(Ambito.com) - El viernes pasado el Grupo de Vigilancia y Control del Espacio Aéreo a cargo de la Fuerza Aérea puso en marcha el cuarto Radar Primario Argentino (RPA) de una serie de 6 cuya fabricación en el Invap arrancó en 2011.
Con ese equipo ubicado en Merlo, provincia de Buenos Aires, sumado a otros 3 que operan en la frontera norte comenzó a tomar forma el esquema de cobertura del país para la detección de vuelos ilegales.
El Invap logró el manejo de la tecnología de fabricación de radares de uso militar ciento por ciento nacional y con el 80 por ciento de componentes electrónicos producidos en el mercado argentino. El usuario, la Fuerza Aérea, dio los requerimientos operativos para desarrollar el equipo, el Invap los integró en un diseño concebido por sus ingenieros y técnicos.
El director del Proyecto Radares de la Fuerza Aérea, brigadier Guillermo Saravia, confirmó la excelente performance de los radares (más de 400 kilómetros de alcance) y su versatilidad para el despliegue en el terreno. El éxito de este ingenio electrónico abrió la billetera del Gobierno que decidió firmar un nuevo contrato por más de 1.000 millones de pesos con el Invap para la fabricación de una nueva serie de 6 RPA.
Sea quien fuere el presidente venidero se espera que continúe el flujo de la inversión para que no se frustre una vez más la radarización del país. La instalación del RPA en el bunker de Merlo urgía porque encuadra con el próximo despliegue a Tandil de una sección (2 aviones) de IA-63 Pampa. Los dos aparatos se trasladan el 27 de noviembre desde la base aérea El Plumerillo de Mendoza hasta la VI Brigada Aérea en Tandil para asumir el rol de “interceptores” en ausencia de los Mirage.
La vigilancia y control del espacio aéreo soberano se logra con la articulación entre el alerta que da el radar y el envío del avión interceptor hacia el punto donde se detectó el vuelo ilegal. Diseñado para entrenamiento avanzado el IA-63 Pampa cubrirá una misión que es responsabilidad del Comando Aeroespacial (protección del núcleo del poder central del Estado con asiento en la ciudad de Buenos Aires) que excede sus capacidades. Es subsónico y sólo cuenta con ametralladoras de 7.62 mm. No se entiende por qué no se echó mano al A4-AR Fightinghawk de Villa Reynolds más apto y mejor equipado para la tarea que el Pampa.
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