Por Nora Sánchez - Clarin.com
Se trata del Buenos Aires Design. El Gobierno porteño lo separa del Centro Cultural Recoleta para subastar el edificio y destinar el dinero a la construcción de un polo judicial en el Sur. Hay críticas de la oposición.
Entrada. Sobre Pueyrredón, casi en la esquina de Azcuénaga. El shopping funciona desde 1993 y tiene 62 locales de diseño y decoración y restaurantes. Foto: Marcelo Genlote
La administración macrista quiere vender uno de los inmuebles más emblemáticos de Recoleta: el que ocupa el Buenos Aires Design, que pertenece a la Ciudad. La comisión de Presupuesto y Hacienda de la Legislatura porteña ya tiene en su poder un proyecto de ley para autorizar la subasta del edificio al mejor postor. El dinero obtenido será destinado a la construcción de un centro judicial en la zona sur.
La iniciativa divide al inmueble ubicado entre Junín, Azcuénaga, Pueyrredón y Libertador en dos unidades funcionales: la del paseo de compras y la del Centro Cultural Recoleta. Mientras el Ejecutivo planea conservar la propiedad de este último sector, en el proyecto ordena la desafectación del dominio público de la Ciudad de la parte del inmueble donde hoy funciona el Buenos Aires Design. Y la declara “innecesaria” para la gestión del Gobierno porteño, disponiendo su enajenación mediante el procedimiento de venta en subasta pública. Como se trata de un proyecto de doble lectura, deberá ser evaluado en audiencia pública y aprobado dos veces en el recinto, con mayoría de 40 votos.
Algunas fuentes estiman que se podrían obtener hasta 70 millones de dólares por el inmueble. En el proyecto, se ordena que el dinero sea destinado a la construcción del centro judicial que se hará en el sur de la Ciudad, según los términos de la ley 4.481. Esa norma, aprobada en diciembre en 2012, ya autoriza la venta de otros 15 inmuebles para “la adquisición y puesta en valor de un predio que albergue a las áreas jurisdiccionales del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires”.
“Es mentira que el predio del Buenos Aires Design carece de utilidad: forma parte indivisible del Centro Cultural Recoleta y, de ser necesario, algunos de sus locales podrían alquilarse para financiar actividades culturales –sostiene el legislador porteño Adrián Camps (Partido Socialista Auténtico)–. Como también es mentira que los fondos son necesarios para construir la Ciudad Judicial, cuando ya se autorizó la venta de 15 propiedades para financiarla. La verdadera beneficiada va a ser la empresa que explota el shopping, que recibió una prórroga de 5 años de la concesión, que vencía en 2013. ¿Y qué empresa puede comprar este inmueble que está concesionado si no es la misma concesionaria?”.
Desde el Gobierno porteño afirman que no tiene sentido que la Ciudad sea dueña de un shopping. Y que más allá de que se cobra un canon por el lugar, sería más provechoso venderlo y utilizar el dinero para comprar otro bien de capital que sí sea necesario para la gestión. Por otra parte, aclaran que la venta de las 15 propiedades prevista por la ley para hacer el centro judicial, apenas alcanza para financiar el 30% de ese proyecto.
La concesionaria que explota el shopping es Emprendimiento Recoleta S.A, cuyo accionista mayoritario es IRSA. En 1990, por entonces denominada Alto Palermo Emprendimiento Recoleta S.A., la empresa ganó la licitación para la ampliación y reacondicionamiento del Centro Cultural Recoleta. A cambio, recibió la concesión por 20 años de la parcela donde instaló el Buenos Aires Design, contados a partir del 18 de noviembre de 1993. En total, invirtió US$ 28.900.000 millones entre el Centro Cultural y el shopping. La remodelación del inmueble estuvo a cargo del arquitecto Clorindo Testa.
En 2010, el Gobierno porteño extendió la concesión por cinco años más, por lo que el contrato vencerá en noviembre de 2018. Uno de los argumentos fue que la empresa tuvo que poner más de US$ 16 millones extra con respecto a lo previsto en la oferta original.
El Buenos Aires Design cuenta con 62 locales de decoración de interiores y restaurantes y una superficie total construida de 26.131,5 m2, incluyendo un estacionamiento de 174 plazas. Fuentes de IRSA anticipan que, cuando venza el contrato, la empresa devolverá todo lo que está en el predio. Y dijeron que recién cuando éste salga a la venta decidirán si participan o no en la subasta. También aseguraron que, si resuelven participar, lo harán en igualdad de condiciones con el resto de los oferentes.
El shopping está ubicado sobre un predio histórico, donde aún quedan partes del antiguo convento de los monjes recoletos, construido en 1732. “No existe en la Ciudad un patrimonio como ese y no se le puede fijar un valor –asegura Camps–. El proyecto de venta busca beneficiar a los privados con el patrimonio público. Además, alguien tendría que explicar por qué la concesionaria paga sólo $ 46.694 por mes de canon por explotar ese lugar, cuando el propio Gobierno porteño paga $ 5 millones de alquiler por el edificio de la antigua fábrica Canale, donde funcionan algunas de sus dependencias”.
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