jueves, 20 de noviembre de 2014

La flota de aviones de la Presidencia, costosa y polémica



Por Diego Cabot | LA NACION - Twitter: @diegocabot
Para el kirchnerismo, no hay aviones que alcancen. Pese a haber sumado hace muy poco una nueva unidad a la flota presidencial, el Gobierno no deja de gastar millones de dólares en el traslado de sus funcionarios.

La polémica por el alquiler de un jet de lujo para que el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el canciller Héctor Timerman pudieran participar este fin de semana de la cumbre del G-20 en Australia, en representación de Cristina Kirchner, llega en momentos en que la Presidencia gastó alrededor de 37 millones de pesos para comprar el Tango 04 (T-4) y hacerle tareas de mantenimiento al Tango 01 (T-1). Aun así, los aviones no alcanzan.

Ocurre que la mayoría de los aviones que conforman la flota presidencial están fuera de servicio. Y si a esto se suma el hecho de que los funcionarios del gobierno nacional muy rara vez usan los vuelos de líneas regulares, no hay más remedio que recurrir al alquiler.

La flota está maltrecha. Así surge de la información oficial entre 2008 y 2013. Según datos compilados por LA NACION sobre la base de documentos de la Casa Militar, los aviones de la flota presidencial sumaron en ese período, en total, 1130 horas de vuelo. En 2013 se logró revertir que sus aviones volaran cada vez menos. Sin embargo, el alquiler sigue siendo la primera opción para muchos vuelos internacionales. ¿Temor a un embargo, por lo de la Fragata Libertad? Es probable. Pero no es la única causa.

Entre los tres Tango (01, 02 y 03) sumaron 684 horas de vuelo en 2012, 42% menos que en 2008, primer año de gestión completo del actual gobierno.

La repartición oficial que tiene a su cargo el traslado y la custodia de la Presidenta informó que el T01 (Boeing 757) voló 418,30 horas y estuvo fuera de servicio 101 días a lo largo de 2012. Sus hermanos menores, el T02 y el T03, dos Fokker F28, volaron 13,30 y 252,50, respectivamente. Uno de ellos, el T02, estuvo 359 días en los hangares por problemas en el piloto automático. El restante, 259 días, por inspecciones programadas. El año pasado, el T01 volvió al aire con 445 horas, mientras que los otros dos aviones sumaron 571 entre los dos.

Pese a que se mejoró el promedio, el Gobierno prefirió comprar otro avión. Fue el 16 de septiembre pasado, cuando la Secretaría General de la Presidencia de la Nación firmó la resolución 1140, mediante la cual se decidió la compra del Boeing 737 500 a cambio de un desembolso de 20.486.697 pesos.

CARTA DE OFERTA

Todo había empezado el 30 de junio, cuando desde Presidencia se envió una carta de oferta a Aerolíneas Argentinas por la aeronave que tenía la matrícula LV-AYE, fabricada en 1993. Entonces se reseñaba un proceso que empezó el 11 de febrero pasado, cuando Parrilli le mandó una carta al presidente de la línea aérea de bandera, el camporista Mariano Recalde, por la cual le hacía saber que querían comprar otra aeronave.

El 24 de febrero pasado, Aerolíneas Argentinas contestó que ofrecían este Boeing que estaba en alquiler al lessor (arrendador) Gecas Sverige Aircraft Leasing Worldwide AB. El Boeing era propiedad de la empresa Celestial Aviation Trading 21 Limited.

El 11 de abril las partes se pusieron de acuerdo, pero faltaba que Aerolíneas Argentinas comprara la aeronave como para poder venderla después. Los trámites se hicieron hasta el 30 de junio, donde efectivamente la carta de oferta, firmada por Oscar Isidro José Parrilli, tal el nombre completo del secretario general de la Presidencia, se remitió a la oficina de Recalde. El 2 de julio, mediante la nota 132/14, Recalde aceptó la propuesta. "Mediante la presente aceptamos los términos de su carta relativa a la compraventa de la aeronave modelo Boeing 737-500, número de serie 26456, matrícula argentina LV-AYE", dice el documento.

El expediente siguió su trámite y el 16 de septiembre de 2014 se firmó la resolución 1140. Según surge del anexo foliado con el número 86 del expediente, por el Boeing se pagaron 12,18 millones de pesos. Además, hubo otros conceptos por "reconfiguración de cabina", por 6,89 millones de pesos, y gastos adicionales por reconfiguración de cabina por $ 665.275. Finalmente hubo otro gasto por nacionalización de la máquina, por 742.308 pesos. Así nació el Tango 04, el nuevo avión presidencial.

En los hangares de Aerolíneas Argentinas el avión se pintó con los colores de la flota oficial y se configuró como un avión de traslado de comitivas oficiales, con algún dormitorio y asientos cómodos.

Dos especialistas en aeronáutica se preguntaban cómo es que la aeronave salió apenas algo más de dos millones de dólares. "Un jet privado de un par de plazas tiene un precio mayor. Nunca se aclaró a qué precio lo compró Aerolíneas Argentinas. Lo que se sabe es que el Gobierno pagó poco", dijo un hombre que conoce la empresa aérea desde adentro.

Mientras esto sucedía, la Presidencia también decidió mandar a revisión el Tango 01. El avión que tantos trastornos le trajo al kirchnerismo por las continuas roturas ingresó a revisión técnica. La Casa Militar adjudicó los trabajos a la firma VT San Antonio Aerospace, por 1,9 millones de dólares. La resolución en la que se aprobó el gasto, que lleva el número 1094, se firmó en los primeros días de septiembre pasado.

Los otros dos Fokker, que se identifican como el Tango 02 y 03, son los que menos se utilizan. La Secretaría General, en su resolución 1140, reconoció que "estos aviones se encuentran discontinuados en su fabricación, por lo que resulta difícil y excesivamente oneroso obtener determinados repuestos o accesorios, lo que produce que se encuentren detenidos por largos períodos de tiempo". Elocuentes palabras sobre la precariedad de la flota presidencial. Quizá por eso Kicillof y Timerman volaron a Australia en un jet privado, a un costo estimado en 600.000 dólares.

LA ÚLTIMA ADQUISICIÓN DE LA CASA ROSADA

  Presidencia gastó alrededor de 37 millones de pesos para comprar el Tango 04 y realizar un mantenimiento al Tango 01. El 16 de septiembre pasado se firmó la resolución 1140 para la compra del Boeing 737 500

Del editor: qué significa. Algunas prácticas del Gobierno parecen evidenciar un uso de los recursos públicos como si fueran propiedad de los funcionarios.

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