jueves, 4 de febrero de 2016

Retoman la extensión del subte E hacia el norte y el sur

(La Razón) - Estaba paralizada desde 2012. El Gobierno le traspasó a la Ciudad las obras de las estaciones Correo Central, Catalinas y Retiro, que se habilitarán en 2018. También proyectan un nuevo tramo hasta la terminal Dellepiane.
Retoman la extensión del subte E hacia el norte y el sur
Con la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada, el Gobierno nacional le traspasó a la Ciudad la obra de extensión de la línea E de subtes, uno de los tantas temas que dividió al kirchnerismo del PRO en los últimos años. Ahora, la empresa estatal Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) será la encargada de completar los trabajos de las tres nuevas estaciones hacia Retiro bajo la avenida Leandro N. Alem, las cuales estaban paralizadas desde hacía cuatro años. En simultáneo, las autoridades porteñas proyectan extender el ramal rumbo al sur, con el objetivo de que tenga acceso directo a la nueva terminal de micros Dellepiane, que será inaugurada en abril (ver aparte).

El convenio para extender la traza de la línea desde Plaza de Mayo hasta Retiro se firmó el 16 de febrero de 2007. Aunque en aquel momento se hablaba de la obra completa, desde la firma Roggio, a cargo de los trabajos, sostenían que ese contrato solo contemplaba la obra de los túneles, pero nada decía de la instalación de las vías y otras cuestiones fundamentales para que los trenes pudieran circular. Así fue. El túnel del nuevo recorrido hacia el norte, que incluirá las paradas Correo Central, Catalinas y Retiro, quedó listo en 2012. Sin embargo, los trabajos nunca se completaron.

El kirchnerismo entendía que el resto de las obras (vías, escaleras mecánicas, ascensores y señalamiento) correspondían a la Ciudad, que a su vez aducía no tener la potestad de la extensión. Incluso, en plena campaña electoral en 2015, el candidato K Mariano Recalde había visitado el túnel vacío, en una movida de prensa que generó más críticas que elogios.

Finalmente, el flamante ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, firmó el traspaso del proyecto. La Ciudad ya comenzó con los trabajos de colocación de vías y sistema de señales, en tanto que licitó la obra de electrificación, ventilación forzada y potencia. Se estima que toda la ampliación estará habilitada para comienzos de 2018 y su costo será de 700 millones de pesos. Se trata de una obra clave para aliviar la congestión vehicular en el Bajo porteño, así como la línea C, que es la única que llega hasta la terminal de Retiro.

Más adelante, la línea E también tendrá una prolongación hacia el sur con la estación Lacarra. El Gobierno porteño estudia continuar la traza desde la actual cabecera, Plaza de los Virreyes, para llegar a la nueva terminal de ómnibus. Esto permitirá que el ramal, uno de los que menos gente transporta en función de los kilómetros que recorre, sume una importante cantidad de usuarios. También será clave para los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2018, pues la futura estación estará a metros de donde se está construyendo la Villa Olímpica.

La ampliación de la H: Trabajan en tres nuevas paradas
La otra línea que extenderá su recorrido en los próximos años será la H, que corre bajo las avenidas Pueyrredón y Jujuy. A mediados de diciembre pasado, el Gobierno porteño habilitó las paradas Córdoba y Las Heras. Y en abril estrenará una estación intermedia en Santa Fe, que permitirá a los usuarios conectar con el subte D.

Hacia el sur, la línea más nueva de la red porteña seguirá con la estación Sáenz, que está en obra y será su cabecera, ya que la traza fue modificada hace dos años, cuando se decidió no hacer la estación Pompeya, que iba a ser la última. Pero Sáenz recién abriría en 2018, porque se trata de una obra compleja en un suelo que necesita ser apuntalado porque está muy cerca del Riachuelo.

También hubo cambios en el trazado norte. El Gobierno porteño tenía planificado construir una parada en Recoleta, en la plaza Alvear, que habitualmente es conocida como Plaza Francia. Pero en 2012 la Justicia porteña frenó las obras ante una denuncia de la ONG Basta de Demoler, que afirmaba que la estación iba a alterar el diseño de ese tradicional paseo de Recoleta. Tras la demora, la Legislatura autorizó poner la nueva estación junto a la Facultad de Derecho, del otro lado de Figueroa Alcorta, que comenzaría a operar en 2017.

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