Por: Ignacio Zuleta - Ambito.com
Junto a una fotografía de Michele Bachelet y Cristina de Kirchner aparecen Héctor Timerman, el papa Francisco, Héctor Almagro y Heraldo Muñoz.
El misterioso viaje de Héctor Timerman y Luis Almagro ayer a Santiago de Chile terminaron de ponerle nervio al fin de año, al que agregó Cristina de Kirchner la decisión de volver a Buenos Aires lunes y martes, para seguir el resultado de la sesión del Senado que tiene que aprobar el acuerdo con China. Ese día también espera que ingrese al Congreso el proyecto de aprobación de los papeles que firmaron ayer en ese país los cancilleres de la Argentina y de Chile, Heraldo Muñoz, los protocolos que habilitan la licitación de dos pasos fronterizos que se demoran hace años. El viaje de la Presidente del lunes es para protagonizar, rodeada de gobernadores, el último anuncio importante del año y ponerle la firma al mensaje de envío al Congreso de esos protocolos para que se aprueben inmediatamente, algo que pueden empezar ese mismo día en el Senado (adonde nadie le negará los 2/3 de los votos para un tratamiento sobre tablas). Como la intención es que una de las obras, Agua Negra, se licite en enero, esto anuncia la apertura del Congreso en ese mes para que Diputados la haga ley.
La misión sorpresiva de Timerman y Almagro disparó otras inquietudes: exponer ante Muñoz una síntesis de lo conversado por los presidentes que asistieron la semana pasada a la cumbre del Mercosur en Paraná sobre dos asuntos que interesan en Chile más de lo que admite en público: 1) las consecuencias que puede tener para esa liga regional, de la cual Chile es "Estado asociado", el ingreso de Bolivia como miembro pleno. 2) la respuesta al interés de Chile para que avance un acuerdo con la llamada Alianza del Pacífico y el Mercosur.
En la reunión, además, se redondeó la fecha en la cual Cristina de Kirchner y Michelle Bachelet se reunirán en el Vaticano con el papa Francisco para hacer el también demorado acto de conmemoración de los 30 años de la firma del tratado del Beagle. La fecha provisoria es el jueves 22 de enero, sujeta aún a una confirmación del Vaticano, que debe gestionar el embajador Eduardo Valdés.
Este paquete de cuestiones movilizó en las vísperas de la Navidad, a Timerman, que no tenía previsto moverse hasta enero próximo, cuando irá a Turquía y Chile, y fue analizado en la noche del lunes en Casa de Gobierno por la Presidente, el canciller y Jorge Capitanich, después de que se retirase la cúpula del Episcopado y equivale a habilitar toda una agenda de temas que desplegarán en los próximos días.
•Los protocolos para la construcción de los pasos fronterizos son la rémora más grande en las relaciones con Chile. Uno unirá por Agua Negra a ese país con la provincia de San Juan. Es el más avanzado y el protocolo que irá al Congreso permitirá licitar el primer tramo de su construcción. Es una iniciativa que desvela al gobernador José Luis Gioja y está en el ámbito de la cartera de Florencio Randazzo. Tiene un presupuesto estimado en u$s 1.400 millones.
•El otro proyecto cruza desde Mendoza por un túnel con autovía y ferrocarril. Es la iniciativa más ambiciosa y se calcula una inversión de u$s 3.000 millones. Aspira a convertirse en el paso que permitirá enlazar por un mismo corredor los puertos de Bahía Blanca con los de Chile. Es una iniciativa privada del grupo Eurnekian que no logró avanzar mucho por la reticencia del expresidente Sebastián Piñera a que el Congreso chileno aprobase los avales para el endeudamiento externo. En los papales figuraba desde el primer mandato de Bachelet, pero su sucesor respaldó la idea de los legisladores de no darle aval público a obras privadas, algo común en la Argentina, cuyo Congreso dio esos avales hace más de un año.
