Por Mauricio Giambartolomei | LA NACION
Las viejas unidades de madera comenzarían a rodar a fines de este año
La historia centenaria del subterráneo porteño está más cerca de volver a rodar bajo tierra: este mes, otros dos vagones Le Brugeoise que circulaban en la línea A serán restaurados para ser parte de un paseo turístico nocturno que, se espera, se inaugurará a fines de este año.
Se sumarán así a las dos unidades que ya habían sido reacondicionadas y presentadas en diciembre de 2013, cuando se cumplieron 100 años de la apertura del servicio. El proyecto forma parte del plan integral de protección patrimonial que lleva adelante Subterráneos de Buenos Aires (Sbase).
Los coches seleccionados se identifican con los números 5 y 16, y son parte de la flota protegida por una ley local. Los primeros trabajos que se realizarán serán en las maderas que revisten la estructura, para los que se llamó a una licitación. Las unidades ya fueron provistas de ruedas más modernas para garantizar las normas de seguridad exigidas.
En las próximas semanas comenzarán las tareas una vez que se haya firmado el acuerdo con la empresa adjudicataria seleccionada. El proceso para que sean utilizados como servicio turístico es largo y minucioso: cada unidad debe cumplir, al menos, 1000 kilómetros de lo que se denomina "marcha blanca", una serie de pruebas para detectar posibles fallas.
La conservación de la historia de los vagones es uno de los ejes fundamentales del proyecto. "Después de varias reuniones y consejos de expertos en patrimonio se decidió utilizar dos formaciones de dos coches cada una para realizar los paseos turísticos", confió a LA NACION Tomás Palastanga, asesor de Sbase, quien también formó parte del equipo de restauración de las unidades 124 y 125, en 2013. "No es prudente exigir una pieza patrimonial al caudal de pasajeros que seguramente estarán interesados en volver a viajar en los coches belgas", agregó.
Desde que circularon por última vez, el 12 de enero de 2013, cuando fueron sustituidos por coches 0 km, la expectativa por volver a ver a los coches Le Brugeoise en circulación no se esfumó entre los pasajeros más nostálgicos.
Para cumplir con los trabajos de restauración de esas unidades se convocó al orfebre Juan Carlos Pallarols y a la arquitecta María Elena Mazzantini. El grupo de expertos estuvo integrado, además, por Palastanga, Pablo Piserchia (Amigos del Tranvía) y el arquitecto Guillermo Pinelli. En esa oportunidad se había anunciado que el paseo turístico podría comenzar a funcionar en 2014.
"No llegamos por varios motivos. Tuvimos que decidir si sustituíamos o no las ruedas. Hubo que compatibilizar la marcha blanca de los coches belgas con las de otras formaciones destinadas a la línea A", aseguró Palastanga. La circulación vacía de los trenes sólo puede concretarse cuando finaliza el servicio ordinario, por lo que los tiempos disponibles se acortaron.
El paseo turístico no se intercalará con el funcionamiento habitual de la red: será nocturno y sobre la línea A. Las dos formaciones circularán a no más de 20 km/h (los trenes con pasajeros lo hacen a 50km/h) para que los turistas puedan interactuar con el entorno, sacar fotos y disfrutar de los vagones centenarios.
EXHIBIRÁN PARTE DE LA HISTORIA EN UN MUSEO
Balanzas de 1930 que estaban colocadas en las estaciones, señales, durmientes de quebracho, relojes, murales, bancos, objetos de medición y otros elementos forman parte del inventario que está confeccionando Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), desde que la Ciudad tomó el control del servicio, en enero de 2013. Todas esas piezas, de un valor patrimonial histórico, serán exhibidas en un museo para que los amantes del subte puedan conocer la evolución del transporte que utilizan a diario. Se prevé que la muestra de los objetos se realice en la cochera taller Polvorín..
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