está en su syncrolift. Este sistema de elevación y rieles, permite un aprovechamiento óptimo del espacio de trabajo del astillero y disminuye el tiempo promedio de las obras. "El syncrolift está operativo y nos ofrece la posibilidad de trabajar en las seis gradas simultáneamente. No obstante, en el mediano plazo va a necesitar volver a los calados originales. Por el momento estamos reparándolo por etapas aprovechando las ventanas que nos brindan los períodos de plena ocupación y así lograr este objetivo sin interrumpir la actividad", manifestó Arosa.
Acuerdo
Un paso importante para Tandanor, fue el acuerdo celebrado entre el Ministerio de Defensa con su par de Transporte a través de la subsecretaría de Puertos y Vías Navegables, que posibilitó el ingreso de la draga Córdoba para reparaciones. Dicho acuerdo prevé el dragado del acceso portuario frente a los muelles de Tandanor, algo fundamental para el ingreso y zarpada de los buques reparados, entre los que se cuenta el Irízar.
Según la visión del directivo, "independientemente del trabajo de reparación o de hacer barcazas o buques mercantes, estas 21 hectáreas del complejo CINAR requieren de un objetivo estratégico nacional vinculado a la industria naval. Una estrategia debe basarse en el desarrollo de recursos humanos y empresariales que acompañen contratistas y proveedores con un objetivo de mediano plazo. Debe ser una política de Estado de la Argentina que no dependa del período acotado de un único período de gobierno".
Jorge Arosa es licenciado en Sistemas Navales en la Escuela Naval Militar. Obtuvo un postgrado en Conducción de Recursos Humanos en la Pontificia Universidad Católica Argentina y un máster en Ciencias del Mar en la República Federativa del Brasil. Fue coordinador del Diseño del Instrumento Militar Argentino en el Estado Mayor Conjunto y es Veterano de la Guerra de Malvinas.
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