Por Silvia Gómez - Clarin.com
Un rincón perdido del puerto de Buenos Aires.En el lugar, que está junto al Riachuelo, la Presidenta anunció hace casi 3 años el Polo Audiovisual y luego un edificio de 335 metros. No pusieron ni un ladrillo.
Foto: Rubén Digilio
El “Hollywood argentino” se encuentra como en un limbo. El Polo Audiovisual fue anunciado por la Presidenta en agosto de 2012 e iba a funcionar en un predio desconocido para la mayoría: la Isla Demarchi. A este anuncio le siguió, dos años después, la presentación del proyecto, una mega torre de 335 metros, que sería la más alta de Latinoamérica. Pero transcurrido todo este tiempo, nada cambió en esa porción de tierra del barrio porteño de La Boca.
El miércoles, con una temperatura perfecta y un cielo límpido, todo era silencio y quietud en esta zona de la Ciudad solo transitada por quienes trabajan y estudian allí; un sitio que no queda de camino a ningún lugar. Para romper con la calma un interno de la línea 4 arremete, transitando a una velocidad inusitada por una calle angosta y llena de curvas y contracurvas. Es el único colectivo que ingresa a la isla que, en rigor, no es una isla.
A un lado y a otro de la calle, se levantan galpones y organismos del Estado: depósitos fiscales –Tefasa y Defiba–, empresas de logística, el cuartel de bomberos de la isla, y edificios de Prefectura y la Armada. Además funcionan la Escuela Naval Fluvial, una escuela de capacitación del SOMU (Sindicato de Obreros Marítimos Unidos) y oficinas de la Dirección Nacional de Puertos y Vías Navegables. También opera una empresa que construye boyas y realiza el dragado de los canales; cuyos barcos parten desde aquí para realizar el trabajo.
Todos los días llegan a la isla unos mil trabajadores y 200 estudiantes de la Escuela Naval Fluvial. Desde los gremios de Dragado y Balizamiento y ATE (Asociación Trabajadores del Estado), dijeron que jamás fueron consultados sobre este proyecto y tampoco saben a donde van a ir a parar si se concreta. Es que muchos de los galpones en los que hoy funcionan las actividades del lugar, también deberían transformarse: allí funcionaría el “sector naves industriales”, con estudios, áreas de archivo, talleres para depósitos y escenografía, vestuario y utilería, entre otras cosas proyectadas.
El polo involucraría un negocio de más de $ 2.500 millones. “La inversión será netamente privada”, aseguró un funcionario del Gobierno nacional. Sin embargo, las tierras le pertenecen al Estado nacional, quien debe cederlos a través de la Agencia de Administración de Bienes del Estado. La cesión debería realizarse a favor de una sociedad anónima constituida por la ANSeS, la Secretaría de Comunicación Pública y el Ministerio de Economía. Según fuentes consultadas, es en este punto donde la situación esta trabada, ya que aún esta sociedad no se conformó. Clarín intentó chequear la información con la Secretaria de Alfredo Scoccimarro, pero no recibió respuesta.
El proyecto de urbanización de esa zona de la Ciudad es del estudio MRA+A, cuyo histórico titular fue el famoso arquitecto María Roberto Alvarez (murió en 2011). Y el desarrollo está en manos de Riva SA: junto al gobierno Nacional conformarán una corporación mixta, pública-privada. Desde la desarrolladora entienden que la creación de las sociedades están en marcha. Sin embargo, ya pasaron 32 meses de la presentación del polo y 9 desde que se conoció el proyecto, y ni siquiera se colocó la piedra basal.
El polo ocupará alrededor de un tercio de la isla: vista desde arriba tiene como tres brazos que dan hacia la desembocadura del Riachuelo y uno de ellos, el más cercano, a La Boca, es el lugar elegido para el Polo. El ícono será un edificio de 335 metros, el más alto de Latinoamérica. Allí funcionarían, en los primeros dos pisos, estudios de TV; 9 pisos de oficinas para canales; los siguientes 31 pisos, de oficinas y sedes de productoras; otros 9 pisos para usos complementarios; y en los últimos 13 pisos habrá un hotel. Este uso del suelo implica un cambio importante en esas tierras. Actualmente el Código de Planeamiento Urbano las tiene catalogadas como un distrito industrial, I1.
La Isla Demarchi nació como banco de arena y barro; luego fue asiento de una guardia militar; en la década del 1870 fue lazareto e improvisado crematorio en medio de la fiebre amarilla; también funcionó como prisión para los inmigrantes anarquistas de principios del 1900. ¿Podrá quedar en la historia como Polo Audiovisual?
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