•Cuando reasumió Bachelet este año el proyecto recuperó aire y se creó el ente binacional para su gestión -algo similar se hizo para Agua Negra- que ha hecho reuniones todos los meses a lo largo de 2014. Eso hizo avanzar las tareas previas a la firma del protocolo hasta un punto muerto que destrabó el lunes en personal Bachelet en una reunión de parte de su gabinete. La parte chilena quería demorar más el trámite a la espera de que el grupo promotor respondiese una veintena de inquietudes de las autoridades del ente que hasta ahora no han sido satisfechas. Esas preguntas son sobre el precio real de la obra y también sobre el cálculo de flujo de tránsito que tendrá clave para el recupero de la inversión por el sistema de peaje. Este punto suele ser observado en los proyectos que auspician los organismos financieros porque muchas obras terminan en juicios por reclamo de pago de mayores costos, o fracasan por un cálculo demasiado optimista del flujo de tránsito. El Gobierno argentino presionó en la última semana a los chilenos, al punto que Bachelet en persona ordenó la firma de los protocolos.
•Un tercer paso objeto de estas conversaciones unirá a los dos países por Las Leñas. Es reclamado por sectores empresarios de San Rafael, Mendoza, y por la VI región de Chile, a la que representa el senador Juan Pablo Letelier, del socialismo de Bachelet, e hijo del asesinado Orlando Letelier. Este político se ha significado como el lobbista principal del proyecto, cuyo protocolo se firmará en enero próximo.
•El tema Bolivia no figuró de manera formal en la reunión de Muñoz, Timerman y Almagro, pero preocupa en el Mercosur que pueda traer una inquina centenaria al seno de una organización más que pacífica entre sus miembros. Bolivia reclama salida al mar con un reconocimiento de soberanía sobre territorios que perdió en la Guerra del Pacífico de 1879. Ese entuerto nunca se ha resuelto y está ahora en la Corte Internacional de La Haya. La salida al mar de Bolivia es un reclamo que reconocen todos los países, pero nadie le ha encontrado una solución al reclamo de soberanía que retomó Evo Morales. Según lo acordado por los presidentes del Mercosur en Paraná, en marzo próximo debe tratarse la adhesión de Bolivia y para esa fecha es mejor tener disipado cualquier nubarrón.
•La presencia de Almagro en el viaje se explicó por una circunstancia casi turística. Fue a Buenos Aires a mantener una reunión con el canciller argentino, que siguió con un almuerzo y una invitación de Timerman a seguir hablando en el avión en viaje a Chile. Como Almagro iniciaba una minivacación se prendió fácilmente a la partida -los viajes son el pan con manteca de los diplomáticos y Almagro es un profesional-. Pudo aportar seguramente en un segmento de la charla al debate que mantienen los países del Mercosur con los de la Alianza del Pacífico para llegar a algún acuerdo de comercio, tema que se discutió este año en dos cumbres en Cartagena de Indias y en Santiago de Chile.
•Esas conversaciones ponen en tensión el interés de Chile de liderar un acuerdo regional que mejora su rol como país que negocia con Asia, pero al que le convendría sumar la potencia comercial de países como la Argentina y Brasil. Este país es el otro polo de tensión frente a esta pretensión chilena, porque siempre ha intentado ser la locomotora de la región ante el resto del mundo. Para la Argentina, que tiene las mejores relaciones con los dos vecinos, es un más que interesante, pese a que el Gobierno no está convencido de un acuerdo con esa liga ya que, por ejemplo, Brasil y la Argentina tienen acuerdos con China mucho más importantes en monto y variedad de productos que los que tienen otros países de la Alianza del Pacífico, incluyendo a México. En la jerga de los diplomáticos argentinos, hasta ahora un acuerdo con el Mercosur se parece a un "alquita" (ALCA en pequeño) que no le va a cambiar la vida. Para Chile es clave para su proyección internacional, como es para Brasil no dejarse arrastrar por Santiago a un rol en el cual arriesga su liderazgo.
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