jueves, 18 de diciembre de 2014

Luego del swap, Cristina apura las leyes que pide China

LPO - El Senado aprobó la base espacial de Neuquén y mañana trata un misterioso convenio comercial.

Cristina Kirchner aceleró las polémicas leyes exigidas por China como premio por haber engrosado las alicaídas reservas del Banco Central a través de varios swap de intercambio de moneda.

En la última sesión del año el kirchnerismo aprobó el proyecto para crear una base espacial en la localidad neuquina de Bajada del Agrio, que ya empezó a construirse y Gobierno chino controlará por 50 años.

El proyecto estaba frenado hace meses en medio de denuncia sobre presuntos usos militares de la instalación, pero entró en el último temario de sesión y luego de que el gigante asiático cumpliera con algunos envíos de divisas que tranquilizaron a la Presidenta, que está terminando el año con más que al inicio.

Pero no conforme con este gesto, la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado se reunirá mañana a las 10.30 para aprobar un misterioso convenio de intercambio comercial, que ingresó durante la tarde y los senadores ni siquiera habían leído hasta esta noche.

"Nos llegó en medio la sesión el proyecto y el llamado para sesionar mañana a primera hora. Ni sabemos de que se trata", le confesó a LPO el socialista Rubén Giustiniani, miembro de la comisión de relaciones exteriores.

El tratamiento del proyecto tiene un destino incierto. La sesión convocada para el 29 para sancionar la ley para la elección de parlamentarios de Mercosur es especial y por lo tanto no sería posible. Habría que llamar a otra para ese día, o para el día siguiente.

Está claro que Pichetto se enteró durante la tarde de la novedad, cuando todavía el Senado trataba la polémica creación de la base espacial, que ya comenzó a construirse con aval de la Comisión nacional de Actividades Espaciales (CONAE).

Durante el debate en Comisión el secretario general de la Conae, Félix Menicocci, negó que la base pueda ser militarizada por los chinos, pero el proyecto prevé una exención impositiva de 50 años, tiempo suficiente para que los asiáticos planten bandera.

Durante ese tiempo Argentina no podrá interrumpir “las actividades normales” de la estación espacial y los empleados de China que trabajen en Neuquén se regirán bajo la legislación de Pekín, donde los salarios son menores y las jornadas más agotadoras.

En tanto, el gobierno chino “mantendrá indemne a la Argentina de toda obligación que surgiere de reclamos de cualquier naturaleza”. La oposición lo cuestionó: “Es una cesión de soberanía. Se instalan por 50 años y la Argentina no puede entrar, controlar ni ver lo que está ocurriendo”, protestó la puntana Liliana Negre de Alonso.

El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, Ruperto Godoy (FpV) minimizó el tema. “La base servirá para monitorear y hacer un seguimiento de los satélites que van a acceder a la Luna. Los chinos pensaron en Argentina, porque era un lugar que les permita una mayor visibilidad para los satélites”, simplificó.

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