Por Fernando Bertello (La Nación) - Según fuentes del sector, la venta podría requerir que se lleve adelante por unidades separadas; un gremio quiere participar y una multinacional avisó que no le interesa
La venta de la quebrada avícola Cresta Roja podría ser larga, difícil, y llevar a un desguace de la empresa tal como vino funcionando antes de caer en crisis.
Ayer, fuentes oficiales remarcaron que "hay varias empresas interesadas" en Cresta Roja, aunque no quisieron dar nombres. Valeria López Casado, la jueza que decretó la quiebra y prohibió la salida del país a sus administradores, tiene abierto el libro para recibir ofertas por la compra de esta firma que posee plantas en Ezeiza y Esteban Echeverría y también otros eslabones que incluyen cabaña de genética, granja de reproductores, plantas de incubación y molinos de alimentos.
Según un informe que algunos bancos hicieron llegar a empresas de la cadena agroindustrial antes de la quiebra, la empresa avícola, que acumula deudas y compromisos por más de 2000 millones de pesos, requeriría no menos de $ 1000 millones de capital de trabajo inicial más las inversiones para ponerla en marcha. Necesitaría cuatro meses para empezar a trabajar y recién al cabo de un año y medio estaría 100% recuperada.
"Esta empresa era el principal proveedor de pollo fresco de los supermercados con más de 50% de participación de mercado. Por esto fue la que más sufrió los embates de Guillermo Moreno para bajar el precio. Al principio los subsidios cubrían sus costos, pero después terminó vendiendo a pérdida. La intervención de Moreno le habría costado US$ 200 millones de dólares", contó una fuente que recibió esa información de bancos.
Hoy entre los principales acreedores en el proceso judicial figuran la AFIP, ARBA y varios bancos estatales. Se descuenta que la deuda con los organismos del Estado y bancos debería ser refinanciable a muy largo plazo, caso contrario la firma no será viable.
Sólo en las plantas de faena, la firma tiene unos 3300 empleados. Y sumando granjas y molinos llega a un total de 5000, de acuerdo con fuentes del mercado. "Sobra un tercio de empleados y a la empresa hay que ponerle tecnología para sacar más kilos por pollo procesado, rediseñar sus procesos productivos para ganar eficiencia en tiempos de producción, cambiar el mix de productos para no estar tan enfocada en productos frescos", agregó la fuente consultada.
Por estos factores, en el mercado se sostiene que la mejor salida es que si no hay un solo comprador se venda por partes.
El Sindicato de la Carne (Sigba), uno de los intervinientes en un complejo entramado de gremios ligados a la compañía, ya avisó que el próximo lunes presentará una propuesta para crear una sociedad participada entre los trabajadores, el Estado y la firma privada Proteínas del Atlántico Sur SA, de origen argentino y especializada en soporte de tecnología en subproductos de vísceras, harinas y plumas.
La propuesta sindical es por etapas. En una primera fase pondría en funcionamiento una planta de procesamiento de vísceras y plumas que Cresta Roja tiene en Ezeiza y se reabriría con 150 operarios. Luego tomaría la planta número 2 de faena, que está al lado, con unas 1000 personas. "Ellos, el gremio, tomarían el manejo laboral y nosotros el gerencial", dijo Alberto José Pernas, representante de Proteínas del Atlántico Sur SA.
Fuentes del sector creen que Granja Tres Arroyos, la número uno del mercado, podría ser candidata para quedarse con Cresta Roja. Sin embargo, ayer en la compañía líder respondieron: "No hay ninguna operación de compra por ahora".
El grupo Brasil Foods (BRF) fue también sondeado para comprar, pero avisó que no le interesa y que se concentrará en aumentar la producción de su planta Avex en Río Cuarto, que en julio próximo duplicará su capacidad productiva. Pasará de 80.000 pollos diarios a 160.000.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios mal redactados y/o con empleo de palabras que denoten insultos y que no tienen relación con el tema no serán publicados.