martes, 2 de febrero de 2016

Retiro y Constitución: dos grandes terminales en recuperación

Por María Belén Etchenique - Clarin.com.
Centros clave de transporte de pasajeros. En la estación del Mitre están restaurando el centenario edificio, desde el hall central a la fachada. En Constitución, la obra es bajo tierra: terminan un centro de trasbordo para el tren, subte y Metrobus.
Los trenes que entran al andén son eléctricos, algunos aún avanzan a diésel. Los pasajeros salen de las formaciones, a paso rápido, con auriculares en los oídos, celulares en las manos, cargando una bicicleta o arriba de un skate. La escena es cotidiana, pero hay algo fuera de época. Son las terminales de Retiro y de Constitución que cientos de miles atraviesan una vez que dejan los rieles o abandonan el subte. Las estaciones son testimonios de un pasado, pero no están vacías ni obsoletas. Aún cumplen las mismas funciones de un siglo atrás. Para conservarlas y ajustarlas al presente, ya empezó una serie de obras de renovación en cada una de ellas.

El frente de la estación Retiro del tren Mitre, sobre la avenida Ramos Mejía, está oculto detrás de andamios y una tela de arpillera negra. Desde octubre del año pasado se está restaurando la fachada y el hall central del edificio, que es patrimonio histórico desde 1997. En total, son 1162 metros cuadrados de superficie interna y 4680 metros cuadrados en el exterior que se limpiarán y recuperarán. Si se cumplen los plazos, las obras estarán listas en abril y costarán $8.855.951.

Por día, en la estación Retiro circulan más de 300 mil pasajeros. La terminal también funciona como un centro de trasbordo donde convergen decenas de líneas de colectivos y el subte C. "El objetivo es resguardar el valor cultural y garantizar la seguridad de los usuarios a través de la reparación de partes de mampostería que están en riesgo de caerse por la acción del paso del tiempo", explicaron desde el Ministerio de Transporte de la Nación a Clarín. La última remodelación fue en 2001. "Desde entonces sólo se hicieron trabajos menores de mantenimiento", agregaron.

La estructura de mampostería, hierro y granito fue inaugurada en 1915. La obra estuvo a cargo de arquitectos e ingenieros ingleses. Fue diseñada con dos sectores: el de pasajeros con halls, boleterías y salas de espera, y el de los andenes. Ahí, fiel al concepto industrial de la época, se colocaron techos metálicos que pesan alrededor de ocho mil toneladas.  Al ser un monumento histórico, la restauración actual debió ser aprobada y es supervisada por la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos. La Comisión fiscalizó que las técnicas y materiales a utilizar fuesen los adecuados y que la empresa contratada tuviese experiencia en obras similares.

Antes de comenzar a ser intervenida, la fachada tenía grafitis sobre el granito, superficies dañadas por caca de paloma y teñidas de smog. Las pinturas estaban descascaradas y faltaban revoques. El proceso para restaurarlas tiene dos etapas: la primera es la aplicación en forma de gel de químicos; la segunda es el revestimiento de siliconado para evitar la fijación de elementos que terminen agrediendo la superficie. Luego están las tareas de mampostería, un trabajo que se hace a mano.

"Tenemos que garantizar que los monumentos sean conservados en su estado original. La estación de Retiro tuvo malas restauraciones previas. Fue muy vandalizado, por ejemplo, con los quioscos y locales que se instalaron sin seguir la estética del lugar", se quejó el arquitecto Jorge Caramés, de la Comisión Nacional, a Clarín. La remodelación de los comercios –su ubicación y estética– junto a la reparación de la cúpula de la terminal están proyectadas como restauraciones a futuro.

Mientras tanto, en el sur de la Ciudad, las transformaciones ocurren bajo tierra. En Constitución, continúa la obra para hacer un centro de trasbordo subterráneo que comunicará la estación del ferrocarril Roca, con la línea C y el Metrobus. El centro estará debajo de la plazoleta Garay, entre Juan de Garay, Solís, Pavón y Constitución. Ahí, confluye un millón de pasajeros a diario. La zona es uno de los grandes accesos a la Capital desde el sur bonaerense.

En agosto del año pasado se montó una estructura metálica en forma de arco que, en los próximos meses, soportará una cubierta vidriada de 2000 metros cuadrados. Esa estructura dará iluminación a un hall donde habrá un acceso nuevo a la estación de la línea C y escaleras y un ascensor que llevarán a una plaza ubicada a 4,60 metros de profundidad. Desde ese punto, se podrá acceder a las distintas terminales.

“El nuevo Centro de Trasbordo Constitución tiene como objetivo mejorar la circulación de los pasajeros. Sin salir a la calle, van a poder conectar las diferentes alternativas de transporte (estación Constitución del tren Roca, subte C, Metrobus, colectivos y bicicletas), mejorando mucho la seguridad vial dado que todo el tránsito peatonal va a ser bajo tierra",  dijo Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad, a este diario.

Para conectar los distintos espacios, fue necesario reacondicionarlos. Por ejemplo, Subterráneos de Buenos Aires reforzó ocho columnas ya existentes para que soporten la estructura de vidrio; construyó dos escaleras –una tercera sigue en obra– y los pozos para cuatro ascensores; y está ampliando de cuatro a ocho metros un sector de un andén lateral. Las reformas, según dijeron a Clarín, también incluirán mejoras en la iluminación de la estación, el recambio de pisos y la instalación de un sistema nuevo de ventilación.

La finalización del Centro de Trasbordo en Constitución había sido anunciada para fin del año pasado pero aún no hay fechas. Lo mismo sucede con la puesta en marcha del tramo electrificado del ramal La Plata-Constitución del ferrocarril Roca (la ex presidenta Cristina Kirchner había puesto el 14 de diciembre como fecha de inicio del recorrido que va a Quilmes). Los trenes ya no son de vapor ni los pasajeros llegan en carruajes, pero la modernización tarda en llegar. Entre la adaptación de lo antiguo y actual, dicen los especialistas, no hay que olvidar la preservación de dos de los monumentos de más alto valor patrimonial de la Ciudad.

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