Por Josefina Marcuzzi | Para LA NACION
Una malla de cables de acero cubierto de verde tapará el espacio entre ambos carriles, donde hay construcciones en altura; dicen que es por seguridad
La autopista Illia hoy: las construcciones ocupan el espacio entre las dos vías. Foto: Soledad Aznarez
Una malla de acero que se está instalando entre ambas vías de circulación de la autopista Illia funciona, hoy, como tendedero de ropa para quienes viven en Bajo Autopista, entre las villas 31 y 31 bis.
El gobierno porteño avanza en una obra presentada como "protección ecosustentable" entre las dos vías de tránsito que, según los funcionarios a cargo, tiene doble objetivo: por un lado, proteger a los habitantes del barrio Bajo Autopista (Illia), entre las villas 31 y 31 bis, y por otro lado desarrollar un cordón verde que funcione como "pulmón" en medio del cemento. Además, esta iniciativa pretende controlar la edificación "en altura" que se desarrolla entre ambos carriles de la Illia, fácilmente visibles por quienes transitan por ella. La obra es de la Secretaría de Hábitat e Inclusión del gobierno de la ciudad y la acompaña el área de responsabilidad social empresaria de Ausa.
La construcción comenzó hace aproximadamente un mes y se estima que se complete en el plazo de dos meses más. El tramo comprendido se inicia 1,5 kilómetros más adelante del peaje en sentido hacia el centro, se extiende 300 metros y finaliza en un "pilote" de hormigón que tendrá iluminación led, una intervención artística en forma de cruz.
En la primera etapa, el gobierno porteño está colocando los cables de acero formando una red triangular que actúa como malla de seguridad entre los dos tableros, e interviniendo el "pilote", de estructura metálica, recubriéndolo de madera.
En la segunda etapa se prevé la construcción e instalación de los maceteros lineales, que estarán ubicados por detrás del guardrail, y los transversales, que funcionarán como pequeños "puentes" de verde y flores. En la última etapa se instalarán el sistema de riego y la plantación de los maceteros con el compost y la vegetación.
Gabriel Fuks, legislador porteño por el FPV y miembro de la Comisión de Obras y Servicios Públicos, fue contundente: "Una vez más, se trata de una obra que sólo es cosmética sin ninguna política de fondo. En términos políticos, están todas las condiciones dadas para la urbanización, pero el oficialismo porteño insiste en este tipo de soluciones".
EXPLICACIONES OFICIALES
Según Gonzalo Mórtola, coordinador del programa de mejoras de la Villa 31 del gobierno de la ciudad, "la intervención tiene como fin contener los frecuentes elementos que se desprenden de los vehículos que circulan por la autopista, como también evitar la circulación de personas, con el enorme riesgo que ello implica".
La obra, dice el funcionario, responde al paradigma del gobierno porteño, que pregona una ciudad más verde y sustentable, haciendo hincapié en la estética que tendrá la autopista cuando estén instalados los canteros verdes y las flores.
El gobierno de la ciudad dice que los vecinos están de acuerdo y que 200 de ellos firmaron una carta para pedir la protección de los elementos que se arrojan a la villa desde los vehículos en movimiento. Otros vecinos, en cambio, tienen dudas acerca de los posibles efectos sobre la salud y la proyección de continua sombra que esta especie de "techo" de acero generará sobre las casas.
"El hecho de que la villa no esté urbanizada hace que de por sí haya poca ventilación entre las casas. Si a eso le sumás una capa de acero que no va a permitir el paso de la luz, la situación podría empeorar. Creo que hay obras más importantes por hacerse en este barrio", dijo César Sanabria, referente de la Villa 31 y estudiante de arquitectura.
Según los detalles de la obra, se relocalizarán los tanques de agua que sobresalen de la línea de la autopista, para que queden dentro de la malla de cables. Además, la construcción de las terrazas que hoy están por encima de la línea del cableado de acero deberá suspenderse.
Virginia González Gass, legisladora del Partido Socialista y miembro de la Comisión de Políticas de Promoción e Integración Social, agregó: "En vez de trabajar por la urbanización, el Pro se dedica, siempre, a separar a los pobres de los ricos. El macrismo hace eso: esconder lo feo y exponer lo bello".
La iniciativa viene a acompañar una primera medida similar, que fue la instalación de una reja de dos metros de alto que separa la autopista de la villa a lo largo de 550 metros, sobre el borde derecho en sentido al centro..
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